Irene Montero acusó al ex de María Sevilla de 'utilizar' al Supremo con «fines políticos»
«El fallo demuestra que Montero es una persona manipuladora. Ha querido hacer ver a los jueces que era blanco lo que en realidad es negro», afirma Rafael Marcos
La ministra de Igualdad, Irene Montero. | Europa Press
Para intentar evitar la condena de Irene Montero en el Tribunal Supremo por vulnerar el derecho al honor de Rafael Marcos, la Abogacía del Estado no solo echó mano de argumentos jurídicos. También aludió a cuestiones que rozaron la soflama política para defender a la ministra de Igualdad. Llegando a señalar que la expareja de María Sevilla, el hombre al que Montero tendrá que pagar 18.000 euros de indemnización por vulnerar su derecho al honor al haberse referido a él como maltratador durante un acto público, estaba intentando «utilizar» al Tribunal Supremo con «fines espurios, propagandísticos y políticos».
Así consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE y que Irene Montero tendrá que difundir en su cuenta de Twitter y en un medio de comunicación escrito de alcance nacional como consecuencia del fallo. En el documento se revela que, en su contestación a la demanda del exmarido de María Sevilla, la Abogacía del Estado llegó a indicar que Rafael Marcos buscaba con su denuncia «ocasionar un daño reputacional» en la «fama, consideración y crédito político» de la ministra de Igualdad.
La sentencia acredita todo lo contrario: Irene Montero vulneró el derecho fundamental al honor de Rafael Marcos, a quien se refirió como un maltratador -sin nombrarle explícitamente-durante un acto público, cuando en realidad Rafael Marcos jamás ha sido condenado por ningún delito de violencia de género. Montero le atribuía delitos de manera infundada pocas horas después de que María Sevilla, presidenta de la ONG Infancia Libre, fuese indultada por el Gobierno pese a haber sido condenada por sustraer durante años al hijo de ambos para evitar que su padre pudiese ver al menor.
«Montero ha quedado como una mentirosa»
«Esto lo que demuestra es que Irene Montero es una persona manipuladora. No solo no se retractó de sus palabras durante el procedimiento, sino que ha querido hacer ver a los jueces que era blanco lo que en realidad es negro. Es ella quien ha dañado mi reputación y no al contrario, como demuestran los magistrados en la sentencia. Ella solita se daña su reputación, no necesita ayuda, y al final ha quedado como lo que es: una mentirosa», indica Rafael Marcos en declaraciones a este diario.
No oculta su alegría y su sorpresa por el fallo. «Al salir del juicio, viendo la postura que habían mantenido el Ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado, pensaba que estaba complicada la cosa. La alegría es enorme», asevera Marcos. «No espero una disculpa pública, sería ingenuo por mi parte. Me da igual el medio donde publique la sentencia. Donde ella prefiera, le doy a elegir el que más le guste», agrega.
Según ha podido saber este diario de fuentes jurídicas, el procedimiento judicial quedó visto para sentencia el pasado 10 de mayo. El fallo de la Sala de lo Social del Alto Tribunal se produjo este jueves, 8 de junio. Es el tiempo habitual para este tipo de procedimientos, añaden las mismas fuentes, a pesar de que en ciertos entornos de Podemos se ha querido vincular la fecha de publicación de la sentencia con una maniobra judicial para influir en la confección de las listas para las elecciones generales del 23-J.
«Efectivamente. Es cierto. Hemos estado callados desde el 10 de mayos para que no nos acusaran de querer interferir en las elecciones del 28-M ni en ningún otro asunto de carácter político. Nosotros hemos respetado los tiempos judiciales y no hemos querido que esto adquiriese tintes políticos», admite Marcos a este medio. Paradójicamente, la propia defensa de Montero había apuntado durante el procedimiento que la demanda de Rafael Marcos tenía entre sus objetivos el de utilizar al Tribunal Supremo para «fines espurios, propagandísticos y políticos».
