«Como metáfora o figura las islas son, desde la Antigüedad, lugares de benevolencia o misterio, paraíso o ensoñación utópica»
Islas reales o de fantasía ¿importa acaso? Yo diría que no. Como no importa si existió la isla de San Brandán, que aparece y desaparece a la vista de quien la busca; o la isla Serrana donde un tal Pedro se convirtió en el náufrago más náufrago de la historia (una historia que después contó Defoe con el nombre de Robinson).