Un magistrado emérito del TC, galardonado por su defensa a la libertad de educación
Andrés Ollero, que fue diputado del PP dos décadas, recibe en Granada un premio honorífico por «la promoción y defensa de los valores y principios educativos»
Andrés Ollero, magistrado emérito del Tribunal Constitucional.
Andrés Ollero, magistrado emérito del Tribunal Constitucional y secretario general del Instituto de España, ha sido galardonado con uno de los premios de Granada por la Educación. Se trata de unos reconocimientos que otorga cada año la Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos (Concapa), la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Escuelas Católicas y la Federación Andaluza de Padres y Madres de Alumnos (FAPYMA), que reconocen a personas e instituciones destacadas «en la promoción y defensa de los valores y principios educativos o que hayan contribuido a la mejora educativa».
Ollero ha recibido este miércoles el premio honorífico en el colegio granadino de Regina Mundi, titularidad de la Compañía de las Hijas de la Caridad. Los galardones cumplen este año su novena edición y pretenden «dar una visión positiva de la educación en España, y de modo especial en Andalucía y Granada». El magistrado nació en Sevilla hace 78 años y cuenta con un vasto currículo.
Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y, desde el año pasado, secretario general del Instituto de España. Entre 1986 y 2003 fue diputado por el PP por la circunscripción de Granada y llegó a ser portavoz de Educación. Abandonó la política de forma voluntaria, pero años más tarde volvería al candelero. El Congreso lo eligió magistrado del Constitucional en 2012 a propuesta de los populares, cargo que desempeñó hasta 2021.
Sentencias educativas
«Este premio es una sorpresa. Me asombra que aún haya gente en granada que me pare por la calle, me salude y me recuerde. Dejé la política hace 20 años, así que me emociona», asegura Ollero a THE OBJECTIVE. Los promotores destacan que con este galardón reconocen «el inestimable valor de sus trabajos en favor de la democracia, la libertad y el progreso social».
La organización quiere agradecer con este premio «la defensa de la libertad de los padres para elegir la educación que ven más adecuada para sus hijos, como un modo de formar personas felices y ciudadanos libres y responsables». Una posición que ha defendido siempre Ollero, que participó en varias sentencias educativas durante su periplo por el Constitucional. Entre ellas, dos desfavorables de la conocida como Ley Celaá, ahora revertidas gracias a la nueva mayoría de la corte de garantías.
Ollero también estuvo presente en la decisión del Constitucional que en 2018 avaló que la educación segregada, la que separa por sexos en las aulas, se pudiera financiar con dinero público, tal y como mantenía la derogada ley Wert. El colegio donde ha recibido el premio lo hacía hasta 2003, según las fuentes consultadas por este diario. El PSOE presentó un recurso contra la norma, pero no prosperó. Otro de sus aspectos es que mantenía la asignatura de Religión como una alternativa obligatoria.
Junto a Ollero también han sido galardonados el Cuerpo Nacional de Policía por su labor en la formación en la seguridad en los medios informáticos y en el mundo virtual y su «perseverantemente» colaboración con los centros educativos; las asociaciones de madres y padres y otros colectivos. El cardenal y exarzobispo de Granada Antonio Cañizares ha recibido el premio Libertad de Enseñanza y Google for Education, el de la iniciativa cultural.
El actual secretario general del Instituto de España sostiene que, hoy en día, «quizás sea más necesario que nunca defender la libertad de educación y respetar la libre voluntad de los padres a la hora de elegir el modelo educativo que quieren para sus hijos». Ollero se muestra convencido que el ser universitario significa estar obligado a hacer algo por los demás «y esto es fruto de la educación que he recibido, por lo que este premio lo considero un autohomenaje de los que los conceden».
