El PSOE ve en el ascenso de Montero a la «sucesora tapada» para liderar Andalucía
Su empoderamiento reciente como número dos del Gobierno y el partido sorprendió a gran parte del PSOE
Es una de las mujeres de mayor confianza del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, aunque nadie que conozca los entresijos del partido socialista entiende el ascenso de María Jesús Montero como un señalamiento en clave sucesoria. Ni Pedro Sánchez está pensando en el post sanchismo, ni Montero cumple con los cánones del líder socialista en términos generacionales, perfiles en los que sí encajan otras aspirantes al futuro, como Pilar Alegría. Sin embargo, pese a la negativa de Moncloa pocos días antes, Sánchez catapultó a Montero a una cumbre pocas veces conquistada en el pasado: la insólita acumulación de poder que permite compaginar la vicepresidencia del Gobierno y la vicesecretaría general del PSOE, algo que, en el partido, sólo ostentó Alfonso Guerra hace 45 años.
No obstante, nadie ignora la distancia sustancial: a diferencia de Guerra, «María Jesús no le hace sombra a Pedro como sí ocurría con Alfonso y Felipe». Por eso, el movimiento del presidente del Gobierno hace poco más de una semana desconcertó a muchos en el partido socialista, conscientes de que existía una «carta oculta» en la jugada de Pedro Sánchez. Usos y costumbres para un secretario general que suele guardarse un as bajo la manga y a quien sus partidarios más experimentados empiezan a tomarle la medida y anticiparse a sus maniobras.
«Montero es la verdadera tapada»
Partiendo de la premisa de que «Pedro es temible porque es imprevisible», existe la convicción en el PSOE de que el ascenso de Montero no es más que un fortalecimiento previo a la confirmación de que será ella quien suceda a Juan Espadas como líder del PSOE andaluz cuando se abra el melón sucesorio en la federación andaluza, quizás de aquí a pocos meses. Así lo explican fuentes del PSOE andaluz a THE OBJECTIVE: «Montero es la verdadera tapada que tiene Pedro Sánchez para Andalucía. Cada día se confirma más que Juan Espadas no tiene ningún futuro aquí».
Las fuentes consultadas por este diario se basan en varias razones. La primera es el profundo vacío de poder de Espadas, a quien múltiples dirigentes provinciales le han solicitado ya que aproveche los cambios que se producirán en la Ejecutiva nacional tras la convención de enero en Galicia para acometer cambios en su ejecutiva autonómica donde el secretario de Organización, Noel López, está apartado por su investigación en el secuestro de la alcaldesa de Maracena, pero sigue ocupando el cargo. «Está fuera pero dentro», explican desde el PSOE andaluz, porque su dimisión temporal se cubrió con el nombramiento de un adjunto, el concejal del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Tomás Aragón, que «no tiene la autoridad ni el conocimiento del partido para llevar la secretaría de Organzación. Después de la convención nacional, habrá cambios en la dirección regional».
Objetivo: forzar a Espadas a que renuncie
Y en esa clave hay que entender los recientes movimientos internos en la federación, con la publicación del manifiesto «Por el cambio» en el PSOE andaluz, que lo que persigue es que forzar a Espadas para que «aclare de una vez por todas que él no será candidato a las primarias para la secretaría general del PSOE de Andalucía», como quedó claro tras su nombramiento como portavoz en el Senado, «claramente incompatible con sus funciones en el territorio». Y ese ejercicio de sinceridad podría ocurrir antes de lo esperado.
Como adelantó THE OBJECTIVE, los planes de Pedro Sánchez pasan por adelantar el 41 Congreso Federal del PSOE a octubre de este año, después de las elecciones europeas, para forzar la renovación de liderazgos autonómicos pendientes. Antes de eso, tendrán lugar los congresos extraordinarios del PSPV y el PSOE de Extremadura tras la marcha de Ximo Puig y Guillermo Fernández Vara. Y podría ocurrir lo mismo en la federación más numerosa de España, con sede en la calle San Vicente.
La duda de la lista europea
En el mes de mayo, la dirección del PSOE tendrá que confirmar la lista con la que concurrirán los socialistas al parlamento europeo. Y, según relatan a este diario fuentes del PSOE andaluz, es un secreto a voces que Espadas quiere incorporarse a la candidatura europea y ceder el liderazgo de la federación a una opción más sólida y con más nivel de conocimiento. Su desconocimiento entre los votantes andaluces fue uno de sus handicaps en las elecciones en Andalucía. Más de la mitad de los votantes socialistas en Andalucía desconocían quién era Juan Espadas. Un inconveniente que pretende resolver ahora Sánchez con Montero, tras ascenderla a los altares del poder en Moncloa y Ferraz antes de sacrificarla en Andalucía.
