Sin salida
«El Gobierno de Pedro Sánchez, ostensiblemente, no se entrega a gobernar bien para justificar una futura reelección, sino a destruir la posibilidad de alternativa»
«El Gobierno de Pedro Sánchez, ostensiblemente, no se entrega a gobernar bien para justificar una futura reelección, sino a destruir la posibilidad de alternativa»
«Todo mortal es falible y hasta el mejor escriba echa un borrón. El «fuste torcido de la humanidad», en expresión de Kant, nos convierte en escopetas de feria»
«Quizás lo peor, además del sufrimiento del pueblo cubano, sea ver cómo en España hay políticos que no disimulan su simpatía por la dictadura comunista»
«Lo llaman socialismo e intuimos cómo va la historia: al final los que trabajan son igual de pobres que los que viven de las ayudas y nadie quiere dar un palo al agua»
«Pasar a la Historia, alcanzar la fama, constituyen vanas aspiraciones de políticos arrogantes que se atribuyen la facultad de saber lo que el futuro dirá de ellos»
«Llevo más de 30 años metiéndome con Serrat, pero he visto un vídeo de su adiós en Madrid y había dignidad y homenaje a la vida, y se me han saltado las lágrimas»
«Su obra es un arcón inmenso, donde la historia es presente, la ciencia se pone al servicio de la poesía y las ideas traspasan las fronteras de los géneros»
«La más sangrante: vive del dinero que le dan sus conciertos en el exterior por defender simbólicamente un sistema que ha abolido los derechos de autor»
El mandatario ruso ha abogado por seguir colaborando junto a La Habana para «defender los grandes valores de igualdad, la equidad y la justicia»
«Para el cubano medio, la naturaleza binaria del recetario no se expresa en forma de gallinas o chanchos, sino de comer o no comer»
Ernesto Díaz Rodríguez estuvo preso en las cárceles cubanas durante más de veinte años. Formó parte de la protesta de los plantados, sobre cuyas gestas ahora se estrena una película
La relación entre ambos dictadores estuvo marcada por un sentido práctico y favorecida por sus orígenes gallegos comunes
«Cuando la eficacia electoral se impone a la gestión de lo público y el mundo se divide en dos, sin alternativa posible, elegir es tomar partido y, en cierto modo, renunciar»
El Gobierno de entonces quiso cargarle el muerto por perder Cuba, pero la historia acabó absolviéndole y sus adversarios admirando su valor
La Fundación Felipe González publica más de 10.000 páginas de cartas del expresidente con líderes políticos y ciudadanos
La escritora ofrece una nueva visión sobre la contrarrevolución cubana en ‘El mercenario que coleccionaba obras de arte’
Nunca un presidente español se había expuesto tanto. La Fundación Felipe González ha presentado en público el trabajo incansable de tres años, han reunido y digitalizado cientos de fotografías, notas a mano, cuadernos enteros. El proceso sigue abierto, no han culminado la obra, pero por lo pronto la cantidad de documentos es enorme: son 2912, en gran medida fotografías, aunque también cientos de páginas escritas a mano.
La Asamblea Nacional de Cuba sesiona para elegir al nuevo presidente de la isla, en una transición histórica tras seis décadas de poder de los hermanos Castro. A sus 86 años, Raúl Castro, sucesor de su hermano Fidel en el poder, será relevado en la presidencia de Cuba por un representante de una nueva generación.
Cuba ha conmemorado el 57 aniversario de la proclamación del socialismo de la Revolución, con un acto en La Habana donde la juventud comunista ha querido expresar su compromiso con la continuidad del sistema político, en vísperas de la sesión en la que se producirá el histórico relevo en la Presidencia del país.
El día es horroroso en Madrid; las nubes cubren el cielo y hay lluvia y hay viento y hace tanto frío como en las peores noches de invierno. José María Vitier (La Habana, 1954) es cubano y vino sin más abrigo que la americana de su traje. Al pianista le bastó durante su paso por Valencia, donde dio un concierto en el Palau y donde hay sol y el viento está calmado, pero el mal tiempo en Madrid le vino por sorpresa. “Si tuviera que vivir en España”, dice, “lo haría en Valencia”.
Vargas Llosa: «Cuando escribí sobre Trujillo, hablé sobre Chávez y Maduro»
No tienen lugar donde poner sus cámaras y andan todos de puntillas y nerviosos buscando el plano para retratar a Mario Vargas Llosa. El Nobel peruano, a sus 81 años, está inmerso en la promoción de su nuevo libro, La llamada de la tribu, que le gusta reivindicar como su autobiografía intelectual y política, y aparece entre flashes caminando muy despacio, con los ojos entornados, visiblemente cansado o aburrido, y posa con una resignación sincera.
Domingo de elecciones municipales en Cuba sin oposición y con la mira en nuevo presidente.
