
Extraños refugiados
Realmente se mueven sobre todo varones jóvenes. Alemania los necesita para su colosal ímpetu económico. En su virtud va a seleccionar el mejor plantel de trabajadores huéspedes

Realmente se mueven sobre todo varones jóvenes. Alemania los necesita para su colosal ímpetu económico. En su virtud va a seleccionar el mejor plantel de trabajadores huéspedes

Muchas veces ignoramos que hay otros países en peor situación, y ese es el caso de los países africanos, pueblos enteros abandonados a la suerte de una tragedia, peor que la griega, pero que no genera el mismo impacto noticioso porque son pueblos que siempre han estado así.

Unos niños no se conforman con que les pongan un muro. No se conforman con tener terreno para sus clases. Quieren lo normal. Correr, saltar, gritar, meter goles… Todo eso es educación

Sientan ese dolor. Esos abrazos en la profundidad de la desesperación. Esos ojos que ya no ven. Ese cuerpo que ya no se sostiene. ¿Los notan? ¿Les duelen la piel, el estómago y el corazón?

El ébola cruza fronteras. Los esfuerzos por contener el virus en los países africanos más afectados han fracasado. Naciones de todo el mundo se preparan para enfrentar una enfermedad cuya letalidad alcanza a 90%. Plantarle cara costará, además de vidas humanas, cientos de millones de euros.

Stop ebola pide un niño con un cartel. Que paren este infierno, quiere gritar esa inocencia diminuta que desde que llegó a la vida solo ha visto muerte. Porque esto no para, y si sigue así (por ahora nada parece apuntar a lo contrario) esta criatura habrá vivido más años en el infierno que en el cielo.

El verano nos ha devuelto a África, el continente que se desangra. Hemos visto como Boko Haram trae el horror a la tierra, a pesar de nuestras fotos con rostro severo y etiquetas de Twitter.

Curanderos, políticos, medios de comunicación, y líderes de diversos sectores de la sociedad africana son responsables indirectos de la propagación del ébola. El Departamento de Estados de EEUU está haciendo un esfuerzo extra de comunicación por conseguir ganarse el crédito de los ciudadanos de los países más afectados, después de que algunas personalidades les acusaran de inventar “la mentira del ébola”. El objetivo, igual que el de la OMS, es lograr concienciar a los africanos de la necesidad de prevención básica, y de que muchos ritos funerarios tribales se encuentran detrás de la propagación del ébola.

¿Acaso piensas que en su cabeza pulula algún pensamiento que no sea el que genera la adrenalina en estado puro? Adrenalina es emoción, es libertad. Quisiera ser este hombre con forma de ángel para borrar de mi cabeza todo lo que no sea puro, fresco, provocado por la libertad.


Quedarse en la sanguinaria anécdota de Boko Haram y regodearse en la distancia que nos separa de esa caterva de salvajes es perderse uno de los fenómenos geopolíticos más importantes de nuestra época: la guerra por el Sahel.

La ONU habla ya de más de un millón de desplazados en 130 campamentos. Un informe señala que su asistencia alcanza al 77% de la población afectada. El resto sobrevive como puede.

Lo primero perdón. Te pido perdón por la indiferencia con la que el mal llamado primer mundo te trata. La superioridad de los que creemos vivir en un mundo mejor nos hace pensar que tu hambruna, tus luchas continuas con la muerte a la que vences día a día, a nosotros no nos afectan.

A la madre le evitan el dolor de un parto, pero al bebé nadie le alivia el dolor de la llegada a la vida. Una vida maravillosa pero, no nos engañemos, con un dolor creciente en la medida en que vamos espabilando.

