La imposibilidad del abrazo
Para abrazarse bien hay que encontrar el hueco en el cuerpo del otro y en el propio. Para abrazarse bien hay que conseguir que esos huecos, esas cavidades, se acoplen, se encuentren.
Para abrazarse bien hay que encontrar el hueco en el cuerpo del otro y en el propio. Para abrazarse bien hay que conseguir que esos huecos, esas cavidades, se acoplen, se encuentren.
Dijo Lord Beaconsfield que “la madurez es una lucha y la vejez un lamento” pero yo no puedo estar más en desacuerdo, porque al menos la mía (madurez, todavía) se dibuja más bien con los tonos de la ternura y el asentimiento. Tengo poquitas ganas de luchar.
La nueva tendencia en Instagram: pedir matrimonio con un aguacate
El resfriado es la enfermedad leve más extendida en el mundo y por desgracia, no es solo cosa de humanos. Los perros también pueden verse afectados y la sintomatología es bastante similar: tos, fiebre, estornudos, pérdida de apetito, cansancio extremo, secreciones oculares, dificultades respiratorias, etc. Con los cuidados adecuados, en pocos días el perro se recupera completamente, pero si no recibe atención veterinaria a tiempo, las complicaciones pueden ser muy graves, llegando incluso a poner su vida en riesgo.
La relación entre perros y humanos es especial. Hay estudios científicos, como el desarrollado por el departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad Azabu, en Japón, que aseguran que la conexión es, biológicamente hablando, tan fuerte como la que hay entre padres e hijos. Puede parecer una exageración, pero no lo es. La clave está en la oxitocina. Una hormona que potencia las relaciones sociales, reduce los efectos del estrés y se relaciona con sentimientos como la empatía, la compasión y, por supuesto, el amor.
Yo era, lector, de los que pedían permiso. Con el paso de los años, y aminorado ya el sentimiento de ridículo que aún me suscitan no pocos episodios de mi torpe adolescencia –mas por amor se puede hacer el ridículo– crece en mi ánimo la sospecha de haber perdido, por timidez, más de un beso, o lo que es peor y más grotesco, de haberlo perdido por la vanidad, propia del pedante, de pensar que al amor se llega a través de las palabras.
Harto de esperar a los novios, el cura de una pequeña parroquia del sureste de Inglaterra
“Ya no será / ya no / no viviremos juntos / no criaré a tu hijo / no coseré tu ropa / no te tendré en la noche / no te besaré al irme / nunca sabrás quién fui / por qué me amaron otros”. Pienso a menudo en este poema de Idea Vilariño. Se lo escribió a Onetti, como casi todos. Para él y por sus gracias los años más prolíficos y fatales de su literatura, tan loca por ese hombre raro -con un ojo mirando a Cuenca y otro a Teruel- que hasta le dolían las costillas y a veces los nudillos de las manos. Yo no lo sé, pero lo supongo. “No volveré a tocarte. / No te veré morir”.
Karl Kreile y Bodo Mende se han convertido en los primeros homosexuales en casarse en Berlín. Se han mostrado orgullosos de que las parejas gays y lesbianas dejen de ser «uniones de segunda clase» en Alemania.
Kit Harington y Rose Leslie anunciaron su compromiso esta semana. La pareja se conoció interpretando a Jon Snow e Ygritte en Juego de tronos. No son los únicos. ¿Conoces otras?
Tinder, la popular aplicación para conocer a gente, se ha convertido en la más descargada de la tienda digital de Apple, por delante de Netflix, Pandora o el videojuego «Clash Royale».
Todo el mundo se muestra vulnerable cuando su relación vive una crisis, también cuando la relación acaba definitivamente. Y cuando esto ocurre, no suele deberse a una causa repentina, sino a una grieta que ha ido creciendo con el tiempo. En cualquier caso, la ciencia trata de resolver la pregunta de qué hace a las personas esforzarse por mantener las relaciones en los malos tiempos y qué les impulsa a decidir que es el momento de terminarla.
La frigidez no es un pecado, pero sí una lástima. Ayer salí de ver La seducción, de Sofia Coppola, cargando con una anorgasmia militante -en mi barrio se dice revenía’- y corrí al Burger King a meterme entre pecho y espalda una vulgar pero sincera tendercrisp que me devolviese a la tierra, que me conectase de nuevo con la carne, la saliva y la culpa, con la lascivia del queso americano y la grosera humanidad de dos labios abriéndose. La parte de la vida que me interesa suele alojarse al otro lado de la boca que se desprende, que se ensancha como una flor carnívora llena de fascinaciones, admiración, estupor o apetitos. La película fue como el antónimo: más o menos un rictus.
