La vida te da sorpresas, pero entre ellas no está que los tiempos cambian y las modas mutan y lo que ayer fue ensalzado hoy podría cosechar denuestos. De manera que, tras el sexenio largo del funcionario Rajoy y unos meses de sanchismo, llegaron las últimas elecciones andaluzas y cual San Nicolás algo anticipado repartió una pedrea de pasmos: la comunidad autónoma más sólidamente socialista daba a los tres partidos de centro y derecha 200.000 votos de ventaja frente al socialismo-podemismo; la división del centro-derecha (que, recordemos, no significa lo mismo que centroderecha), lejos de perjudicar a este espacio político en número de escaños, le daba la mayoría absoluta; y la suma en porcentaje de votos de Partido Popular, Ciudadanos y Vox rozaba con un 49,99 % esa misma mayoría.