Libros en cajas
Adoro las cajas de madera. De todos los tamaños: grandes, más grandes, pequeñas. A mi padre le pasaba lo mismo, de siempre. Compraba cosas, corbatas o calcetines, solo por la caja.
Adoro las cajas de madera. De todos los tamaños: grandes, más grandes, pequeñas. A mi padre le pasaba lo mismo, de siempre. Compraba cosas, corbatas o calcetines, solo por la caja.
Tras varios años de caída, el número de librerías en España ha vuelto a aumentar, identificándose un total de 3.967 puntos de venta, según los últimos datos de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros. Además, el sector editorial, incrementó su facturación en 2016 en un 2,7%, según la Federación de Gremios de Editores de España.
Cuenta Sonia Fernández, experta en literatura africana, que el conocido autor Nuruddin Farah supo expresar con acierto la situación de silencio que sufren los autores africanos en el mundo editorial, salvo por excepciones como la suya: soy el somalí que el mundo ha aceptado en la fiesta. En la misma lista de invitados aparecen nombres como J.M. Coetzee o Chimamanda Ngozie Adichie. Ambos en grandes editoriales, con difusión y lectores; el primero con un Premio Nobel de Literatura, incluso. Con todo, la realidad nos demuestra que existe toda una literatura riquísima que no llega a las librerías o que, solamente a veces, asoma con timidez en los últimos estantes.
“Quien parte y reparte, se lleva la mejor parte.” Esto lo decía mi madre, con un guiño, al cortar una tarta. Cuando se habla de igualdad entre hombres y mujeres en el mundo de las letras, siempre pienso en esto, y mi mente desbarra hasta imaginar a la mujer que dio a conocer al mundo las tartas gráficas: Florence Nightingale, pues solo a una mujer podía ocurrírsele la ideaza de dibujar en gajos de la tarta los porcentajes de una encuesta, de un estudio o de un muestreo, para que sus teorías sean comprendidas de un golpe de vista por los golosos varones. Florence, enfermera y genia, quiso introducir en 1885 las normas de higiene en los hospitales, al ver que los soldados de Crimea caían como chinches a causa de la disentería y apenas morían por culpa de un balazo. Para demostrar sus observaciones ante los incrédulos varones del ministerio de la guerra, se inventó esto de las tartas y las porciones y la imagen tan brutal que vieron los convenció, pues ya sabemos lo de las mil palabras inútiles ante una imagen demoledora. Los hospitales comenzaron a poner azulejos en las paredes, a limpiar, a usar lejía para los suelos. Las sábanas se lavaron con alegría, las aguas fecales se separaron de las trincheras y la mortalidad cayó drásticamente.
Este año se conmemora un centenario muy curioso. Se cumplen cuatro siglos de la aparición de la última de las obras firmadas por don Miguel de Cervantes Saavedra: ‘Los trabajos de Persiles y Sigismunda’. Es una obra póstuma, aparecida meses después de que su creador dijese basta y quedara sepultado en algún rincón del convento de las Trinitarias. Probablemente, este año nadie escribirá nada sobre la obra ni sobre su centenario. Es más, probablemente nadie leerá esta maravillosa recopilación de aventuras que ideó el maestro, ni este año ni nunca. Alguno pensará, incluso, que es el último centenario cervantino que nuestra generación soportará, por el momento, tras haberse fumado con papel de plata un par de efemérides alrededor del Quijote y otra, más reciente, alrededor de su muerte. Como ocurrió con todas estas fechas, la última celebración en torno al Persiles será un fracaso. Se paseará por la indiferencia del lector hasta perderse en el cementerio de obras maestras olvidadas. Sin remedio.
No por frecuentes estas noticias dejan de sorprendernos. Hace unos días Andrea Levy habló de libros en una entrevista llegando a afirmar que la lectura de Lorca había sacado su vena más revolucionaria y reivindicativa. Para algunos esto fue una desfachatez. Corrieron a las redes sociales para lanzar una violenta arremetida contra la vicesecretaria de Estudios y Programas del Partido Popular.
PURINA creó un programa educativo que lleva a perros de asistencia a los colegios para mostrar su ayuda en el desarrollo emocional y educativo de los niños
El fiscal Moix ha dimitido por motivos familiares, y es sabido que en estos casos el más habitual es que la mujer del César no tiene que ser honesta, sino parecerlo. Pocas advertencias contra esta máxima se encontrarán como la que se explica en esa magnífica novela de motivos familiares que es “La marcha Radetsky”: “Cierto es, (le escribre Joseph Trotta a su padre) que hacia la medianoche inicié un inocente paseo con la esposa del comandante médico de nuestro regimiento. La situación no me permitía adoptar otra actitud. Nos vieron unos compañeros. El jefe de escuadrón Tattenbach, que desgraciadamente siempre suele estar bebido, hizo unas mezquinas observaciones al doctor. Mañana a las siete y veinte se baten los dos a tiros”.
