Euforia en el PP de Madrid por Almeida mientras Ciudadanos tira la toalla con Villacís
Los ‘populares’ creen que el alcalde gobernará en solitario tras los comicios del 28-M y que no necesitará el apoyo externo de Vox
José Luis Martínez Almeida y Begoña Villacís en un acto en Madrid. | Foto: A.Pérez Meca (EP)
El Partido Popular madrileño contiene la euforia en el tramo final de la campaña electoral al ver cada día más cercana la posibilidad de que José Luis Martínez-Almeida pueda gobernar con mayoría absoluta tras los comicios del 28-M. O en el peor de los casos, que se quede tan cerca de ese umbral, que sume más que toda la izquierda junta y solo necesite el apoyo externo de Vox. En cambio, en Ciudadanos empiezan a tirar la toalla con su candidata, Begoña Villacís, al ver que no remonta pese a la buena imagen que dio en el debate celebrado el lunes en Telemadrid, el único con todos los candidatos a la alcaldía.
Fuentes populares subrayan a THE OBJECTIVE que sus trackings internos muestran ya al alcalde con margen suficiente para gobernar en solitario. Una situación que se da por primera vez en las últimas semanas, donde el candidato municipal aparecía siempre por detrás de Isabel Díaz Ayuso en intención de voto. Ahora, la diferencia se va estrechando entre ambos y el regidor tiene al alcance la absoluta.
Almeida insistió este martes en rueda de prensa en que existe «una opción política», la del PP, «que representa a todos, a los que nos votaban y dejaron de hacerlo, que entiende el diálogo y los acuerdos». En línea con el argumentario de Alberto Núñez Feijóo, subrayó que «la única opción que es capaz de aglutinar una mayoría social es el PP».
Sobre el debate televisivo, el alcalde se mostró « satisfecho» por salir sin rasguños del plató. «Fue un todos contra Almeida y un Almeida con los madrileños. Pude hacer propuestas constructivas a los madrileños y es es lo que pudieron ver todos. El resto de los candidatos solo hablaron de Almeida y no de los madrileños», aseveró en un mitin en la Ciudad de la Raqueta junto a Feijóo y Toni Nadal, ya recuperado de sus dolencias de espalda.
Cs se aleja del umbral de representación
La candidatura del PP ve superado el escenario de los dos bloques que tanto temía Almeida por la posibilidad de que Villacís pactase con la izquierda, donde Más Madrid, PSOE y Podemos tendrán presencia en el consistorio. La formación naranja se sigue desinflando y cada día que pasa se aleja del umbral para tener representación en Cibeles.
La vicealcaldesa tuvo su mejor momento de la campaña cuando reprochó al candidato de Podemos, Roberto Sotomayor, que no se disculpase con ella por el escrache que sufrió hace cuatro años cuando se encontraba a punto de dar a luz. Una de las personas que la increpó fue Alejandra Jacinta, cabeza de cartel de los morados para la Comunidad de Madrid.
«Sois feministas de pacotilla, sois comunistas de chalet, sois revolucionarios sin revolución, pero si tenéis algo de dignidad o tienes algo de eso que llamáis vosotros feminismo, me gustaría que encontrases el momento para pedirme disculpas», le dijo a su rival de Podemos, quien dio la callada por respuesta.
Sin embargo, la candidata de Ciudadanos cometió un desliz en una de sus intervenciones iniciales que molestó a su compañera de ticket electoral en la región, Aruca Gómez, quien está aún peor que ella en las encuestas. «No sé qué votaréis en la Comunidad de Madrid, pero en Madrid, si vuelves a elegirnos, sabes que no vamos a fallar», indicó Villacís dejando en mal lugar a su compañera de la formación liberal.
En Ciudadanos ya había cundido el pesimismo antes del debate en Telemadrid porque es difícil movilizar al electorado en este tipo de envites con cinco candidatos. «No hay encuestas que nos den dentro, salvo una y es de hace un mes. Hay que ser realistas con ello», admiten desde la dirección nacional a este diario.
La formación centrista que dirigen Patricia Guasp y Adrián Vázquez se prepara para el peor de los escenarios en la noche del 28-M: la desaparición de todos los Parlamentos regionales y de las principales ciudades en juego, empezando por Madrid, donde estaban depositadas muchas esperanzas.
