Educación recitada
En una parte del mundo unos desechan los libros que ella quiere leer pero no puede, desea que alguien le explique porque en el África Subsahariana, en pleno siglo XXI, todavía existen 30 millones de niños sin escolarización.
En una parte del mundo unos desechan los libros que ella quiere leer pero no puede, desea que alguien le explique porque en el África Subsahariana, en pleno siglo XXI, todavía existen 30 millones de niños sin escolarización.
Comenzar una vida huyendo, no es buen comienzo, aunque lo peor pueda estar en quedarse. No es necesario tener hijos para que se nos despierte una sensibilidad especial cada vez que somos testigos de la mala vida de tantos de ellos.
Equilibra su cuerpo sobre montañas de basura sin medio gesto de asco; de hecho, parece incluso que sus ojos sonríen al objetivo. Mira con la profundidad de aquellas personas a quienes la vida les ha dado ya demasiadas idas y vueltas.
Reconozco que no me gustan los programas televisivos de búsqueda de talento infantil. No sé si los niños están preparados para afrontar, delante de todo el país, ese momento de frustración cuando los eliminan.
Esas maletas pueden parecer muchas, así, amontonadas en una acera de una calle de Beirut. Pero tengan en cuenta que metidas en ellas van varias vidas. Las de 300 personas que lo han perdido casi todo, pero que aún así pueden considerarse afortunadas.
Tras ganar el Premio a la mejor actriz (Bérénice Bejo) en Cannes 2013 y optar al Globo de Oro y a cinco Premios César, se estrena en España El pasado, la primera película fuera de su país del cineasta iraní Asghar Farhadi.
Tres años después de las explosiones en la central nuclear de Fukushima, el gobierno japonés ha autorizado la vuelta a sus domicilios a los 357 residentes registrados de la zona de Miyakoji.
Si retrocedo en el tiempo a la adolescencia de mi abuela y le digo que le sobran un par de kilos, me pega un bofetón que ni Pepe en sus mejores años con Mourinho. Con lo difícil que es vivir, como para buscarle más obstáculos nosotros mismos.
La foto de ese niño filipino escarbando en las cenizas y la basura tratando de encontrar algo que llevarse a la boca vuelve a traer a mi memoria la imagen del negrito y el buitre.
Tuve que leer varias veces el pie de foto para confirmar que mi lectura era real. No salgo de mi asombro. Si hay algo que respeto son las decisiones ajenas. Cada quien sabe con qué puede lidiar.
Morir de manera digna en España es algo que aún depende del compromiso personal del médico que nos atienda y del riesgo que esté dispuesto a asumir. Por eso aplaudo al Parlamento belga.
Nuestro hijo mayor, Gonzalo, vivió unos pocos días. Días plenos, porque fueron ‘toda’ su vida. Días de dolor, con esa parte dolorosa de misterio en las razones y de plenitud por su destino.
Niños bomba, niños asesinos, niños militares, niños de la guerra niños utilizados en nombre de una religión, de un objetivo de mayores. Niños utilizados míseramente por sus padres, para vengar sus obsesiones, sus guerras.
La utilización de niños como reserva terrorista, carne de cañón o escudos humanos no es raro entre islamistas de variado origen. A diferencia de la obsesión de las democracias occidentales por proteger civiles, el yihadismo tiende a convertirlos a todos en armas contra el enemigo.
Si uno como yo mismo- está contra la pena de muerte, está contra el aborto: esa condena sin juicio de los más débiles entre los débiles.
El final de la guerra no es el final del dolor. Ni del ruido, ni del hambre. La pequeña de la foto implora una ayuda que no le llegará.
El papa Francisco ha hablado de descartar comida. Y de descartar niños.
«El Estado se ocupó de la cuestión trivial de matar gente pero dejó sabiamente en paz todo el asunto del nacimiento ( )»
Pero, ¿cómo lograr el balance entre una respuesta responsable y que a la vez sea satisfactoria? Bienvenidos al maravilloso mundo de la crianza. No existe un manual
Se están repitiendo los patrones de las empresas de tabaco y alcohol: fidelizar a clientes cada vez más jóvenes
¿Hemos llegado ya a tal punto de degradación como para utilizar a los niños en la política y en los sentimientos?
Uno admira al noble pueblo de los Estados Unidos de América del Norte. Uno, en cambio, no admira a los dirigentes de ese noble pueblo.