Le Pen contra la civilización
Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, tiene ya el programa con el que quiere ser la primera presidenta de Francia de la Historia. Éste incluye las siguientes medidas:
Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, tiene ya el programa con el que quiere ser la primera presidenta de Francia de la Historia. Éste incluye las siguientes medidas:
La organización Wikileaks ha difundido esta madrugada más de un millar de documentos relacionados con la candidata del Frente National (FN), Marine Le Pen, a las elecciones presidenciales francesas. «De nuestros archivos: 1.138 documentos sobre la candidata presidencial Marine Le Pen», ha informado el portal en su cuenta oficial de Twitter.
Le Pen se distanciaría de los dos siguientes, Fillon (22%) y Macron (21%) y mucho más del ganador de las primarias socialistas, Benoît Hamon (15 %), quien adelantaría al candidato de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon (10%). Desde la victoria de Fillon en las primarias de la derecha en noviembre hasta ahora todas las encuestas daban por hecho que Fillon y Le Pen se disputarían el Elíseo en la segunda vuelta el 7 de mayo, ya que mantenían una distancia considerable con el tercero en liza, Macron.
Consciente de la erosión de su popularidad al conocerse que contrató durante años a su mujer como asistente parlamentaria pagada con dinero público y ante la sospecha de que en realidad era un empleo ficticio, Fillon lanzó ayer una doble ofensiva, emotiva y política, en un multitudinario mitin en París. Aún no sabemos si sus esfuerzos darán fruto, pero Fillon tiene hoy más lejos el Elíseo que ayer.
Manuel Valls ha reconocido la derrota tendiéndole la mano a su rival en las primarias. «Hamon ha ganado, claramente, y le felicito. Hamon es ahora el candidato de nuestra familia política y a él le corresponde la misión de reagruparnos. Le deseo buena suerte», ha asegurado el ex primer ministro. Hamon, representante del sector más a la izquierda de los socialistas y ex ministro de Educación, partía como claro favorito al haber terminado también en primera posición el pasado domingo con un 36 % de los votos, y además recibir el apoyo de Arnaut Montebourg, que quedó entonces eliminado. Valls, que había resaltado su experiencia de gobierno en un contexto de amenaza yihadista en Francia, intentó esta semana acortar distancias presentándose como el candidato «responsable» frente a su contrincante.
La campaña de las elecciones presidenciales en Francia viven horas convulsas tras la polémica en la que se ha visto envuelta en las últimas horas el candidato conservador, François Fillon. Las sospechas de un presunto empleo ficticio de su esposa, por el que cobró medio millón de euros, se ciernen sobre su familia. Fillon era el candidato favorito a llegar al Elíseo, y ahora su popularidad se ha visto mermada. Se enfrentará a Hamon, Emmanuel Macron, y a la que más temen todos: la ultraderechista Marine Le Pen.
La candidata ultraderechista a la presidencia de Francia viajó a Nueva York para realizar una «visita privada», según palabras de su partido. Aunque miembros de su partido se negaron a comentar si podía o no reunirse con Trump, sí confirmaron que Le Pen había aprovechado el viaje para encontrar posibles recaudadores de fondos para su campaña electoral, entre ellos a bancos estadounidenses.
El Frente Nacional de Le Pen, de extrema derecha, fue el único gran partido político francés que respaldó a Trump durante la campaña de Estados Unidos y comparte parte del discurso de Trump sobre inmigración y proteccionismo económico, así como estrechos vínculos con la Rusia de Putin. Tras la victoria de Trump, Le Pen llegó a decir que su elección junto con el triunfo del Brexit suponían el amanecer de un nuevo orden.
Bajo el título ‘Libertad para Europa’, se celebrará el 21 de enero en la localidad alemana de Coblenza y está organizada por el grupo Europa de las Naciones y de las Libertades (ENL) del Parlamento Europeo, fundado en 2015 y situado en la extrema derecha del espectro político. Marine Le Pen es su copresidenta.
En su tuit, Petry anunció que el diputado holandés del también ultraderechista Partido para la Libertad (PVV), Geert Wilders, el italiano Matteo Salvini, de la Liga Norte, y el austriaco Harald Vilimsky, secretario general del partido FPÖ (Partido de la Libertad), también asistirán al encuentro. Ludovic de Danne, miembro del consejo estratégico de la campaña de la presidenta del Frente Nacional (FN) confirmó a la agencia AFP que Le Pen participaría en la conferencia.