Hace siglos leí en un fanzine musical un artículo curioso. No recuerdo el nombre del autor y lo lamento. Aquella era de esas publicaciones independientes, casi gratuita, que leíamos los aficionados a una música menos minoritaria de lo que nos creíamos. El artículo hablaba de Holocausto Caníbal, una película fetiche de mi generación. Holocausto Caníbal es una de las precursoras de eso que ahora llaman found footage. Este es el argumento según Filmaffinity: “Cuatro jóvenes documentalistas se adentran en la selva amazónica, en pleno corazón de América del Sur, para realizar un reportaje sobre las tribus que habitan en esa región, de las que se dice que todavía practican el canibalismo. Debido a la desaparición de los reporteros, dos meses después un grupo de rescate es enviado para averiguar qué ha sido de ellos; lo único que encuentran es el material filmado sobre su terrible fin”
“¿Tienes intención de publicar los fragmentos de Memónides?”, me preguntaron de sopetón el sábado en plena Feria del Libro. Para no defraudar al interesado, le contesté que había dejado el asunto “en manos de William Oshbury, ya sabes”. Por supuesto, no sabía. Pero ha asentido. ¿Cómo podía saberlo si William Oshbury fue un invento de un amigo mío -en estas cosas conviene parapetarse tras un amigo- para poner a prueba a dos profesores tan pedantes como acartonados?
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche”. Puedo escribir como si fuera el poeta chileno y dejar caer una estrella fugaz a su lado. Puedo afirmar que sé lo que significa estar enamorado porque, por extraño que parezca, Neruda en este poema habla de amor y desamor (que en el fondo son una misma cosa). Podría, en fin, reproducir líneas enteras de firmas ajenas y hacer creer al lector no cultivado que la disposición maestra de las palabras era mía. Mi memoria me mima.
¿Qué título de libro podría considerarse el más repelente de entre todos los clásicos? Si la pregunta atañera a las partes de una obra, seguramente cualquiera de la autobiografía de Friedrich Nietzsche, Ecce homo, sería digna candidata: “Por qué soy tan inteligente”, “Por qué soy tan sabio”, “Por qué escribo tan buenos libros”. En cuanto a volúmenes completos, Leszek Kołakowski alcanzó una marca importante con su “Por qué tengo razón en todo”, rótulo que tantas veces habrán anhelado, al menos como subtítulo, tantos otros profesores en tantos otros escritos más.
“Cuando seas feliz, presta atención”. Esta frase es de Kurt Vonnegut, o al menos, a él se la achacaba el tipo que me la ha contagiado. Tengo un amigo que no cree en la felicidad como un lugar al que se llega, sino como una sucesión de estados temporales. Así, él ve la felicidad como una racha, como la suerte del jugador, que encadena una buena mano tras otra, pero que tarde o temprano, pierde.
La producción de libros en España aumentó un 8,3% durante 2016. Es decir, se publicaron 86.000 títulos. Y el aumento se ha visto tanto en las ediciones en papel (6,4%) como en otros soportes (13,3%). Los datos proceden del estudio Panorámica de la Edición Española de Libros de 2017, realizado por el Ministerio de Cultura y cuyos datos preliminares ya están publicados en la web del organismo. El informe está «elaborado a partir de un exhaustivo tratamiento y análisis de los datos proporcionados por la Agencia ISBN».
Leer te da vidas extra. Ese es el lema que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha utilizado para el nuevo Plan de Fomento de la Lectura 2017-2020, presentado este miércoles por el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo.
‘La vista desde aquí’: una mirada no fatalista sobre la España moderna, no pocas consideraciones sobre Cataluña, abundante crítica social y cultural.
La Biblia es el libro más vendido y leído de la historia, ha sido traducido a más de 2.000 idiomas y a lo largo de los siglos se han editado miles y miles de ejemplares diferentes. Se dice que el primer ejemplar impreso de las Santas Escrituras fue realizado por Gutenberg en en la primera imprenta dotada de tipos móviles, en torno al año 1455. Si para muchos ya estaba todo visto sobre este libro sagrado, ahora Catawiki, el portal de subastas online de artículos singulares de mayor crecimiento, está subastando la que ya ha sido catalogada como la Biblia más pequeña del mundo.
El escritor Eduardo Mendoza recibió este jueves el Premio Cervantes de manos del rey Felipe en una solemne ceremonia que ha tenido lugar en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y que comenzó a las 12:00 de la mañana (10:00 horas GMT).
