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Política

Patxi López y Pilar Alegría comienzan a moverse en el PSOE para suceder a Sánchez

El político vasco es bien visto por el partido como «líder de transición» mientras que la actual ministra de Educación es la gran ‘tapada’ de la cúpula sanchista

Patxi López y Pilar Alegría comienzan a moverse en el PSOE para suceder a Sánchez

Pilar Alegría y Patxi López, detrás de Pedro Sánchez este sábado en el Comité Federal del PSOE. | Flickr PSOE

Ya nadie en el PSOE habla de una victoria como escenario posible. Los acontecimientos de las últimas horas han permitido conocer que la derrota está también en la impenetrable mente de Pedro Sánchez. Lo único que se contempla es una carambola, que el destino vuelva a brindar al líder del PSOE un nuevo golpe de suerte, confirmando que sigue teniendo baraka y una vida más en el horizonte político. Pero la realidad se impone a los deseos sanchistas, y con las señales inequívocas de unas listas electorales que rezuman derrotismo, el diagnóstico más compartido en el PSOE es que la única sorpresa el 23-J será un resultado del PP «por encima de todas las perspectivas», que incluso le permita prescindir de Vox. 

Por eso, el PSOE se mueve. Con maniobras discretas que permitan tejer el patrón del proceso de transición y con la duda de si el resultado electoral permitirá alargar o acortar este proceso. «Se ha roto el tabú, todos estamos ya en el Congreso Extraordinario; la duda es cuándo será. Si el resultado es muy malo, Sánchez tendrá que convocarlo rápido, no podrá quedarse en la bancada de la oposición, tendrá que dimitir», aseguran a THE OBJECTIVE los socialistas más críticos. Los todavía partidarios no descartan esa posibilidad pero se malician de que «Pedro no querrá irse sin dejarlo todo atado y querrá esperar a julio del 2024», cuando cumple una década al frente de la secretaría general del PSOE. Un horizonte demasiado lejano que, sin embargo, no sería descartable para el secretario general del PSOE que intentó atrincherarse después de que le dimitiera la mitad de la Ejecutiva y forzar unas urnas in extremis en el Comité Federal de octubre de 2016 que le derrocó.

Movimientos sutiles

Como adelantó THE OBJECTIVE, los movimientos son sutiles y discretos, encaminados a preparar el escenario de la sucesión del PSOE si el 23-J se produce una nueva debacle electoral. Maniobras que ahora se precipitan tras haber llegado tarde al 28-M. Como explican fuentes socialistas, ahora mismo «Pedro y todo su equipo están en shock». Sus encuestas dijeron lo que querían oír y «estaban absolutamente convencidos de que le sacaban un punto y medio al PP y que no perdían en Extremadura ni en la Comunidad Valenciana. Lo vieron esa misma noche». Un baño de realidad que obligó a actuar rápido, fruto de una noche en vela en Moncloa que derivó en el salto mortal del adelanto electoral. El problema es que la política de los golpes de efecto lamina la reflexión y «no pensaron que una disolución inmediata no dejaba tiempo para remontar y controlar al tiempo al partido».

Víctima de esa precipitación, tanto el propio Sánchez como su más cercanos se han remangado para ir sondeando al partido sobre un «líder de consenso» que evite «abrirnos en canal». La cuestión son los nombres que estarían en liza para suceder a Pedro Sánchez. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, son dos los aspirantes que «quieren y ya empiezan a hacerlo saber» al partido: el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, y la ministra de educación y portavoz de la Ejecutiva, Pilar Alegría

El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, y la portavoz de la Ejecutiva, Pilar Alegría, este sábado en el Comité Federal.

Patxi, el «líder de transición»

El primero de ellos encajaría en la figura del «líder de transición» que podría evitar «volver a abrirnos en canal» y «Patxi es el más querido por el partido y el único que queda del PSOE clásico», anterior al tan denostado sanchismo. «Patxi quiere porque es el único cargo que le queda por ocupar en el PSOE». De hecho, en 2017 le disputó las primarias a Pedro Sánchez y Susana Díaz para optar a la secretaría general del partido, pero sólo obtuvo un 9,89% de los votos de la militancia, que encumbró mayoritariamente a Pedro Sánchez tras ser derrocado por el Comité Federal del PSOE el 1 de octubre de 2016. Precisamente por ello, un sector del partido considera que, pese a que «Pedro no ha dejado crecer la hierba bajo sus pies», evitando favorecer la cantera sucesora, el de Patxi López es un liderazgo que se conjuga en «pasado».

