Los dos casos que más destacan son los de Bojayá y Miraflores. Por ejemplo, en Bojayá, pueblo del selvático departamento del Chocó, donde sufrieron uno de los momentos más traumáticos de la guerra cuando en mayo de 2002 un enfrentamiento entre guerrilleros y paramilitares mató a 79 personas en una iglesia de ese municipio, el «sí» ha obtenido una arrolladora victoria con el 95,76% de los sufragios. Y en Miraflores, Guaviare, donde en 1997 las autodefensas asesinaron a 12 personas y desplazaron a más de 300, el Sí ganó con un 85 % de los votos. Los lugares más golpeados por un conflicto que dura 52 años son municipios que aportaban un número de votos infinitamente menor al de las zonas urbanas o núcleos urbanos más poblados, donde la violencia armada hace tiempo que dejó de hacer daño.
¿Y ahora qué? Colombia se adentra en una fase de incertidumbre, donde nadie sabe con exactitud qué va a ocurrir. En principio, Santos ha anunciado que los negociadores vuelven a La Habana, sede de los diálogos, pero no se podrá obviar el rechazo de la sociedad al proceso de paz y la desidia que ha quedado patente con la baja participación en la consulta.