Es un viejo modus operandi de Pedro Sánchez: fomentar su ascenso en el Gobierno para ponerle en el candelero, empujarlo para darle conocimiento ciudadanos y lanzarlo a la carrera electoral… «Con Salvador Illa, salió de escándalo», recuerdan fuentes socialistas sobre la victoria del exministro de Sanidad y primer secretario del PSC en las catalanas de 2021. Según parece, la maquinaria se ha vuelto a poner en marcha con el mismo patrón. La línea de puntos señala a Montero el camino a San Vicente, donde ya dirigió la campaña de las municipales y autonómicas el 28-M, por encargo del presidente Sánchez y suplantando al secretario general, Juan Espadas.
La trayectoria de Montero, contra Moreno
Tiene a su favor una clave andaluza: su profundo conocimiento del Servicio Andaluz de Salud (SAS), piedra en el zapato del actual presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, tras la reciente dimisión del director gerente del SAS y el viceconsejero de Salud de la Junta, supuestamente por motivos personales. Montero conoce a la perfección del organismo, por su trayectoria profesional como gestora sanitaria, en el Hospital Universitario Virgen de Valme y el Hospital Universitario Virgen del Rocío, ambos en Sevilla y ambos gestionados por el SAS. Su gestión le permitió ascender políticamente a viceconsejera de Sanidad en 2002 y a consejera de Salud en 2004, puesto que ocupó en los gobiernos de Manuel Chaves durante nueve años hasta ascender a consejera de Hacienda.
Según fuentes del PSOE andaluz, es la pieza perfecta para aprovechar el punto flaco de Moreno Bonilla, la Sanidad, que la actual oposición socialista andaluza no está sabiendo aprovechar para erosionar el liderazgo del presidente andaluz y afrontar con mejores expectativas la convocatoria electoral en Andalucía en 2026. «Evidentemente, mucho tendríamos que trabajar para que nos dé tiempo en dos años a ganar las elecciones porque Moreno tiene mayoría absoluta, con 56 escaños…». Pero sí permitiría erosionar su liderazgo, hacerle depender de Vox y configurar una voz como alternativa. «En realidad, queda muy poco tiempo y no hay otros candidatos alternativos».
Los ‘otros’ referentes’
Uno de los referentes del PSOE andaluz, el vicepresidente segundo del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, es «referente del centralismo sevillano, pero tiene contestación en otras provincias como Málaga o Jaén» y ya ocupa un puesto institucional, como mano derecha de Francina Armengol en el Congreso, lo que parece descartarle en la carrera. La apuesta de futuro es, sin duda alguna, Javier Fernández, el presidente de la Diputación de Sevilla, secretario general del PSOE de Sevilla y alcalde de La Rinconada, donde no es casualidad que se hayan celebrado los últimos grandes mitines de Pedro Sánchez en sustitución del antiguo talismán socialista de Dos Hermanas. Es el mayor cargo institucional del PSOE en Andalucía, que maneja un presupuesto de 500 millones de euros al año y que representa «el futuro del PSOE andaluz», en palabras de altos dirigentes de la Ejecutiva federal del partido.
Pero en Ferraz también saben que su salto en estos momentos sería un suicidio político prematuro, porque quemaría sus opciones antes de tiempo. «Tendría que hacer de líder de la oposición sin escaño, sin representación en el parlamento andaluz y contra un presidente con mayoría absoluta», sostienen muchos que ven en contraposición a Montero como la candidata ideal. «María Jesús ya ha llegado a la cima, más para arriba no puede llegar. Y Javier es al contrario, está subiendo para llegar». Son los mismos que explicaron hace seis meses el poder que ya ejercía la vicesecretaria general del PSOE que ejercía como «líder en la sombra» en la federación andaluza. Cierto es que «Montero nunca ha querido ser candidata en Andalucía». Pero no es menos cierto que «si Pedro Sánchez le pide que sea la candidata no puede decirle que no». Una frase que lleva años sonando en círculos socialistas y el rechazo aún no se ha producido. Quizás nunca se produzca.
Porque también Montero sabe que después de que Sánchez la ascienda a la cumbre del poder no podrá negarle sacrificios. Tras las elecciones europeas se avecinan cambios, en el partido y quizás también en el Gobierno. Y en el PSOE actual, dotado del hiperliderazgo de Pedro Sánchez, todos repiten la letanía de El Señor me lo dio y el Señor me lo quitó. Hasta sus ‘amigos’ personales, antaño guardia pretoriana de Sánchez, Juanma Serrano Y Maritcha Ruiz Mateos, acaban de ser despojados de las presidencias de Correos y El Hipódromo sin previo aviso del ‘jefe’. Después de todo, María Jesús Montero no tiene la relación que Alfonso Guerra mantenía con Felipe González porque nadie en este PSOE tiene poder, más allá de Pedro Sánchez.