Una joven yazidí se quema a lo bonzo para dejar de ser una esclava sexual del ISIS
«No podía soportarlo más», asegura. No aguantaba más después de haber sido vendida ocho veces por el ISIS y violada 100 veces durante 10 meses. Se roció la cara y el cuerpo con gasolina y se prendió fuego. Las llamas que recorrieron su cuerpo le han desfigurado la cara, quedándose sin nariz, labios y orejas. Las quemaduras cubren el 80% de su cuerpo. La joven intenta recuperarse ahora en un centro en Baden-Wurttemberg, en el suroeste de Alemania, donde vive con sus padres y hermanos.
El caso de esta joven siria no es un episodio aislado. La ONU ha denunciado que más de 3.200 mujeres y niños yazidíes todavía están en manos del Estado Islámico y acaban siendo víctimas de esclavitud sexual y adoctrinamiento a menores como militantes del grupo yihadista para utilizarlos en combate.