«No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro». Así comienza el discurso pronunciado por Federico Garcia Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo natal, Fuente Vaqueros, en 1931, y que en esta ocasión ha recitado la actriz Irene Escolar en la presentación de la Noche de los Libros 2017, que se ha llevado a cabo este miércoles en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.
En un rincón de Madrid, entre el Paseo del Pardo y el Real Jardín Botánico, el tiempo se para. El sitio, aunque a veces pase desapercibido, lleva 95 años siendo un referente cultural de Madrid. Hablo de la Feria de Libros Permanente de la Cuesta del Moyano.
¿Alguna vez te has preguntado si eres feliz? En tal caso, ¿qué es para ti la felicidad? ¿Un recuerdo? ¿Una canción? ¿Una persona? La felicidad es un término relativo y cada uno lo entiende de una manera diferente. Todos queremos sentirnos bien, queremos que nos quieran, queremos disfrutar en el trabajo y queremos dejar las preocupaciones a un lado, pero ¿qué hace que un día sea mejor que otro? La falta de incidentes, como perder el tren por milésimas de segundo o mancharte de café la camisa blanca, no vale.
Hay un libro de fotografías de André Kertész que se titula ‘Leer’, publicado hace poco en España por Periférica. En las imágenes aparecen hombres y mujeres, niños y viejos, occidentales y orientales, ya sea solos o acompañados, totalmente abstraídos delante de un trozo de papel, un periódico, un libro. Leen, y es como si de pronto hubieran desconectado. El mundo sigue su curso, pero la lectura los ha apartado y están ensimismados en otra parte. Secuestrados por las palabras, distraídos, enchufados a otra historia.
Hace un par de meses volví a leer. Fue «Patria» de Fernando Aramburu y me gustó mucho. Luego empecé a frecuentar librerías, robar ejemplares en casas de amigos y recuperar otros que había prestado. En ese montón estaba, decían, lo más prometedor de la literatura española actual. En una de esas obras, se incurría en dos errores de bulto en las primeras páginas. No diré el nombre. Lo que en la cinco era, pongamos, un triciclo, en la siete era una canoa. Es bien sabido que solo la realidad se puede permitir algo así, nunca una novela.
«A tu disposición más de 7 millones de documentos para consulta y descarga». Es lo que ofrece a los lectores el Ministerio de Cultura a través del Catálogo Colectivo de las Bibliotecas Públicas Españolas, una herramienta web que permite a los usuarios acceder a los contenidos de las 3.187 bibliotecas públicas de España en siete idiomas: español, catalán, euskera, gallego, valenciano, inglés y francés. La web da acceso a archivos que «incluyen los fondos bibliográficos al completo, y contemplan desde las últimas novedades editoriales, audiovisuales y documentos electrónicos hasta manuscritos, obras del patrimonio bibliográfico histórico e incunables», explica el Ministerio.
Cuando leímos la noticia, en un periódico de provincias, de pura casualidad, dudamos entre cinco o diez minutos la conveniencia de compartirla en las redes sociales. El efecto de darle voz podría ser peor que el hecho, pues en su difusión, más que dejar en evidencia al contenido de la publicación, la acción sería la contraria: te dejaría en ridículo a ti. O favorecería la teoría expuesta por la persona. La legitimaría. Ya sea dándole publicidad o relevancia. Relevancia por el simple hecho de ceder una parcela de tu cosecha virtual. Pero al fin nos decidimos, y la enlazamos. Clic. El titular –y el contenido, donde nos asegurábamos de que no se trataba de una broma de El Mundo Today- lo dejaba clarito: una musicóloga afirma que en las letras de las canciones de Joaquín Sabina hay evidencias de machismo. También en la de otros grupos, como The Police. No obstante, por cuestiones de espacio, nos ceñimos al cantautor.
¿Quién conoce toda (toda) la historia de Harry Potter? El mago empezó a agitar su varita allá por los noventa, cuando una novelista británica apretada de dinero publicó La piedra filosofal. No tardaron en llegar las películas (que cambiaron la forma en que el mago, Ron y Hermione se enfrentaron a Voldemort), los videojuegos (que introdujeron el novedoso hechizo Flipendo) y, una vez terminada la saga, J. K. Rowling lanzó Pottermore, una web interactiva que iba revelando datos hasta entonces desconocidos de la historia.
Imagine que usted, amable lector, va leyendo absorto, por mitad de la calle, La República de Platón. Acompañado de Glaucón, el hijo de Aristón, bajé ayer al Pireo con propósito de orar a la diosa… Es un relato apasionante, repleto de claves que el paso del tiempo ha hecho que escapen a nuestra interpretación. Camina distraído, la cabeza gacha, los ojos fijos en el smartphone. Imagine también que, llevado por su obnubilación, no ha detectado el adoquín roto que se anuncia a solo tres, dos, un metro de distancia. Que da un tropiezo y, entonces, ¡ay! Todo pasa deprisa. Cae al suelo, fractura abierta de tibia y peroné, entre alaridos de dolor.
