Casi cinco años de prisión a Flores, empresario del Madrid Arena, por apropiación indebida
La Audiencia de Madrid también le considera culpable de falseamiento de cuentas en una sociedad
La Audiencia de Madrid ha condenado a cuatro años y nueve meses de cárcel al empresario Miguel Ángel Flores, organizador de la fiesta del Madrid Arena en la que murieron cinco jóvenes, en este caso por apropiación indebida continuada y falseamiento de cuentas en una sociedad, por lo que además él y un socio tendrán que indemnizar a los afectados con un millón de euros.
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Madrid condena, en una sentencia a la que ha tenido acceso EFE, tanto a Miguel Ángel Flores como a un socio suyo, Andrés C.G., por esos dos ilícitos cometidos entre 2011 y 2014, pero les absuelve del delito de estafa y de otros delitos societarios de los que estaban acusados.
En concreto, Flores es condenado en total a cuatro años y nueve meses de cárcel y a pagar dos multas por valor de 14.400 euros, y su socio a tres años y nueve meses de prisión y multas de 3.900 euros. Además, ambos deberán indemnizar a una de las entidades afectadas con más de 877.000 euros, y a otros afectados con 177.926, 26.540, 23.010, 65.839, 5.366 y 2.683, todo lo cual suma más de 1,1 millones de euros.
Tragedia de Halloween en el Madrid Arena
Miguel Ángel Flores era el presidente y administrador de la empresa Diviertt y promotor de la fiesta de Halloween celebrada en el pabellón Madrid Arena la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre de 2012, en la que fallecieron cinco jóvenes. Fue condenado en 2016 a cuatro años de prisión por cinco delitos de homicidio y catorce de lesiones por imprudencia grave. En marzo de 2018 el Tribunal Supremo confirmó la condena a Flores y el empresario entró en prisión, de la que salió en octubre de 2020 tras casi un año en tercer grado.
La querella que en 2014 propició la causa por la que se condena ahora deriva precisamente de una pieza del caso Madrid Arena en la que se investigó el patrimonio de Flores y se descubrieron transferencias entre Canacur y la empresa de Flores que organizó la fiesta, Diviertt.
Así, Flores, junto a un socio, se volvió a sentar en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid el pasado mes de febrero, en un juicio en el que declaró que nunca estafó a los socios de la empresa, ni falseando datos ni desviando el dinero a otras empresas suyas. La Fiscalía no consideró acreditada la autoría de ningún delito, por la pruebas y los testimonios «contradictorios» expuestos, y no pidió condena para ninguno de los dos acusados.
Pero ahora los magistrados de la Audiencia sí consideran probado que Flores, que en la práctica siempre fue administrador de Canacur entre 2012 y 2018, el primer año «dispuso para fines propios de 440.000 euros que constaban como existentes en la contabilidad de Canacur, como efectivo en caja, y, sin embargo, no existían al haber dispuesto de los mismos en beneficio propio».
«Dicho dinero era retirado de las cuentas bancarias de Canacur o correspondía en menor cantidad a otros ingresos, como pago en efectivo a los clientes del club deportivo, y se contabilizaba como entradas en caja, pero en realidad no llegaban a entrar en la misma», detalla la sentencia, que pone de relieve que «el señor Flores no justificó el destino dado a tal dinero». Y relata cómo «la falta de dinero en la caja de Canacur, del que disponía Flores, se fue incrementado en los ejercicios 2013 y 2014, hasta llegar a los 683.085 euros».
Cuando los socios minoritarios denunciaron sus sospechas en 2014, Flores trató de regularizar la situación «con 125 salidas de efectivo de caja durante el año 2014 por importe de 683.085 euros», pero esas salidas de caja «eran irreales», algo que no supieron los socios minoritarios, que siguieron participando en ampliaciones de capital posteriores