Defensa ya ha enviado seis aviones militares para evacuar españoles atrapados en Sudán
La escalada del conflicto en el país africano dese el golpe de estado en 2021 dificulta el regreso de los nacionales
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«Hay heridos y muertos entre civiles que no pudieron llegar a los hospitales», ha declarado el Comité Central del Sindicato de Médicos del país
El niño le ha dado limosna al Papa, al que le ha entregado un billete cuyo valor equivale a 0’007 euros
Con más de 25 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y sistemas sanitarios deficientes, si hay un lugar para el coronavirus es el Cuerno de África
Los cooperantes regresaban del campamento de Nguenyyiel, que acoge a más de 74.000 refugiados de Sudán del Sur
Dos tercios de las víctimas de trata de personas no se detectan
Dos tercios de estas personas viven en países afectados por conflictos
Nuevo revés judicial en materia de inmigración contra el Gobierno de Donald Trump. El juez federal Emmet Sullivan ha ordenado anular las trabas impuestas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos para conceder asilo a migrantes víctimas de violencia doméstica o de pandillas.
La Misión de la ONU en Sudán del Sur (Unmiss) ha denunciado este domingo que cerca de 125 mujeres y menores de edad han sido violadas en los últimos días en una zona controlada por las tropas gubernamentales en el estado de Unity, en el norte del país.
Un juez federal estadounidense ha bloqueado este jueves la suspensión ordenada por el Gobierno de Donald Trump de los programas migratorios Estatus de Protección Temporal (TPS) para El Salvador, Honduras, Haití, Nicaragua y Sudán, de los que se benefician más de 300.000 personas.
El número de niños refugiados está creciendo en el mundo y ahora representan más de la mitad de las víctimas de violencia, persecución y discriminación, ha denunciado este jueves el responsable de protección de ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, Volker Turk.
El gobierno de Sudán del Sur ha anunciado la muerte de 15 niños que habrían fallecido tras recibir una vacuna contra el sarampión fallida.
El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, ha anunciado este lunes un alto el fuego unilateral en el conflicto que, desde 2013, le enfrenta a la oposición armada liderada por el exvicepresidente Riek Machar.
Cerca de 1,8 millones de personas, entre de las que se encuentran más de un millón de niños, han tenido que abandonar sus hogares en Sudán del Sur para países vecinos como Etiopía, Kenia y Uganda por la guerra civil que asoló el país en 2013, según ha indicado este lunes Unicef.
La Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, ha advertido este martes del riesgo de muertes masivas entre la población del Cuerno de África, Yemen y Nigeria como consecuencia del aumento de la hambruna. ACNUR explica que la crisis humanitaria que sufren estos países, que podría haberse evitado, se está convirtiendo rápidamente en inevitable, pudiendo llegar a ser peor que la que hubo en el año 2011.
Al menos 16 civiles han fallecido tras registrarse varios ataques armados en barrios periféricos de la localidad de Wau, en el noroeste de Sudán del Sur. Médicos del hospital de Wau dicen que han recibido 16 cadáveres tras el estallido de la violencia.
Un avión de pasajeros se ha estrellado este lunes en el aeropuerto de Wau, en Sudán del Sur, cuando se disponía a aterrizar
El coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, Stephen O’Brien, realizó ayer un dramático llamamiento al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que preste ayuda a millones de personas que pasan hambre.
El gobierno de Sudán del Sur ha declarado este lunes en situación de hambruna varias áreas del país, donde cinco millones de personas, la mitad de la población, pasa hambre. Algunas zonas del estado de Unidad, en el norte del país, están en situación de «hambruna o riesgo de hambruna», provocada por la guerra que azota Sudán del Sur desde hace más de tres años, ha denunciado Isaiah Chol Aruai, presidente de la Oficina Nacional de Estadísticas de Sudán del Sur.
«El conjunto de datos muestra que los efectos a largo plazo del conflicto, junto con los altos precios de la comida, la crisis económica, la baja producción agraria y las mermadas opciones de subsistencia» han causado 4,9 millones de personas afectadas por la hambruna, según el informa presentado por el organismo oficial, informa AFP. «La principal tragedia del informe que se ha presentado hoy (…) es que se trata de un problema causado por el hombre», ha lamentado, por su parte, Eugene Owusu, coordinador humanitario de Naciones Unidas para Sudán del Sur.
