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El PP busca que Rivera, Arrimadas y Villacís den su apoyo a Feijóo tras la retirada de Ciudadanos

Génova intentará en las próximas semanas que figuras relevantes del centro liberal anuncien su voto por el líder del PP para las elecciones del 23-J

El PP busca que Rivera, Arrimadas y Villacís den su apoyo a Feijóo tras la retirada de Ciudadanos

Begoña Villacís, Albert Rivera e Inés Arrimadas cuando el segundo presidía Ciudadanos. | Foto: EFE

El Partido Popular va a intentar convencer en las próximas semanas a Albert Rivera, Inés Arrimadas y Begoña Villacís, así como a otros dirigentes actuales de Ciudadanos, para que den públicamente su apoyo a Alberto Núñez Feijóo durante la campaña electoral para las elecciones del 23 de julio, según adelantan fuentes populares a THE OBJECTIVE.

Una vez que la formación naranja se ha retirado de la carrera del 23-J, algo deseado por el PP y en lo que Génova ha estado presionando en los últimos días, se entra en una segunda fase en la que los populares quieren que las figuras más relevantes del centro liberal anuncien que van a votar a Feijóo. A Rivera, Arrimadas y Villacís no se les va a exigir que se afilien al PP, un paso que a los dos últimas les dejaría «en mal lugar» a tenor de lo dicho en los últimos meses, pero sí se quiere que lancen el mensaje de que la mejor forma de echar a Pedro Sánchez es votando al PP dentro de dos meses una vez que no habrá papeletas de Ciudadanos en las generales.

De ser así, a Arrimadas y Villacís se les abrirían las puertas para tener puestos de responsabilidad en la próxima legislatura como ocurrió con Marta Rivera de la Cruz cuando se puso a trabajar a las órdenes de Isabel Díaz Ayuso o, más recientemente, con la incorporación de Luis Garicano a la fundación Reformismo 21 que pilota Génova. Es el mismo camino que ha empezado a transitar la diputada valenciana María Muñoz, quien ya ha deslizado en sus redes sociales que «solo hay una opción posible para cambiar este país», en alusión al PP, y a la que algunas de las fuentes consultadas por este periódico ven dentro de poco en el Ejecutivo autonómico de Carlos Mazón.

La «rendición» de Ciudadanos, como la tildó el concejal madrileño Santiago Saura en las redes sociales, se produjo después de que las caras más visibles del partido pidiesen no ir al 23-J. Las miradas estaban puestas en las citadas Arrimadas y Villacís, pero también en el malagueño Guillermo Díaz, uno de los mejores parlamentarios que ha tenido el partido en la legislatura recién concluida. Pero todos ellos apartaron el cáliz de la candidatura naranja tras la hecatombe del domingo. «Nos hemos quedado sin referentes», se lamenta un dirigente territorial.

Entre los críticos con la decisión adoptada por el Comité Nacional sorprende, por ejemplo, que no se plantease dentro de la Ejecutiva el presentarse solo en algunas provincias como Madrid, Barcelona, Málaga o Zaragoza, donde el partido está más asentado y aún cuenta con algo de militancia. En este sentido, recuerdan que Villacís se quedó en la capital en el 2,89% de votos, con 47.510 apoyos, cuando para la circunscripción de Madrid se necesitará únicamente rebasar el listón del 3% para conseguir un acta de diputado.

El Comité Nacional lo forman más de 4o dirigentes de Ciudadanos y el sentir mayoritario entre los asistentes al velatorio del martes fue el de tirar la toalla antes de las generales. Únicamente hubo cuatro voces discordantes: la madrileña Aruca Gómez, el castellanoleonés Francisco Igea, el murciano Miguel Sánchez y el catalán Dimas Gragera. Eso sí, lo hicieron con argumentos diferentes.

Por ejemplo, Igea era partidario de no presentarse al 23-J, pero criticó que el partido entre «en una fase de hibernación», según las citadas fuentes, que recuerda a los estertores del Centro Democrático y Social (CDS) o de Unión Progreso y Democracia (UPyD). «El partido no es para nosotros», subrayó el procurador a sus compañeros en un lance de su intervención ante el deseo de la cúpula que dirige Patricia Guasp y Adrián Vázquez de seguir en sus puestos hasta las europeas de mayo del próximo año.

Varios miembros del Comité Nacional creían que la delegación catalana, encabezada por Carlos Carrizosa, daría la batalla por tener una papeleta naranja en las generales, aunque fuese solo en algunas provincias, como la citada de Barcelona. Sin embargo, nadie alzó la voz salvo el mencionado Gragera, que acaba de ser reelegido concejal por Santa Coloma de Gramanet. «Estaban noqueados», subraya a este diario uno de los presentes.

Al final, en la delegación catalana pesó como una losa que Valents, el nuevo partido de Eva Parera, duplicase en votos a la candidatura de Ciudadanos en la Ciudad Condal: 15.411 sufragios (el 2,31%) frente a 7.366 (el 1,1%). Un bofetón que augura la desaparición naranja en toda Cataluña y que, curiosamente, podría animar a la nueva formación constitucionalista para intentar arañar un escaño por Barcelona el 23-J si finalmente se presentan.

El senador Miguel Sánchez, que fue miembro de la derrotada lista del portavoz adjunto en el Congreso Edmundo Bal para hacerse con la dirección del partido, recurrió a varios símiles para criticar la retirada de su formación de la contienda electoral y dijo sentirse «muy triste» por lo ocurrido en la sede nacional.

En parecidos términos se expresó el diputado Miguel Gutiérrez. «Las cargas que lastran este partido son las que llevan dirigiendo Ciudadanos desde el último congreso, ni los afiliados, ni los 300.000 últimos votantes. Preguntaos a quien beneficia esta decisión incomprensible. Solo a ellos y al PP», aseveró.

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