Tinder pide a los usuarios que dejen de publicar fotos con tigres
Se cumplen 200 años del nacimiento de Jane Austen. Strauss dijo que quizás un joven podría considerar que Dostoievski es el mejor novelista, pero que en la madurez debería cederle el trono a Austen. Es muy probable que tenga razón.
No nos damos cuenta, pero nuestros ojos nos traicionan. En cuanto comenzamos a fijar nuestra mirada en otra persona, comenzamos a dar información valiosa. Ya sea en la intensidad de la mirada o en qué partes del cuerpo lo hacemos, la otra persona puede descubrir cuáles son nuestras intenciones, si la observamos como amigo o como pareja, si la vemos como un amor romántico o como un amor fugaz.
A Josh Avsec y Michelle Arendas les ha salido muy barato su match en Tinder. Estos dos jóvenes estadounidenses comenzaron a hablar por la red social a finales de 2014 y han tardado tres años en conocerse, y lo han hecho en un plató de televisión en horario de máxima audiencia. Porque su historia no es la de una pareja de Tinder cualquiera.
«Vengo a encontrar el amor», dice. Y continúa, voz ilusionada: «Que sea bueno en la cocina y que le guste hacer deporte y salir de paseo y ya que estamos tez morena y ojos azul piscina». Lo dice una concursante del famoso programa First Dates, timoneado por el hombre de la ceja: Carlos Sobera. Se sabe: está de moda el amor a la carta. Voy al supermercado del amor hambriento de compañía y elijo producto —persona, sus ingredientes— que menos me vaya a indigestar. A menor número de incompatibilidades, más posibilidad de dicha. Más duradera la relación y por tanto más remota la ruptura. Menos platos levitando. La lógica del amor a la carta cree que el amor, si se elige como el traje para la boda, resultará menos estafa. No obstante, la cifra de rupturas en Occidente, y su velocidad, contradice estas matemáticas. Todo el mundo elige, y sin embargo nunca antes las relaciones sentimentales fueron tan vidriosas.
Algunas de las preguntas más habituales entre los usuarios en Tinder son: ¿Es demasiado publicar seis fotos –el máximo permitido- en mi perfil? ¿Me hace eso parecer desesperado? Y si subo solo dos, ¿creerán que son mis únicas cartas, las únicas en las que salgo bien?
Porque, de acuerdo con esta investigación, todos buscamos en nuestras citas a personas que siguen los patrones que conforman lo que solemos denominar como nuestro tipo ideal, esa persona que consigue colmar nuestras aspiraciones. Por fugaces que sean. A veces sin darnos cuenta, a veces a conciencia.
Con el nivel 4 de alerta, Interior ha desplegado a unos 2.000 agentes, entre Policía Nacional y Policía Municipal
Coincidiendo con el World Pride 2017 en Madrid, Tinder ha introducido en España su actualización inclusiva. Esta nueva funcionalidad permite a los usuarios expresar en Tinder su identidad de género. La aplicación ha ampliado la definición de género de hombre y mujer hasta 22 definiciones diferentes que quieren representar a todas las opciones sexuales posibles. Pero no solo los españoles se benefician de esta nueva funcionalidad, también lo hacen los alemanes y los franceses. En EEUU ya existía esta posibilidad.
“El mismo mecanismo de conexión, basado en el aumento de la oxitocina al mirarse, que fortalece los lazos emocionales entre las madres y sus hijos, ayuda a regular también el vínculo entre los perros y sus dueños.”
Al ser elegido papa, Jorge Mario Bergoglio escogió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, el santo italiano de los siglos XII y XIII caracterizado por su desapego de lo terrenal. El Pontifex Maximus, sin embargo, se ha destacado mucho menos como figura espiritual que como actor político dispuesto a colocar la Santa Sede entre los poderes rectores de la geopolítica mundial, una acción eminentemente terrenal. En lugar de puente espiritual de comunicación con la divinidad, el papa ha fungido como puente de diálogo entre las facciones que se disputan el poder en diversos lugares del mundo. Pero a pesar de sus recurrentes llamados “a la apertura y el diálogo sincero con los demás, a reconocer los derechos y las libertades fundamentales”, sus diálogos han mostrado un particular sesgo.
Los «candados del amor» colgados por turistas en los puentes de París serán subastados con fines benéficos el próximo 13 de mayo, según ha anunciado este jueves la alcaldía de la capital francesa.
