«La sabiduría de series, el atracón continuo, la comparación de todo lo que ocurre con un patrón reducido a las ideas de unos brillantes guionistas, los chistes, las parodias, la sucesión de estereotipos y luego, el balcón, con su avenida vacía y sus perros de ópera ladrando sin público»
Reconozcámosle a Rivera la capacidad de supervivencia y una alegría en guillotinar cabezas opositoras que nada tiene que envidiar a la de Robespierre