En abril del año pasado, el eurodiputado de Alternativa para Alemania (AfD), Marcus Pretzell, anunció su integración en el grupo ENL en el Parlamento europeo. Por el momento, no existe una verdadera alianza entre el FN y el AfD, a raíz sobre todo de las diferencias en sus programas económicos, aunque la situación podría cambiar y unificar, no sólo a estos dos partidos, sino también al conjunto de las fuerzas políticas de la ultraderecha europea.
Temas como la política de refugiados de la UE, el Brexit, el terrorismo yihadista y las políticas sociales estarán en el foco total de la campaña electoral francesa. La figura de Le Pen preocupa especialmente desde la victoria del Brexit en el referéndum del pasado mes de junio en el Reino Unido, un resultado que puso de manifiesto la desafección hacia las políticas e instituciones europeas en muchos ciudadanos. Con los ataques de París o Niza, los franceses se han visto fuertemente golpeados por el terrorismo del ISIS, por lo que la Seguridad Nacional será un asunto muy debatido entre los candidatos. El actual presidente, François Hollande, decidió no volver a presentarse a las elecciones, entre otras cosas, dada su baja popularidad. Todos los sondeos apuntan a que el candidato del único gran partido que queda por liderarse, el Partido Socialista, será el ex Primer Ministro, Manuel Valls.
Lo único seguro en este mar de incertidumbre es que en estas elecciones se escogerá al Presidente de Francia para un mandato de 5 años, y que serán las undécimas elecciones presidenciales de la Quinta República Francesa y las décimas con sufragio universal directo.
Cada vez que hay un atentado terrorista, dos mantras acuden a la boca de los líderes ultra. No sería un problema si en ellos y sus feligreses se quedaran, pero sus audiencias y resultados electorales son, lamentablemente, cada vez mejores. Por un lado, culpan a un mundo abierto de una oleada de terror sin precedentes (“esto son los muertes de Merkel”, dice Farage), lo cual es falso: en los 60, 70 y los 80 del pasado siglo hubo picos de más de 400 muertos al año, y la sopa de siglas en las que nos movimos fue espesa.
A la vez señaló que si las negociaciones surten efecto, pediría quedarse en la Unión, pero si los resultados no son suficientes pediría salir de la UE. La candidata ultraderechista francesa, Marine Le Pen, dijo que de ganar las elecciones convocará un referendo en 2017, al estilo del de Reino Unido, para preguntar sobre la salida de Francia de la Unión Europea (UE). La victoria del Brexit y el triunfo de Trump suponen un espaldarazo para una candidata como Le Pen. La líder del Frente Nacional aseguró sentirse «reconfortada» por la victoria de Donald Trump. Para ella, el triunfo de Trump y el Brexit son la evidencia de un nuevo orden mundial.
Los comicios presidenciales en Francia están programados para el 23 de abril, pero si ninguno de los candidatos supera el 50% de los votos se convocaría una segunda vuelta, que tendría lugar el 7 de mayo de 2017.
Según declaraciones recogidas por la emisora Europe 1, Le Pen pondrá fin a la escolarización gratuita para los hijos de los extranjeros que viven en Francia ya que, asegura, el país no dispone de los medios para sufragarla. «A menos que esos padres coticen en situación legal, vamos a reservar nuestros esfuerzos y nuestra solidaridad nacional a los más humildes, a los más modestos y a los más pobres de entre nosotros», ha añadido. Se prevé que Le Pen llegue a la segunda vuelta de las elecciones francesas y se dispute la victoria con el candidato de centro-derecha, François Fillon.
Con la holgada victoria del ex primer ministro la derecha francesa ya está preparada para recuperar la presidencia de Francia, que le fue arrebatada en 2012 por el actual presidente, François Hollande. Los militantes y simpatizantes del partido de Los Republicanos -antes Unión por un Movimiento Popular (UMP)- han considerado que el perfil liberal y católico de Fillon es el adecuado para frenar el ascenso de la ultraderechista Marine Le Pen. Es la primera vez en la historia de los conservadores que su candidato es elegido por las bases y los simpatizantes, y no por el aparato del partido.