Es uno de los personajes más ilustres de la segunda mitad del siglo XX y su nombre y su rostro se asocian a la rebeldía. El argentino Ernesto ‘Che’ Guevara es uno de los héroes de la revolución cubana, que tumbó el régimen del dictador Batista y elevó al poder a Fidel Castro en 1959. Más allá de contentarse con un cargo ministerial en La Habana, el Che quiso trasladar la revolución a otros lugares de África y América Latina aplicando el ejemplo. Combatió en el Congo, de donde salió desencantado, y en Bolivia, donde finalmente encontró la muerte el 9 de octubre de 1967. Una muerte que, en cualquier caso, está repleta de incógnitas.
Es uno de los personajes más ilustres de la segunda mitad del siglo XX y su nombre y su rostro se asocian a la rebeldía. El argentino Ernesto ‘Che’ Guevara es uno de los héroes de la revolución cubana, que tumbó el régimen del dictador Batista y elevó al poder a Fidel Castro en 1959. Más allá de contentarse con un cargo ministerial en La Habana, el Che quiso trasladar la revolución a otros lugares de África y América Latina aplicando el ejemplo. Combatió en el Congo, de donde salió desencantado, y en Bolivia, donde finalmente encontró la muerte el 9 de octubre de 1967. Una muerte que, en cualquier caso, está repleta de incógnitas.
La apertura que Barack Obama inició en las relaciones de Estados Unidos con Cuba va a dar un tremendo paso atrás con las medidas anunciadas por el actual presidente estadounidense, Donald Trump, en su visita al exilio cubano en Miami.
«Las ideas de Ernesto siempre eran fantasiosas». Juan Marín Guevara escribe sobre su hermano desde la distancia del tiempo. Cuarenta y siete años fue lo que tardó en atreverse a enfrentarse a sus fantasmas y visitar el lugar en el que fue ejecutado en una «aldea perdida» de Bolivia, donde quería hacer triunfar una revolución como la cubana que se expandiera por el resto de Latinoamérica. Pero el destino de Ernesto Che Guevara era caer fusilado el 9 de octubre de 1967. «Dicen que murió dignamente y que sus últimas palabras fueron: ‘Póngase sereno y apunte bien. Va a matar a un hombre'». Juan Martín narra la vida del guerrillero en Mi hermano el Che (Alianza), coescrito con la periodista francesa Armelle Vincent.
Fernando Pérez sabe qué esperar de la vida. Ya son más de 40 años de cine y sus películas son el ojo clínico de Cuba; nadie ha retratado el espíritu de la isla como él.
Si tuviéramos que elegir entre las conductas universales, en tiempo y en espacio, en época y en contexto, de los mandatarios con dotes y facilidades para el arte de lo excéntrico, una de ellas sería la del principio de exclusión. O de negación de lo propio y retrato malvado y conspirador de lo ajeno. Con tal de no irnos demasiado lejos en la historia, dejaremos algunos ejemplos recientes. Y es que Franco tuvo a sus masones como Chávez y Castro tuvieron al imperialismo yanqui, como el nacionalismo presume de un Estado en el que viven pero oprime. Trump, siguiendo esta actitud –acaso mejor hablar de conductas o gestos, de estrategias para colmar titulares, que de política-, la ha tomado con el periodismo y con Obama, a quienes acusa de enemigos del pueblo en el primer caso y de filtrar informaciones en el segundo.
Al inicio del nuevo año, en un evento de la Asamblea Nacional del Poder Popular de los comunistas cubanos, el delegado e Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, pronunció un discurso donde tocó un tema muy controvertido en la realidad cubana de hoy.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado su propósito de detener o revertir el proceso de deshielo comenzado en diciembre de 2014, si no obtiene un acuerdo mas ventajoso que el de su antecesor, Barack Obama. Frente a esto, la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), única oradora de la jornada, dijo que el proceso de acercamiento con Estados Unidos «será largo» y «queda mucho por hacer». Entre esos obstáculos citó el levantamiento del embargo vigente desde 1962 y la devolución del territorio que ocupa la base naval de Guantánamo, en el este de la isla. «Nadie podrá hacernos olvidar nuestra historia ni los símbolos de independencia de nuestro pueblo», aseguró.
En el desfile participaron todos los cuerpos armados de la isla, pero sin equipamiento militar, como en los anteriores en 2006 y 2011. Tras las tropas, comenzó una ‘Marcha del Pueblo Combatiente’ que, convocada por el Raúl Castro, reunió a decenas de miles de personas que rindieron homenaje a Fidel Castro, fallecido el pasado 25 de noviembre, a los 90 años. También se conmemoraron otras fechas históricas para el país como el levantamiento revolucionario en 1956 en Santiago de Cuba, el desembarco de los expedicionarios del barco Granma – con una réplica que recorrió las calles durante la marcha – en ese mismo año y el aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas.
Ha muerto Fidel y hemos asistido al espectáculo trivial de unos medios de comunicación que han sido más generosos con él (que no hubiera autorizado su publicación en Cuba) que con Donald Trump, que ha tenido la desfachatez de ganar unas elecciones democráticas contra las preferencias de estos medios. Pero no voy a hablar de Fidel, sino de un oscuro episodio de la historia cubana que nunca interesó mucho a la prensa.