Muchos consideran que el actual portavoz parlamentario «sólo puede aspirar a pilotar el proceso, a condicionar o apadrinar al futuro liderazgo», porque su tren ya pasó y porque, al amparo de Pedro Sánchez, ha sido presidente del Congreso y portavoz parlamentario, habiéndose «quemado también, donde otros se han calcinado». Hace doce años, el entonces lehendakari vasco se convirtió en la figura emergente del partido cuando, en mayo de 2011, tras la debacle europea, exigió al presidente Zapatero un Congreso Extraordinario que «forzó la retirada de Carmen Chacón en las primarias contra Rubalcaba, entregando el partido a éste ultimo». Un golpe de autoridad en el ocaso del zapaterismo que le posicionó para la siguiente etapa, pero López apoyó a Rubalcaba primero y a Eduardo Madina, después, en las primarias contra Pedro Sánchez. Sus aspiraciones llegarían por tanto, según muchos, demasiado tarde.

Alegría, continuidad del sanchismo

La actual portavoz de la Ejecutiva es la segunda aspirante en la sombra, la ‘tapada’ y candidata del aparato del partido, lo cual suele ser un hándicap para los candidatos, porque en el PSOE nunca gana el favorito. Alegría está siendo promocionada por la cúpula del partido, concretamente desde el Secretario de organización, Santos Cerdán, y sus partidarios. «Santos lleva meses moviendo y blindando a Pilar con declaraciones enlatadas, sacándola del foco en los peores momentos» de la ley del sólo sí es sí. Ponen como ejemplo su ausencia en la manifestación del 8-M junto al resto de ministras del Gobierno, y en el peor momento de la aplicación de la ley y las rebajas de condena a agresores sexuales. Alegría estaba en la manifestación feminista de Huesca pero su ausencia despertó recelos entre sus colegas del gabinete de ministras como la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, quien apoyó a Patxi López en las primarias de 2017, y aseguró que era en Madrid «donde había que estar».

Alegría concentra el grueso del foco mediático que conceden Moncloa y Ferraz a alguien que no ostente formalmente un puesto en el núcleo duro. A costa en ocasiones de restar visibilidad a otros miembros del Gobierno o del partido. Un ejemplo de ello tuvo lugar durante la preparación de la moción de censura de Vox hace unos meses. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, en la reunión de maitines de Moncloa se propuso que, después del presidente del Gobierno, el Ejecutivo diera voz a las tres vicepresidentas del Ejecutivo: Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera. 

«Pero Pilar intervino en la reunión para pedir que sería mejor limitar las intervenciones a Pedro y Yolanda para que tuviera efecto en Podemos, aunque la realidad es que no quería que le hicieran sombra», explican fuentes socialistas. Estas fuentes relatan la conocida relación de amistad personal entre Cerdán y Alegría, que evidencia la presencia de ella en un acto de homenaje el pasado verano en Navarra a la que asistió la actual portavoz de la Ejecutiva junto a la familia del número tres del PSOE. 

¿A quién apoyará Sánchez?

La duda que existe en el PSOE es con quién de los dos estarían Pedro Sánchez y sus más estrechos colaboradores, Antonio Hernando y Óscar López, a quienes ha colocado esta semana en las listas al Congreso para ‘organizar’ el futuro grupo parlamentario. Fuentes socialistas apuntan a que el propio Sánchez estaría detrás de Alegría, como evidencia su intervención para imponerla como cabeza de lista por Zaragoza frente a la presión de Javier Lambán, y que su ascenso supondría «la continuidad del núcleo duro del sanchismo». Otra evidencia de ello es el apoyo que le brinda el actual jefe de gabinete del presidente, Óscar López, «el muñidor de esta operación» que persigue «teledirigir la sucesión para que el partido quede en las manos adecuadas y que, llegado el momento, apoyen con su voto el proyecto internacional de Pedro Sánchez». Algo impensable en el caso de que los críticos de Sánchez se alzaran con la victoria. Por ello en Moncloa definen a la política aragonesa como uno de los «valores comunicativos más apreciados» por los votantes, según se refleja en los estudios cualitativos recientes que anticipan una creciente visibilidad y protagonismo en los próximos meses. Sin embargo, existe una mayoría en el PSOE que opina que «es increíble» que Sánchez apoye a Alegría, alguien «sin ninguna fuerza política ni carisma, poco trabajada aún» y sin el peso específico para liderar un partido con 140 años de historia.

Este sábado en el Comité Federal del PSOE, la señal realizada de Ferraz mostraba una elocuente imagen durante el discurso en abierto del secretario general. Pedro Sánchez vendía la ficción de una posible victoria con una sonriente Pilar Alegría a su izquierda; justo detrás de él, eclipsado total o parcialmente, según el momento, Patxi López, con rictus de gravedad fúnebre. Los más veteranos del partido recuerdan que el futuro líder del PSOE nunca ha estado entre quienes se postulan primero; que si Patxi López es «el pasado» y Alegría el presente, todavía tiene que aflorar un candidato de futuro. Y, pese a las prisas, creen que puede haber tiempo suficiente porque puede que Pedro Sánchez, una vez derrotado en las urnas, se atrinchere varios meses. «Pedro es muy suyo y no consulta a nadie. Y él morirá cuando le dé la gana, no cuando lo digan los españoles»

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