El ébola ha vuelto y azota el cuerno africano de nuevo, clavándose con fuerza en los cuerpos de muchos, sellando una puerta por dentro, que solo abrirá después de haber acabado con la vida del muerto.
España quiere recuperar su lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, el órgano de la gobernanza mundial. Lo renueva cada diez años. Y ahora es su turno de nuevo. Para ello, tiene que conquistar el voto de 129 de los 193 estados representados en la Asamblea General. Un reto para el que ha desplegado una red de alianzas a lo largo y ancho del planeta. Una estrategia en la que el nuevo rey, Felipe VI será quien ejerza el liderazgo.
Detectado en humanos en 1976 por primera vez, de forma simultánea en Sudán y en el Congo, el ébola es hoy una enfermedad incurable y sin vacuna. De los 18 brotes que se han detectado desde entonces, el actual que azota a tres países del África Occidental y está “fuera de control” amenaza con ser el peor de la historia. Hay registradas más de 330 víctimas mortales, y en las últimas semanas la tendencia se ha incrementado en un 60%. Muchos otros enfermos no identificados podrían estar muriendo en sus casas, ocultados por sus familiares o aconsejados por curanderos indígenas.

Habrá quien diga que deberíamos estar acostumbrados a imágenes como esta. Está loco o no ha salido de su acera. Un batallón de fanáticos con el poder en sus manos: un arma. Enfrente, otro batallón tumbado en el suelo esperando la muerte.


El despampanante calendario occidental tenía guardada para este mes otra cita para celebrar, el 25 de mayo. Ayer fue el día de África. La celebración del día de África pasa de largo para la mayoría de la población africana mientras se otorgan excusas para echar una mirada de pasada al continente en días señalados.

Estamos pagando las consecuencias de la alegre descolonización de África de hace medio siglo. Ahora sabemos que fue precipitada e ideológica (en su peor sentido), es decir, propagandística, retórica. Mejor sería que muchos países africanos volvieran al estatuto de protectorados.

‘Póngase usted en mi lugar’ tiene una expresión más gráfica y burguesa en inglés: ‘póngase usted en mis zapatos’. Como periodista hoy hago un esfuerzo por ponerme los del lector (incluso colegas) y ver la realidad de ese hormiguero después de la matanza. Todos descalzos.

Cerca o lejos, ¿dónde está África? Depende de para qué es un continente hermano, el colmo del exotismo o el paradigma de la barbarie. El origen del mundo o el fin del mismo. Pero hoy representa la peor sinrazón.


Abrías la portada de ELMUNDO.es y ahí estaban -en la última etapa, la ‘pública’, de su cautiverio- las fotos de Javier Espinosa y de Ricardo García Vilanova con la mención de los días de secuestro que llevaban.

La foto de ese niño filipino escarbando en las cenizas y la basura tratando de encontrar algo que llevarse a la boca vuelve a traer a mi memoria la imagen del negrito y el buitre.

La yihad mundial contra la inteligencia planetaria. Guerra de guerrillas. Alta tecnología contra el formidable poder del fanatismo político-religioso-ideológico.

Una de las secuencias más impactantes de La Lista de Schindler muestra a una niña judía que vaga perdida con su abrigo rojo entre la multitud en blanco y negro camino del campo de concentración.

Miren a estas mujeres. Todas ellas van provocando. Con esas vestimentas atrevidas qué otra cosa se le podría pasar por la cabeza a cualquier macho machote que pensar en violarlas. No se escandalicen. Hay hombres que piensan así. Y también mujeres.

Los chinos se han adaptado a nuestra lencería y a nuestro nuevo taoísmo del dinero. ¡Qué cerca tenemos a los Chinos! Del país de la tinta china, de las naranjas de la china y de las sedas, de tés de sagrados remedios y culinaria lenta de ánades.

Los chinos, que son muy puntuales para estas cosas, celebran el día 31 el principio de su Año del Caballo, que significa un período de virtud y talento.

Y ahora también Israel. Como si ellos jamás hubiesen sido inmigrantes. Justo el pueblo más nómada de la historia. Ahora también ellos encrudecen la ley para inmigrantes africanos sin visas válidas

“El Estado se ocupó de la cuestión trivial de matar gente pero dejó sabiamente en paz todo el asunto del nacimiento ( )”