Owusu ha añadido que el conflicto y la inseguridad en la que viven los trabajadores humanitarios, que han sido atacados en numerosas ocasiones, así como el saqueo de «bienes humanitarios», han agravado la crisis. «Me gustaría aprovechar esta ocasión para instar al gobierno, a las partes en conflicto y a todos los actores a hacer todo los posible para que los trabajadores humanitarios podamos seguir realizando nuestro trabajo de ayuda a las personas necesitadas», ha subrayado durante su intervención.
La guerra en Sudán del Sur, país rico en petróleo, estalló en 2013, dos años después de su independencia, después de que el presidente Salva Kiir acusara a su exdiputado Riek Mashar de planear un golpe de Estado. El acuerdo de paz firmado en agosto de 2015, que facilitó la formación de un gobierno de unidad, no ha servido de nada tras los combates que estallaron en Juba en julio del año pasado.
En esta lucha entre el ejército y los anteriores rebeldes, un periodista fue asesinado y varias trabajadoras humanitarias fueron violadas. Además, “los civiles fueron sometidos y fueron testigos de violaciones de derechos humanos, incluidos asesinatos, intimidaciones, violencia sexual y actos equivalentes a la tortura perpetrada por los soldados armados del gobierno”, denuncia el informe.
Hubo numerosas peticiones a los comandantes de China, Etiopía, India y Nepal para que enviaran tropas, pero ninguna atendió dichos llamamientos. Ban Ki-moon pidió el reemplazo inmediato del general Johnson Mogoa Kimani Ondieki por no haber intervenido en este conflicto, en el que murieron al menos 73 personas, de las cuales más de 20 habían solicitado protección a la ONU.
Desde hace algo más de tres años, Sudán del Sur vive uno de los peores conflictos de la actualidad. Cinco millones de niños se enfrentan cada día a la violencia, los desplazamientos y el hambre. 32.000 de ellos están separados de sus familias y 16.000 siguen en manos de fuerzas y grupos armados del país. La crudeza de la guerra se acentuó este verano. Hasta entonces se había cobrado 50.000 muertos. El reclutamiento de niños soldado aumentó considerablemente a partir de agosto, la mayoría de ellos menores de 15 años. Un acto que constituye un crimen de guerra según la Corte Penal Internacional.
El embajador de Sudán en la ONU, Omer Dahab Fadl Mohamed, asegura que el informe es «completamente infundado» e insiste en que Sudán no posee ningún tipo de arma química. «Las acusaciones carecen de fundamento. El objetivo es crear confusión en los procesos en curso destinados a la determinación de la paz y la estabilidad en Sudán». Por su parte, Amnistía ha presentado sus pruebas a dos expertos en armas químicas independientes y ambos llegaron a la conclusión de que es «evidente» el uso de agentes químicos como gas mostaza de azufre, lewisite o mostaza nitrogenada.
Darfur se ha visto sacudido por el conflicto desde 2003, cuando los grupos étnicos se rebelaron contra el Gobierno. Según la ONU, unas 300.000 personas han muerto, 2,5 millones han sido desplazadas y 4,4 millones necesitan ayuda urgente.
Ante el estallido de violencia en el país, la semana pasada, el Gobierno había declarado que permitiría el despliegue de nuevas tropas pertenecientes a la Misión de Paz de Naciones Unidas, pero ahora se retracta y rechaza el despliegue de la ONU en Yuba. Según informaciones de Europa Press, Michael Makuei,el ministro de Información de Sudán del Sur, ha declarado que las tropas desplegadas deberían ser controladas por un ente independiente, y no por la ONU, alegando que los cascos azules están demasiado influenciados por Estados Unidos, al que ha acusado de «imperialista». La insostenible situación vivida hasta la fecha en el país, al borde de la guerra civil, ha provocado decenas de miles de desplazamientos.
Muchos de los refugiados han desbordado las vecinas Uganda, Etiopía y Sudán con niños malnutridos, ha informado la agencia de ayuda al refugiado ACNUR, subrayando que se trata de víctimas de una crisis humanitaria incrementada por brotes de cólera y la escasez de alimentos. Las agencias de Naciones Unidas aseguran que los refugiados han denunciado que hombres armados salen a su encuentro e intentan impedir su huida de forma violenta. «Grupos armados de diferentes parre del Sudán del Sur están saqueando las poblaciones, asesinando civiles y redlutando a la fuerza a niños y hombres jóvenes», ha contado la portavoz de ACNUR, Melissa Fleming, en un encuentro con periodistas en Ginebra. Cerca de 60.000 personas han huido, a medida que ha aumentado la violencia en las tres últimas semanas, a Uganda la gran mayoría, duplicando los flujos sobre la frontera en los 10 últimos días, añadió.
