Israel ha anunciado la construcción de 3.000 viviendas para colonos en la Cisjordania ocupada, lo que supone la cuarta medida de este tipo adoptada en menos de dos semanas, coincidiendo con la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca. La decisión coincide con el inicio de la evacuación de Amona, un asentamiento judío ilegal que la justicia israelí ha ordenado demoler, lo que ha provocado tensiones y enfrentamientos entre los residentes, que no están dispuestos a marcharse, y la policía.
Los preparativos se aceleraron y la demolición de Amona, vigilada desde el martes por decenas de miembros de las fuerzas israelíes, parece ser una cuestión de días o incluso de horas. Los habitantes – entre 200 y 300 – se niegan a abandonar el lugar. Sobre la colina de Amona, un grupo de jóvenes prendieron fuego a neumáticos y arrojaron pedradas a los periodistas, decididos a resistir cuando las fuerzas israelíes lleguen para evacuarlos. Un grupo de soldados, por su parte, desplegó un alambrada para impedir que otros colonos de zonas próximas se sumen a las acciones contra la demolición.
Mientras se decide la suerte de Amona, «el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, decidieron autorizar la construcción de 3.000 nuevas vivienda en Judea-Samaria», nombre que dan los israelíes a Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, ha anunciado el Ministerio de Defensa en un comunicado publicado en la madrugada del miércoles. Desde la investidura de Trump el 20 de enero, Israel ha avanzado en la construcción de viviendas en tres barrios palestinos de la Jerusalén-Este ocupada y anexionada por Israel, además de aprobar la edificación de 2.502 viviendas en Cisjordania.
«Construimos y seguiremos construyendo», azeguró Netanyahu. Según él, la presidencia de Trump constituye una «oportunidad formidable» tras las «enormes presiones» del Gobierno de Obama contra los asentamientos judíos en territorio ocupado. «Entramos en un período de regreso a la normalidad y aportamos la respuesta pertinente a las necesidades cotidianas de la población», ha indicado en un comunicado el Ministerio de Defensa, que ejerce autoridad sobre el territorio. Unos 400.000 colonos israelíes conviven a menudo en conflicto con 2,6 millones de palestinos en Cisjordania.