Llegar en el momento incorrecto a estos lugares, aunque solo varíe unos pocos días, puede
causar que los pájaros pierdan la máxima disponibilidad de recursos vitales como la comida o los nidos. Si llegan tarde, puede afectar a las incubaciones de primavera y, por tanto, a las posibilidades de sobrevivir de los recién nacidos. Además, los migrantes de larga distancia pueden sufrir más que el resto, que ganan ventaja al llegar antes que ellos a los lugares hacia donde se dirigen.
“Estos conocimientos pueden ayudarnos a predecir cómo siguen el ritmo los pájaros de las condiciones cambiantes en sus lugares de reproducción”, explica Takuji Usui, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Edinburgo. El estudio, publicado por la revista Journal of Animal Ecology, ha analizado datos de especies migratorias de hace hasta 300 años.