La Cuba que deja Fidel a los 90 años no es la misma que dirigió y modeló por casi cinco décadas. Aún así, para muchos cubanos aunque ya no gobernaba nada ocurría sin su consentimiento. Por ello, muchas voces coinciden en señalar que su muerte determinará una nueva fase en las relaciones de Cuba con el resto del mundo, en especial con su archienemigo Estados Unidos. El cambio se ha iniciado en una isla que sigue anclada en el siglo XX y que ahora debe afrontar cuán alargada será la sombra de Fidel Castro para dar el salto definitivo al siglo XXI. En su última aparición ante el congreso del Partido Comunista de Cuba, el pasado abril, el fundador de la Revolución cubana se despidió del pueblo que tuteló a su medida: “Pronto seré ya como todos los demás, a todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos”. 2017 será un año para comprobar si Fidel sigue mandando desde el cementerio Santa Ifigenia.
El ministro de Asuntos Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, ha sido el encargado de firmar el acuerdo durante la reunión celebrada en Bruselas por los jefes de la diplomacia de los 28. Durante su intervención, Rodríguez ha defendido ante sus homólogos europeos el derecho de un país a elegir su sistema político y la no injerencia por parte de otros Estados. El acuerdo, subrayó, permitirá «enriquecer una relación histórica y culturalmente intensa» y «seguramente contribuya a desarrollar más los vínculos políticos, sociales, financieros, académicos, deportivos y de cooperación con la Unión Europea».
«Hoy reconocemos que hay cambio en Cuba y queremos acompañar este cambio, llevar la relación a un nuevo nivel», ha indicado, por su parte, la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini. Un acuerdo que ha calificado de “histórico” e “importante”.
¿Quién dijo que la vida fuera justa? Esta pregunta retórica no sólo dibuja una triste realidad que casi siempre concluye toda discusión en el ámbito del cuñadismo de bar, sino que encierra una gran verdad que acecha a los seres humanos. Una verdad que nos persigue desde la más tierna infancia porque la podemos percibir desde que alumbramos consciencia de nuestras diferencias, aleatoriamente designadas por la naturaleza, por el destino, o quizá por la caprichosa indiferencia del más allá.
Los restos del que fuera líder de la revolución cubana llegaron ayer a Santiago de Cuba tras recorrer en etapas y durante los pasados cuatro días 13 de las 15 provincias de la isla, casi 1.000 kilómetros que separan La Habana de la ciudad del Oriente. El sábado los habitantes de Santiago despidieron a Fidel en un acto multitudinario, preámbulo de la ceremonia de inhumación prevista para hoy en el histórico cementerio de Santa Ifigenia. Un Raúl Castro visiblemente cansado hizo el discurso principal asegurando que el nombre y la figura de Fidel no serán utilizados para denominar lugares públicos, calles o plazas ni se levantarán monumentos, bustos o estatuas en su memoria.
En Madrid, decenas de personas, con gritos de «Viva Castro» y «Viva la Revolución cubana», se han concentrado en la céntrica plaza de Callao para rendirle homenaje.
Fidel Castro falleció el pasado 25 de noviembre a los 90 años.
Con la muerte de Fidel Castro se han destapado ciertos debates en principio olvidados, o al menos superados en los primeros pasos del siglo XXI. De hecho, hay una generación, en la que me afirmo, nacida o educada en esos años, a la que la dictadura de Castro o el Tratado de Belavezha le suena más a Historia que a nostalgia. Pero si doctores tiene la Iglesia, no digamos la economía, ese dios material, de papel y hueso, absoluto. Estos últimos predicadores han ido por el mundo de sus ideas pontificando un argumento más antiguo que el hilo negro, aunque revestido, en su ideario, se entiende, de original novedad.
Como si fuera 1959. Así celebran los suyos la muerte de Fidel Castro. Y es algo sorprendente ver lo nostálgicos que se han puesto estos días los más de entre nuestros progresistas. Cuando yo pensaba que la gran ventaja de ser progresista consistía, precisamente, en no tener que asumir como propias las barbaridades del pasado. Y es algo curioso que el Fidel al que más se recuerda y reverencia sea precisamente el más remoto. De esa época son, por ejemplo, las fotos que más abundan en periódicos y redes sociales, que recuerdan al Fidel comandante o al Fidel revolucionario, al Fidel que vivió hace 50 años, y que pretenden hacer olvidar al más reciente y cercano, el Fidel que ha muerto, el viejo tirano vestido de chándal.
Durante un viaje a Cuba, Graham Greene le habló a Fidel Castro del día en que jugó a la ruleta rusa. Gabriel García Márquez fue testigo de aquella conversación y lo contó en un artículo publicado en El País en 1983. El escritor británico le dijo al dictador que había arriesgado los sesos jugando con una vieja pistola de su hermano. “En cuatro ocasiones diferentes”. Entre las dos primeras había pasado una semana y las dos últimas fueron sucesivas. Entre una y otra, Greene sólo había dejado pasar unos minutos.
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