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El magistrado del Constitucional que disintió 69 veces de sus compañeros desvela los motivos

Andrés Ollero publica ‘Votos particulares’, un libro en el que demuestra su independencia en el órgano que vela por la constitucionalidad de las leyes

El magistrado del Constitucional que disintió 69 veces de sus compañeros desvela los motivos

El exmagistrado del Tribunal Constitucional Andrés Ollero. | Eduardo López

Andrés Ollero se desnuda. Metafóricamente. Acaba de publicar Votos particulares (Tirant lo Blanch), que recoge las 69 ocasiones en las que disintió de sus compañeros en el Tribunal Constitucional. La mitad de las veces de sus colegas conservadores, la otra mitad de los progresistas. Un hecho que, asegura, refleja su independencia. Con este libro intenta acabar con la creencia que tiene la mayoría de los ciudadanos, que consideran que los magistrados del tribunal de garantías reciben instrucciones de los partidos que les proponen

«He hecho una auditoría de mi paso por el Tribunal Constitucional», explica Ollero, (Sevilla, 78 años). El jurista fue durante dos décadas diputado del PP, en el que llegó a ser portavoz de Justicia. Tras nueve años alejado de la primera línea, a propuesta de los populares, el Congreso le nombró en 2012 miembro del órgano encargado de velar por la constitucionalidad de las leyes. 

Su mandato acabó el año pasado. Ollero, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos, asegura que durante esos nueve años ha estado «particularmente vigilante» de su independencia. «He emitido votos particulares hasta a sentencias de las que yo he sido ponente».

Las sentencias del Constitucional

– ¿Por qué hizo eso?

-Votaba a favor, pero no me quedaba satisfecho. Dejaba fuera algunos razonamientos que me parecían relevantes y que en la deliberación no conseguí que fuesen apoyados por unanimidad. 

Durante su paso por el Constitucional se publicaron 1.410 sentencias por unanimidad y otras 442 que incluyeron votos particulares. Ollero emitió 69. La mayoría de las ocasiones, 36, disintió de la  llamada mayoría progresista, mientras que en otras 33 lo hizo de la conservadora. «Empate técnico», bromea. Su último libro es pionero: nunca antes un magistrado del tribunal de garantías había llegado tan lejos. Ningún otro había revelado las ocasiones en las que estuvo en desacuerdo con sus colegas.

Portada del nuevo libro de Andrés Ollero sobre sus votos particulares en el Tribunal Constitucional.

«Si importara realmente la independencia judicial se harían auditorías del trabajo de los magistrados, igual que se hacen encuestas políticas», se sincera. Para desterrar la idea de que los partidos que les proponen son los que manejan los hilos de sus decisiones, el prestigioso jurista propone «mayor transparencia, como yo he hecho con mis votos particulares». Más de 300 páginas de razonamientos jurídicos.

Ollero asegura que, durante sus nueve años de mandato, solo recibió una llamada del PP. «Fue para decirme que no presidiría el Constitucional, aunque me tocaba». Sus antiguos compañeros se plegaron al veto del socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. «Le dijo a Soraya Sáenz de Santamaría que si el presidente era yo, Pedro Sánchez cogería esa bandera y Susana Díaz no sería secretaria del PSOE, que es lo que querían».

El puesto lo ocupó Juan José González Rivas. Ollero asegura a THE OBJECTIVE que se sintió aliviado con la decisión. Él siguió emitiendo votos particulares: en la sentencia de las parejas de hecho y su derecho a una pensión de viudedad, en el despido de una trabajadora embarazada, los de unos profesores de religión o en la del matrimonio del mismo sexo, entre otros casos.

Los decretos de alarma

«Una vez renuncié a ser ponente. No me encontraba en condiciones de hacer una ponencia contraria a lo que yo pensaba», reconoce. Unos trabajadores se habían manifestado ante un edificio militar en Galicia porque no cobraban de la empresa a la que la Armada española había subcontratado. Uno de los participantes profirió insultos contra la bandera y animó a quemarla.

El exmagistrado se apoyó en la jurisprudencia. Ponderando el derecho a la libertad de expresión y el respeto a los símbolos del Estado consideró que, en un caso como este, al ser una reivindicación laboral, pesaba más el primero. «Mi primer voto particular también fue polémico. La mayoría conservadora entendió que el Gobierno había vulnerado los decretos de alarma y que debió decretarse el Estado de excepción. Es absurdo, porque este está previsto para dos meses y no sabíamos cuánto tiempo se iba a alargar la pandemia». 

Ollero desconoce cuándo se renovará el tercio del Constitucional que eligen Gobierno y Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Prefiere no valorar la designación del ex ministro socialista Juan Carlos Campo y de la ex asesora de Moncloa Laura Díez. «Ya ha habido suficientes comentarios». No obstante, reconoce que Campo deberá abstenerse en las votaciones de todas aquellas medidas en las que ha tenido implicación directa.

«La Constitución no se aplica. Establece que ocho magistrados sean elegidos por tres quintos del Congreso o del Senado. La realidad es que los dos grandes partidos cierran los nombres en un despacho. Al final deciden tres personas», se lamenta Ollero. Votos particulares se presenta el 13 de diciembre a las 17 horas en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. El exmagistrado promete no dejar a nadie indiferente. Desnudarse hasta dónde pueda. O hasta dónde le dejen. 

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