Una juez manifiesta su «asombro» por la existencia de 'listas negras' en Exteriores
Un policía solicita a la justicia que suprima un expediente reservado, un obstáculo para solicitar nuevos destinos
Subinspector de la Policía Nacional condecorado, pero con una mancha en su carrera por culpa de un expediente reservado elaborado durante su estancia en el Consulado de Orán (Argelia). Un obstáculo para solicitar destino en otra representación diplomática que el afectado conoció cinco años después de que se emitiera el informe. Lleva litigando sin éxito desde entonces para suprimirlo. El asunto ha prescrito, pero una juez de la Audiencia Nacional ha manifestado su «asombro» por la existencia de listas negras en el Ministerio de Asuntos Exteriores, extremo que rechaza el departamento que lidera José Manuel Albares.
El agente estuvo destinado como jefe de Seguridad en el Consulado de Orán entre 2000 y 2002. A finales de ese año, el Cónsul General, Diego Nuño (actual embajador en Honduras), remitió un fax al Oficial Mayor de Exteriores donde le acusaba de haber cometido varias faltas leves, como retrasos, acudir al trabajo sin uniforme, mostrar «un carácter inestable y enormemente intrigante», difundir rumores de sus compañeros para desacreditarles y tratar «con displicencia e incluso desprecio a ciudadanos argelinos».
El afectado pidió suprimir el informe en los tribunales, aunque sin éxito. Tras una larga travesía, el Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo número 9 acaba de inadmitir su recurso, aunque el agente ha recurrido la decisión. La magistrada descarta la existencia de vía de hecho porque lo que se denuncia es «un comportamiento omisivo» por parte de Exteriores, «que se niega a suprimir un expediente». No obstante, da un tirón de orejas al departamento de Albares al mostrar su «asombro» por este «modo de proceder».
Reproche a Exteriores
«Los hechos reflejados en el citado informe son de extrema gravedad y no le consta a esta juzgadora que se haya abierto investigación alguna, ni en vía administrativa, ni en vía penal. El ex Cónsul General de España en Orán está imputando conductas gravísimas que no han tenido ningún recorrido, ni en el ámbito disciplinario, ni en el penal y, al parecer, lo único que se ha hecho es un informe muy calumnioso que circula por el Ministerio de Exteriores», recalca la sentencia emitida el 19 de febrero a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
El informe, secreto, salió a la luz cinco años después de haberse elaborado. Se trató de una filtración interesada a los medios de comunicación que, según el agente de Policía, buscaba perjudicarle en unas elecciones sindicales. Su respuesta fue acudir al juzgado para que Exteriores lo eliminara, ya que considera que no ha tenido la posibilidad de defenderse de las acusaciones, una de las garantías fundamentales en un Estado de derecho.
El subinspector de Policía denunció el caso en 2008. Alegó que Exteriores había redactado un informe «fantasioso» en el que hacía mención a la base de datos Knosys, que es «una lista interna y confidencial que contiene la filación de los solicitantes de visado que han cometido irregularidades». Un juzgado de Instrucción de Madrid entendió que la querella «acumulaba indebidamente» diversas actuaciones que debían tramitarse por separado y dividió el caso, que acabó archivado.
«Parece que el contenido del fax incorpora expresiones claramente menospreciativas (…) sin perjuicio del carácter reservado de la información podrán considerarse constitutivas de delitos de calumnias e injurias, pero estarían prescritas», consideró la Audiencia Provincial de Madrid. El artículo 131 del Código Penal establece que este tipo de delitos pescriben al año. Pero el antiguo jefe de Seguridad de Orán no se dio por vencido y siguió pleiteando para que se retirara el informe.
Informe de idoneidad
El oficial de Policía ha estado durante estos años en varias misiones en el extranjero, pero como agregado del Ministerio de Exteriores, para lo que no necesita placet porque depende de Interior. En cambio, cuando le proponen en 2017 por la vía diplomática para ir como jefe de Seguridad a La Habana, el departamento de Albares emite un informe negativo de idoneidad. Y todo, por el expediente reservado que elaboró tres lustros antes el Cónsul General de Orán, que sigue activo.
«Como es costumbre, antes de emitir beneplácito para el nombramiento de los integrantes se consulta tanto el historial como los antecedentes obrantes en el archivo de seguridad», reconoce el documento que la Subsecretaría de Asuntos Exteriores remitió al Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo. El texto especifica que, en el caso del querellante, constan informes remitidos por el antiguo Cónsul General de Orán que alerta de «un comportamiento muy irregular, con algunas actuaciones que dejaron traslucir un carácter inestable».
El diplomático dejó constancia en su informe de que el agente mostraba «poca mesura» a la hora de valorar aspectos internos de trabajo de la oficina consular, «su comportamiento violento con ciudadanos argelinos» y otros actos de dudosa profesionalidad. «A juicio del Cónsul General, dada la personalidad del funcionario de Policía no aconsejaba que pudiese ser destinado nuevamente a otra representación diplomática por ser susceptible de repetirse».
El Ministerio de Exteriores explicó en su misiva a la magistrada que la Oficialía Mayor del departamento de Albares solo cuestionó la idoneidad del agente a petición de la División de Cooperación Internacional de la Policía Nacional para un puesto de jefe de Seguridad en la Embajada de España en La Habana. No obstante, rechaza que exista una base de datos en la que se almacenen informes del personal, algo que el perjudicado considera probado.
«Puestos golosos»
«El personal de Exteriores está acojonado porque sabe que si un embajador o un cónsul general hace un informe negativo, entra en una lista negra clandestina sin control judicial y bloquea su carrera», lamenta el subinspector de Policía afectado. Los sindicatos consultados por este diario revelan que existe esa lista, aunque desconocen su contenido.
Desde Sisex reconocen que nadie los ve, pero que existen «expedientes oficiales y oficiosos». Además, critican que cargos como el de jefe de Seguridad de una embajada o consulado sea de libre designación, por lo que los diplomáticos pueden enviar a quien deseen. Proponen que sean elegidos a través de un concurso de méritos. Y concluyen: «Son puestos muy golosos, ya que se cobra más de 8.000 euros mensuales y muchos días libres».