Si no fuese por lo de Putin… Llega con muchas propuestas atractivas, liberales, de recuperación de la sensatez fiscal, que evocan tiempos gloriosos de Margaret Thatcher, este François Fillon que acaba de colocarse inesperadamente en el papel de favorito para ganar las elecciones presidenciales francesas de 2017 por poco que unos cuantos electores socialistas se tapen la nariz y voten por él en la segunda vuelta. Se da por hecho que el candidato del PS, sea el que sea, incluso Manuel Valls, quedará eliminado en la primera porque el partido está tan mal considerado hoy como el de los socialistas españoles, y Fillon sería el último dique frente a la oleada derechista y racista de Marine Le Pen y su Frente Nacional.
«Más que un eslogan se trata de una forma de conducta, de una profesión de fe. El presidente de la República es un mero mandatario del pueblo. Por eso, en un momento en el que al pueblo se le desprecia, he querido ponerlo en el centro de las atenciones», ha comentado en la presentación en París de su sede de campaña. Le Pen, actual dirigente del Frente Nacional -partido que se espera, según los sondeos, que dispute la segunda vuelta de las presidenciales-, también ha aludido a otra lectura de su logo. «Se dice que la rosa simboliza al socialismo y el azul a la derecha. Nosotros representamos la unión del pueblo francés, sí, pero fuera de los partidos tradicionales. Somos la unión de los patriotas», ha recalcado.
«Ha sido una victoria merecida. Has sido elegido – le ha dicho a Trump – el líder del país más poderoso», declaró el presidente filipino en un encuentro con periodistas. Preguntado si piensa que podrá tener una buena relación con el presidente electo, contestó que él puede ser amigo de cualquiera, sobre todo, de políticos como Trump que no han dicho nada sobre el tema de los derechos humanos en Filipinas. «Nosotros no tenemos disputas. Yo puedo ser amigo de cualquiera, sobre todo de un presidente de otro país. Él no se ha entrometido en los derechos humanos». Duterte es objeto de duras críticas por parte de la comunidad internacional por su política contra las drogas y el narcotráfico de permitir y animar a los ciudadanos y policías a matar a los drogadictos y camellos.
Es de sobra conocida la hostilidad mantenida por Duterte hacia Estados Unidos, país tradicionalmente aliado de Filipinas, y sus insultos a Barack Obama. Tras la elección de Trump ha cambiado el tono y se ha mostrado convencido de que el nuevo presidente podrá llevar a cabo sus planes anunciados en la campaña electoral, entre los cuales está la expulsión de los inmigrantes ilegales. Se estima que numerosos filipinos trabajan de forma ilegal en Estados Unidos.
«Me convertiré en la señora Frexit si no nos devuelven nuestra moneda, nuestro Poder Legislativo y la soberanía que como franceses nos pertenecen», ha dicho. Y es que Le Pen ya ha alabado en varias ocasiones al primer ministro británico David Cameron por llevar a toda la nación a decidir a través de un referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea y, al mismo tiempo, ha motivado al resto de las naciones a respetar la decisión que Reino Unido tome al respecto. «Soberanía es sinónimo de democracia. Y como demócrata lucharé hasta el final por su aplicación en mi país. Si no logramos llegar a un acuerdo con la Unión Europa, la tendremos que abandonar», ha añadido.
Los críticos reprochan que se venda cómo ‘intención de voto’ lo que solo era una pregunta sobre qué candidato está más preparado para ‘reactivar el país en 2017’. Por otra parte, la tendencia se mantiene muy similar en la encuesta realizada en 2015 por Ipsos: el 35% de los jóvenes entre 18 y 24 años querían votar a Le Pen. Los responsables de la encuesta aseguran que no es una «estadística pero refleja la tendencia de voto de los milenials».
Aunque no estén de acuerdo en el fondo de las políticas, tienen un consenso básico: ambos son dueños de posiciones irreductibles, innegociables, y eso los unifica mucho más que la concreción de la política
Sarkozy es el único político capaz de derrotar a Marine Le Pen. Antes de hacerlo, tendrá que sortear las puñaladas de su propio partido, que dejó convenientemente dividido al marchar.
A Europa le crecen día a día los enanos con la fuerte presencia de partidos euroescépticos, reacios a la moneda única y deseosos de volver a las fronteras. El populismo de Marine es de sobra conocido.
Su aprensión a las Instituciones Europeas resulta especialmente paradójica en el contexto de una campaña electoral destinada a ocupar dichas instituciones con el indisimulado propósito de socavarlas desde dentro
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