Ciudadanos se centrará en Cataluña para dar la batalla en las elecciones autonómicas de 2025
Los naranjas buscan volver a «los orígenes» y se inspiran en el FDP alemán, que salió del Bundestag en 2013 y logró recuperarse en 2017
Ciudadanos no se da por muerto en la región donde nació hace 17 años: Cataluña. El partido está preparando un «plan de contingencia» para sobrevivir a las elecciones europeas y a las del Parlamento catalán, y reflotar de la que consideran una actual «mala coyuntura» que no les favorece para su propuesta liberal. Por está razón, según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, la dirección naranja buscará «centralizar su acción» en Cataluña, donde hoy en día concentran su mayor número de diputados, con seis diputados en la Cámara catalana.
Quienes están elaborando esta nueva ruta naranja se inspiran en el FDP, el partido liberal alemán que salió del Bundestag en 2013 y logró recuperarse en 2017. Este partido bisagra llegó a gobernar en Alemania, pero sus votantes le retiraron la confianza en una coyuntura electoral muy difícil para que tuvieran cabida sus propuestas. A este respecto, el hecho de que Pedro Sánchez haya convocado elecciones como una suerte de plebiscito entre él o «la derecha» socavaba -apuntan estas fuentes- las opciones de Ciudadanos de ser útiles en los comicios generales del 23 de julio.
A diferencia de otras voces del partido como la de Edmundo Bal, que ha criticado la decisión del partido de no concurrir este 23-J, los dirigentes catalanes de Cs entienden la decisión y creen que ahora es el momento de parar para poder tomar impulso a medio y largo plazo: «Los liberales pasan malos momentos en todos los países. No solo en Alemania, también en el Reino Unido o en Países Bajos», añaden.
Recursos económicos
El portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa, sostuvo la semana pasada en una entrevista en Rac1 que la formación «tiene dinero para continuar sin recurrir a los bancos». Como informó este periódico, Valents y los naranjas se enfrentan por quién debe pagar una multa de casi 277.000 euros que el Tribunal de Cuentas impuso a la candidatura de Manuel Valls a finales de noviembre y que ahora les reclama la Agencia Tributaria.
A la espera de cómo se resuelve este conflicto, los liberales han repetido por activa y por pasiva que pueden llegar sin problemas a la cita electoral del Parlamento Europeo. En especial si, como es el caso, no compiten en las generales.
Un gobierno ‘inmovilista’ de Feijóo
Más allá de la cuestión pecuniaria, aseguran que en Cataluña se concentra la mayoría de sus activos y resortes intelectuales. Varios fundadores del partido se han pronunciado públicamente sobre la necesidad de que el partido no tire la toalla pese a los malos resultados. A su juicio, «las ideas» del partido siguen sin estar representadas ni en el PP ni el PSOE. En la misma línea, algunas de sus dirigentes más valoradas, como Anna Grau, también habrían abogado por continuar y superar este bache.
En este sentido, calculan que un eventual gobierno inmovilista de Alberto Núñez Feijóo que no aborde reformas de calado, que busque pactar con el PNV y que no cuestione las políticas lingüísticas de los gobiernos nacionalistas, puede propulsar de nuevo a su partido.
La línea de la actual dirección catalana pasa por recuperar la idea de «partido bisagra» que quedó atrás en la época de Albert Rivera e intentar que España no dependa de los nacionalistas periféricos. No obstante, antes de llegar a esta fase deben medir cuáles son sus fuerzas reales en Cataluña.
«No tenemos datos sobre Cataluña»
Preguntados sobre este objetivo catalán, reconocen que «no tienen datos» sobre si en Cataluña las cosas les irán mejor. Y, a la vista de los resultados que han obtenido en las elecciones municipales del 28 de mayo, las perspectivas no son muy alentadoras. No obstante, arguyen a una cuestión «cualitativa»: «El partido nació en Cataluña. Esto puede resultar en un buen resultado más digno. La única tabla de salvación es apelar a los orígenes de Ciudadanos, volver al discurso más inicial».
Esta cuestión cualitativa pasa por proponer «un proyecto distinto al que representan el resto de partidos catalanes». Los pactos del PSC con los nacionalistas y un PP bajo el mando de Feijóo que contemporiza con el catalanismo abriría una nueva ventana de oportunidad para el partido, que intentarán cristalizar en las elecciones en el Parlament de 2025.