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Política

Los criminólogos advierten de que la tasa de criminalidad no refleja el auge de la delincuencia

El Colegio Profesional de la Criminología de Madrid pide al Gobierno analizar con rigor el auge de los delitos sexuales

Los criminólogos advierten de que la tasa de criminalidad no refleja el auge de la delincuencia

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, comparece, a petición propia, en la Comisión de Interior, en el Congreso de los Diputados, a 4 de septiembre de 2025, en Madrid (España). | EP

El Gobierno de España, tal y como destapó THE OBJECTIVE, utiliza una trampa estadística para asegurar que la criminalidad ha descendido: lo sostiene remitiéndose a datos del Ministerio del Interior, cuyos boletines han sido convenientemente sesgados para arrojar esa conclusión. A finales de 2022, el gabinete de Fernando Grande-Marlaska decidió separar la delincuencia «convencional» de la ciberdelincuencia, de modo que el número total de delitos desciende. Además, se mezclan los delitos leves (que bajan) con los delitos graves (que se disparan).

Ante esta trampa, el Colegio Profesional de la Criminología de la Comunidad de Madrid (CPCM) ha emitido un comunicado en el que explica que «la tasa de criminalidad, utilizada habitualmente como principal referencia estadística, resulta insuficiente para explicar por sí sola la evolución real de la delincuencia», ya que «refleja el número de infracciones penales conocidas por cada mil habitantes, sin diferenciar la gravedad de los delitos ni recoger fenómenos de creciente impacto como la cibercriminalidad».

El CPCM subraya la necesidad de trasladar a la ciudadanía «una información clara, precisa y rigurosa, complementada con encuestas de victimización y con un análisis detallado y desagregado de los distintos tipos de delitos». Para ello, recomienda complementar los boletines con encuestas de victimización, «que permiten conocer de manera directa la experiencia del ciudadano con el delito, incluyendo aquellos casos que no llegan a denunciarse». «Estos estudios, junto con la desagregación de los datos por tipología delictiva, ofrecen una visión mucho más ajustada a la realidad y facilitan la elaboración de diagnósticos criminológicos y políticas públicas más eficaces», abundan los criminólogos.

Asimismo, la institución colegial recuerda que «delitos de gran trascendencia social como los homicidios, las agresiones sexuales, los robos violentos, las lesiones, las riñas tumultuarias y la cibercriminalidad deben tener un papel central en la comunicación a la ciudadanía, ya que inciden directamente en la percepción subjetiva de la criminalidad y en la seguridad de las personas». El Colegio subraya, en particular, que «el crecimiento de los delitos sexuales debe interpretarse con rigor y en su debido contexto, evitando lecturas parciales que generen alarma social, como frecuentemente se observan en algunos medios de comunicación».

Por todo ello, el CPCM anima a periodistas y políticos a utilizar un «enfoque integral, que vaya más allá de un único indicador cuantitativo de cifras globales, y que tenga en cuenta tanto la evolución de los delitos graves como la experiencia real de las víctimas»: «Solo de esta forma se podrá trasladar una imagen fiel de la seguridad en nuestra sociedad y contribuir a un debate público más informado y constructivo, que ha de contar con los especialistas en la materia: los criminólogos y las criminólogas».

La criminalidad sube

Si uno atiende a los boletines de Interior, se encuentra con que en 2017 se reportaron 2.013.534 infracciones penales. Una cifra que en 2024, con el cambio de metodología, desciende a 1.989.271. Sin embargo, si se suma la cibercriminalidad (470.388 delitos), el cómputo global asciende a 2.459.659. Es decir, que, en términos reales, con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, la criminalidad ha aumentado un 22,16%. Pero no solo es que haya aumentado, sino que los delitos más graves se han disparado.

Entre 2017 y 2024, se han incrementado los asesinatos consumados (de 289 a 348, lo que supone un aumento del 20,4%), los asesinatos en grado de tentativa (de 799 a 1.343, un 68%), las lesiones y riñas tumultuarias (de 18.086 a 29.432, un 62,8%) y secuestros (de 69 a 105, un 52,2%). Pero el crecimiento más destacado es el referente a los delitos contra la libertad e indemnidad sexual: las agresiones sexuales con penetración se han disparado un 275,3%, pasando de 1.387 a 5.206 en tan solo siete años. Pese a todo, el Gobierno utiliza el cambio de metodología, que excluye los ciberdelitos y mezcla los leves con los graves, para blasonar de tener «las calles más seguras» que hace diez años.

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