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Medio Ambiente

El sueño de plantar un bosque en el desierto y regarlo con agua de iceberg

¿Cómo sería crear un espacio verde inmenso en el segundo desierto más grande del mundo? Este es el desafío del ingeniero emiratí Abdulá Alshehi, que trabaja para hacer cumplir su sueño en el desierto de Rub al Jali, de unos 650.000 kilómetros cuadrados repartidos entre Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Omán y Yemen.

El sueño de plantar un bosque en el desierto y regarlo con agua de iceberg

Reuters

¿Cómo sería crear un espacio verde inmenso en el segundo desierto más grande del mundo? Este es el desafío del ingeniero emiratí Abdulá Alshehi, que trabaja para hacer cumplir su sueño en el desierto de Rub al Jali, de unos 650.000 kilómetros cuadrados repartidos entre Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Omán y Yemen.

Alshehi, conocido en su país por su implicación en causas medioambientales, ha explicado en una entrevista para la agencia EFE que pretende ayudar de esta manera a reducir las emisiones de dióxido de carbono y frenar así el calentamiento global, puesto que se generarían más precipitaciones y, consecuentemente, nuevas fuentes de agua dulce.

 

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Uno de los principales obstáculos del proyecto es la escasez de agua en la región. | Foto: Reuters

 

Su idea ya quedó plasmada en 2013 en un libro al que llamó Filling the empty quarter (Llenar el cuarto vacío, en castellano), en el cual exponía la posibilidad de crear espacios verdes y ecosostenibles en Rub al Jali, que ocupa el tercio sur de Arabia Saudí y parte de Yemen, Omán y Emiratos. El actualmente director de Geowash, empresa de limpieza de coches que ahorra entre 40 y 60 litros de agua en cada lavado, ha presentado ahora al Gobierno emiratí la parte principal del proyecto, que consiste en construir un «gran muro verde» a lo largo de la frontera de Emiratos con Arabia Saudí y Omán.

Sin embargo, se ha encontrado con un obstáculo enorme. Este plan, que prevé cubrir de bosques, campos de cultivo, granjas e industrias ecológicas el espacio que abarca desde la ciudad de Al Ain hasta la de Silla, requiere de mucha agua, un bien escaso en la región.

 

Para trasladar el iceberg hasta el desierto árabe serían necesarios dos o tres barcos mercantes

 

Para poner solución a este problema, se han planteado varias opciones y la que ha levantado más revuelo en las últimas semanas es la propuesta de transportar un bloque de hielo de tres kilómetros cuadrados y 300 metros de grosor desde la isla Heard, en el Polo Sur, hasta tierras emiratíes. «El 97 por ciento del agua del planeta es salada, sólo el tres por ciento es fresca y dulce, y de este tres por ciento, un 70 por ciento se encuentra congelada. Esta es la mayor fuente de agua del mundo«, destaca Alshehi.

Un iceberg derretido vierte al mar casi 76.000 millones de litros de agua, los suficientes para que beban un millón de personas durante cinco años», sostiene. La idea de transportar icebergs y utilizarlos para abastecer de agua el desierto no es nueva: fue presentada en 1965 por el científico francés Georges Mougin al príncipe saudí Mohamed al Faisal; en aquella ocasión no se pudo llevar a cabo. Ahora, en coordinación con Mougin, los Emiratos han retomado el proyecto, por lo que Alshehi está un poco más cerca de cumplir su sueño.

 

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Un iceberg podría hidratar las tierras desérticas y crear vida vegetal en el desierto de Rub Al Jali.  | Foto: Nasa

 

El ingeniero explica que harían falta «dos o tres barcos mercantes para arrastrar el iceberg, protegido con material aislante, a través del océano hasta su destino, en la costa del emirato de Fuyairah», a lo que agrega que «solo una pequeña parte del hielo se derretiría, ya que el iceberg es blanco y refleja la luz del sol». Una vez que esté en contacto con el clima de la región, explica, el hielo se convertirá en miles de millones de litros de agua que se emplearán para formar lagos en el desierto y regar el «gran muro verde».

Además, tendría otros impactos positivos sobre el medioambiente, ya que también «disminuiría la contaminación derivada del uso de plantas desaladoras (de agua marina) y sus costes», según Alshehi.

En cualquier caso, Alsheshi cuenta con una segunda propuesta para traer agua hasta el desierto de Rub al Jali: transportarla desde los ríos Dasth e Indo, de Pakistán, a través de un conducto submarino. El ingeniero emiratí cree que es posible aprovechar el agua procedente de los desbordamientos de los ríos, sobre todo del Indo, el más largo de Pakistán y que llega a arrojar más de 300.000 millones de litros de agua dulce al mar. Esa agua, que incrementa el nivel del mar y afecta negativamente a muchos países, podría convertir el desierto en un vergel.

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