El jueves de la pasada semana fue el Día Internacional del Beso. Aunque mantengamos, firmes en nuestra sospecha sobre el mundo de hoy, que esto de los días internacionales es un santoral laico repleto de cursiladas, acaso demasiado ingenuas, por tanto prescindibles, este día en concreto levanta ternura y debilidades a los que somos esquivos y distantes. No obstante, besos en la historia los ha habido de todo tipo y condición. No hay que irse demasiado lejos. Esta pasada semana tuvimos un ejemplo: el beso de Judas. Beso de traidor. De una traición que, para la historia de la humanidad, cambió el curso de todo lo que estaba por venir. ¿Qué hubiese sido del humanismo y de la dignidad de la persona, del concepto del ser del individuo –en hombres y en dioses- sin ese beso del amigo fariseo y vendido por treinta monedas? Y es que los besos son eso, perdón por el ripio: revoluciones, cambios, transformaciones, ¡terremotos emocionales!, si nos dejamos llevar por ese horror llamado sentimentalidad.
Si un beso fuera un mero acto físico, el verbo besar carecería de sentido en los labios de aquellos que besan. Los besos son lentos, fugaces, apasionados o fríos, pueden saber amargos, dulces o salados, pero sobre todo los besos no se enseñan, se sienten.
En estos tiempos modernos las relaciones fluyen de tal forma que hasta el propio concepto de amor se diluye. Los hábitos más tóxicos de los enlaces románticos que establecen dos personas de forma voluntaria no quedan muy claros. Hemos tenido que aprender y desaprender a amar reiteradamente. El concepto de ‘amor romántico’, aquel que nos enseñaron a golpe de novela de Flaubert o de Pretty Woman, ahora se ha revelado caduco. La caducidad de esta idea tiene que ver, sin duda, con el machismo que a menudo implica, y también con la toxicidad que invade cada una de sus esquinas. Por ejemplo, tras aprender que los celos eran una muestra inequívoca de amor, tuvimos que rectificar y entender que los celos llegaban de un sentimiento de posesión irracional, además de ser muy peligrosos ya que pueden llegar, incluso, a matar.
Joe DiMaggio era un hombre alto y delgado con unos brazos para el béisbol que no podían tomarse a la ligera. El bateador DiMaggio ganó las series mundiales en siete ocasiones, jugó trece partidos de las estrellas y estableció un récord de hits consecutivos —55— que no ha batido nadie. Pero Joe DiMaggio no solo fue un jugador extraordinario, el mejor de todos, sino también una leyenda. Tanto es así que el escritor Ernest Hemingway le dedicó dos líneas en su novela corta El viejo y el mar.
San Agustín, apóstol de Inglaterra y primer arzobispo de Canterbury, le envió una misiva al Papa Gregorio I, llamado “el Grande” por sobrados motivos. En la carta le pedía que le iluminase con la mejor doctrina de la Iglesia sobre nueve cuestiones; cinco de ellas se referían a cuestiones familiares.
Pocos debates como el de la prostitución contradicen más lo que nuestra fría razón liberal nos dice que debe ser (“de la piel para dentro empieza mi exclusiva jurisdicción”, que escribió Antonio Escohotado) y lo que, en realidad, resulta ser (proxenetismo, miseria y violencia sexual). Sí, sé que hay reportajes que nos hablan de prostitución voluntaria, incluso “feminista”. En definitiva, que se trata en algunos casos de un actividad liberal, de una prestación de un servicio sujeto a la oferta y demanda de sexo, por lo que quienes lo practican se definen como “trabajadores sexuales”.
Se acerca la noche del 31 de diciembre, ese momento en el que nos despedimos de un año y recibimos otro con la ilusión de que será mejor que el que estamos a punto de dejar atrás. La Nochevieja es un momento especial en todo el mundo, con tradiciones de lo más variadas que, en algunos casos, más bien deberíamos llamarlas supersticiones, pues son rituales que nos alejan de malos espíritus, nos auguran éxito en el amor, en las finanzas o en aquello que queramos conseguir. Aquí va una lista de lo que no hay que dejar de hacer en Fin de Año y en Año Nuevo.
Por el momento, 65 toneladas de chatarra han sido recogidas, un millón de candados, de los cuales 10 toneladas se pondrán a la venta, el resto serán fundidas y el dinero también irá destinado a los refugiados. Bruno Julliard, primer teniente alcalde de París, ha informado que cualquier persona puede comprar entre cinco o diez cerraduras «por un precio asequible». «Todas las ganancias irán destinadas a aquellos que trabajan por y para los refugiados en París». Juillard añadió que de la venta, que comenzará el año que viene, espera recaudar hasta 100.000 euros.
En mayo de 2015, la alcaldía de París ordenó quitar estas cerraduras de las pasarelas ya que suponían un riesgo para la estructuras de éstas. El enorme peso de estos recuerdos ya hizo que se desprendiera un tramo del Pont des Arts.
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