Fantasmas tenistas y novias que muerden perros: libros de terror más allá de Halloween
Esta recopilación de libros exploran el miedo y el horror en sus facetas más inquietantes y actuales
Esta recopilación de libros exploran el miedo y el horror en sus facetas más inquietantes y actuales
Esta celebración tiene el objetivo de recuperar el significado original de la Fiesta de Todos los Santos y fomentar la transmisión de la fe a los niños
Aunque se celebraba principalmente en países anglosajones, con el tiempo, se ha convertido en una festividad global
Leyendo En el café de los existencialistas (Ariel) de Sarah Bakewell veo que siempre había entendido mal una frase de Jean-Paul Sartre: el infierno son los otros. Bakewell explica que la frase no significa que otra gente sea infernal, sino que “después de la muerte nos quedamos congelados en su mirada, incapaces de defendernos de su interpretación”. “En vida todavía podemos hacer algo para gestionar la impresión que producimos; después de la muerte, esta libertad desaparece y quedamos enterrados en los recuerdos y percepciones de los demás.”
Los jóvenes ayudan a sus mayores a limpiar las tumbas y una vez arregladas, la tradición es colocar velas sobre ellas. Después, las familias comen juntas junto a sus allegados muertos. Otra tradición de esta fecha es quemar dinero como símbolo de prosperidad, después de lo cual rezan arrodillados. En Ching Ming, los chinos cuelgan en sus puertas unas ramitas de sauce, símbolo de la luz, para protegerse de los espíritus malignos. Si no lo hacen, la creencia popular es que cuando fallezcan volverán a la tierra convertidos en perros amarillos. Además no se puede encender fuego y por eso realizan la ‘Fiesta de la Comida fría’, con alimentos que se ofrecen a los antepasados junto a sus sepulturas.
El origen de este festival es del 600 antes de Cristo. Cuenta la leyenda que Jie Zi Dui salvó la vida de su amo enfermo alimentándolo con carne de su propia pierna. El amo, en agradecimiento, quiso nombrarle ministro, oferta que Jie Zi rechazó, marchándose a las montañas a vivir. El amo, con objeto de forzarle a volver ordenó prender fuego a las montañas pero Jie Zi prefirió morir entre las llamas. El remordimiento del amo hizo que ordenara conmemorar el día de la muerte de Jie Zi prohibiendo encender fuego.
Los tailandeses llevan en este día máscaras representando los espíritus de la muerte que, cada año por estas feches, regresan a la vida. En Tailandia, uno de los espectáculos más coloridos es que el que lleva a cabo en Dan Sai, cerca de la frontera con Laos. El día de difuntos se festeja en junio, durante lo que en Occidente es la noche de San Juan. Este festival se llena de turistas que disfrutan de las danzas tradicionales y de los rituales centenarios que los tailandeses cumplen cada año para apartar los malos espíritus y atraer la fotruna.
Todo el país se suma a los himnos sagrados que se retransmiten por la radio y se recita en las casas versos de ‘Chandipath’ sobre la reencarnación de la Diosa Durga. Al anochecer, la gente le reza a esta diosa para que ahuyente a los demonios y hay quien se baña en el río Ganga mientras pide por sus familiares fallecidos.
Según la mitología hindú, esta celebración tiene que ver con el héroe de Mahabharata Karna, quien al morir subió al cielo. Allí, toda las obras de caridad y limosnas que había hecho en vida le fueron devueltas y se encontró con oro y plata pero ningún alimento porque nunca dio de comer a los pobres. Karna pidió al Dios de la muerte que le permitiera volver a la Tierra para reparar su error y durante el tiempo que vivió de nuevo se dedicó a alimentar a los pobres. Al regresar al cielo encontró comida suficiente para su nueva vida.
Los mexicanos van disfrazados de Catrinas, un personaje creado a principios del siglo XX por el dibujante y caricaturista José Guadalupe Posada, famoso por sus dibujos folclóricos típicos de la zona, la crítica socio-política y por sus ilustraciones de esqueletos o calaveras. Actualmente La Catrina se ha convertido en un ícono de México, especialmente durante la celebración a los muertos, incluso, sus figuras, hechas principalmente de papel o de barro, se comercializan dentro y fuera del país.
El protocolo de Estado y laicidad sindical ofició a los seis mineros, seis minutos de silencio. Seis minutos huecos, seis minutos muertos
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