Fue Jordi Pujol el primero que me habló de Bauman. Ya ven ustedes, ¡qué cosas! Después lo leí y comprendí que Bauman se ha hecho famoso por lo mismo por lo que se hacen famosos los intelectuales, no por la profundidad de su pensamiento, sino por su capacidad para ofrecernos fórmulas bonitas –injertos texticulares- que, al recoger exactamente lo que queremos oír, nos ahorran el esfuerzo de pensar.
Hace algo menos de un año se publicó en Alemania una nueva edición de ‘Mi lucha’, el manifiesto de Adolf Hitler. La edición superó las expectativas más optimistas, y se ha convertido en un éxito de ventas.
«My newest horror story: Once upon a time there was a man named Donald Trump, and he ran for president. Some people wanted him to win». Por fin puedo decir que he leído una historia de terror de Stephen King. Tengo amigos (algunos de los cuales son buenos sin haberlos visto nunca, que decía Chandler) con gusto por la literatura de ficción que llevan años recomendándome las obras de King. No es que haya desoído el consejo por esnobismo, pues cada vez soy más partidario del tocho popular que describe realidades a golpe de mentiras, sino que siempre he preferido escapar pisando asfalto que hacerlo a través de historias para no dormir.
Mientras un tipo de Vilanova i La Geltrú arrastraba su considerable patetismo por las calles de Barcelona, en el Saló de Cent del Ayuntamiento, el escritor Javier Pérez de Andújar desgranaba una conmovedora elegía de amable nostalgia sobre una ciudad construida por currelas no solo de la obra sino también de la imaginación. Especialmente vindicó aquella cultura que, de forma un tanto condescendiente, se califica de popular (como si Shakespeare, Lope de Vega, Cervantes, Hugo, Dickens o Stevenson no hubieran escrito pensando en el llamado gran público): “Felices fiestas a toda la gente de Barcelona que ha entregado lo mejor de sí misma, dando todo lo que amaba y todo lo que sabía hacer para que los kioskos rebosaran de aventuras, para que en la vida hubiese un lugar donde poder sentarse a leer un rato”.
Leo una noticia publicada en The Objective sobre las ventajas del acto de leer. El pie de foto advierte al lector de la larga vida que le espera en el supuesto de que este insista en la extravagante manía de tener un libro delante. Un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de Yale llega a la sana conclusión de que «leer alarga la vida». Los autores de dicho estudio dan a conocer los resultados en la revista «Science Direct» bajo el título «a chapter a day» el cual mantiene una semejanza inquietante con el proverbio inglés que comienza «an apple a day» y termina «keeps the doctor away». A la vista de los datos obtenidos, los científicos sostienen que leer un capítulo al día equivaldría a comerse una manzana y olvidarse del médico.
Por su escenario pasaron todas las grandes figuras de su tiempo, sobre todo Carlos Gardel, que se convirtió en asiduo para los espectadores que llenaban sus cuatro filas de palcos y las 500 butacas de su platea. A partir de 1929 el Grand Splendid se convirtió en un sala de cine, para en el año 2000 pasar a ser una majestuosa librería que en la actualidad alberga más de 120.000 libros, recibe cerca de un millón de visitantes al año y vende unos 700.000 ejemplares anuales. La librería actual mantiene el esplendor del desaparecido cine-teatro, con la cúpula pintada, los balcones originales, la ornamentación intacta y hasta el telón de terciopelo. Varios sillones permiten a las personas sentarse a leer cualquier libro, sin obligación de comprarlo, tanto en lo que fuera el sitio de la platea como en los antiguos palcos, o en lo que fuera el escenario, que actualmente es un restaurante y posee un piano con el cual se ejecuta música para acompañar la lectura. En 2008 El Ateneo Grand Splendid fue nombrada la segunda librería más bella del mundo por The Guardian, después de Selexyz Dominicanen, una iglesia de 800 años convertida en librería en Holanda.
Existen dos tipos de relatos, además de todas las tipologías realizadas a lo largo de la entera historia de la literatura: aquellos que soportan una re-lectura y aquellos que no.
Te seduce su fachada, mucho más su letrero. Lo coges entres tus manos y te susurra con voz muda. Ojeas y hojeas -¡ambas cosas a la vez!- y no puedes evitar sucumbir a sus encantos.
Los techies dicen que no, que esto es el futuro, que hasta puedes leer 1.000 palabras por minuto y acabar un libro (ya son ganas) de Canción de hielo y fuego en menos de lo que dura un partido de fútbol. Pura flacidez del alma.
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