El país más joven del mundo lleva más de dos años de luchas étnicas entre los seguidores del presidente Salva Kiir y su eterno rival Riek Machar, lo que ha extendido el temor a que se extienda la inestabilidad por el Este de África. Los simpatizantes de Machar han elevado a nueve el número de personas que han muerto en los últimos enfrentamientos ocurridos durante el fin de semana en la región de Equatoria, en la que se encuentra la capital Juba. El portavoz del Gobierno, Michael Makuei Lueth, rechazó estas informaciones insistiendo en que el acuerdo de paz firmado el pasado año sigue adelante a pesar de las frecuentes brotes de violencia. “La gente debe entender que el acuerdo de paz no pertenece a Riek Machar», dijo a los periodistas el martes.
«Lo que vi fue cráneos y huesos. No podría decir quién era quién, pero sabía que eran ellos debido a la ropa y a algunas joyas,» ha informado un testigo de la exhumación, quien asegura que fueron asesinados en una base militar cerca del campo en el que fueron enterrados. En septiembre de 2013, una misión de las Naciones Unidas se hizo cargo de las fuerzas de la Unión Africana. Desde entonces, la ONU se ha visto obligada a cesar de su trabajo y enviar de vuelta a sus países a varios soldados acusados de homicidio. «Hasta ahora no ha habido rendición de cuentas ni se ha abierto ningún proceso judicial», ha indicado Lewis Mudge, investigador de la División de África de Human Rights Watch –HRW–. Por su parte, funcionarios militares congoleños aseguran estar investigando los asesinatos, sin embargo, Unión Africana a derivado el caso a la ONU.
En los últimos meses las misiones de paz de la ONU se han visto salpicadas por varios escándalos de abusos a mujeres y menores. El más reciente ha tenido lugar tan solo hace una semana en Sudán del Sur, donde, según testigos, decenas de mujeres y niñas fueron violadas por soldados de Sudán del Sur en las puertas de un campamento de la ONU.
A principios del mes de julio, dos nuevas denuncias por abuso sexual a menores también en República Centroafricana se sumaban a toda una ristra de casos denunciados durante los últimos años.
Varios testigos han asegurado que, en concreto, el pasado 17 de julio, dos soldados armados y uniformados se llevaron a rastras a una mujer que gritaba y pedía ayuda ante la mirada «impasiva» de las fuerzas de la paz. Shantal Persaud, portavoz de la ONU en Sudán del Sur, ha asegurado que están investigando el asunto. Los hechos ocurrieron hace una semana cuando mujeres y niñas se aventuraron a salir fuera del campamento después de un alto al fuego en busca de comida. Una menor de diez años y una mujer murieron a causa de las heridas. El campo alberga a más de 30.000 civiles, casi todos de la etnia nuer.
Desde Acción Contra el Hambre aseguran que más de cuatro millones de personas sufren inseguridad alimentaria severa en el país, de las que un millón se encuentran en situación de emergencia. Además, en la primera mitad del año el número de niños con desnutrición ha aumentado un 50%.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado «enérgicamente todos los ataques y provocaciones contra ciudadanos y contra instalaciones de la ONU», se indica en un comunicado hecho público en la madrugada del domingo, en el que se añade la «necesidad de que los campamentos de Naciones Unidas establecidos para proteger a los civiles y al personal de la ONU queden a salvo» de los ataques. El Consejo ha lamentado y ha expresado sus condolencias a las familias de los miembros de la ONU que han muerto y han resultado heridos en los ataques a los campamentos de la organización internacional.
Sudán del Sur se independinzó de Sudán en el año 2011, convirtiéndose en el país más joven de África. Poco después de lograr la independencia, estallaron los primeros conflictos de índole étnico que derivaron en una cruel guerra civil en la que perdieron la vida 50.000 personas y dos millones de desplazados, según los datos oficiales. En agosto del pasado año se firmó una paz por la que se acordó designar presidente a Salva Kiir, y vicepresidente primero al que fuera líder rebelde, Riek Machar. El acuerdo, sin embargo, no ha impedido que en este tiempo se hayan producido enfrentamientos entre las dos facciones que, este fin de semana se han recrudecido en Juba, con el saldo de 272 muertos. El temor a una nueva guerra civil ha hecho que miles de personas hayan huído de sus casas para buscar refugio en los campamentos e instalaciones de la ONU, atacada también en los últimos días.
El periódico The Guardian relata el horror vivido en Wau a través de testigos presenciales que relatan los horrendos actos de violencia durante los combates que estallaron en la ciudad, cuando soldados del ejército (SPLA) y los jóvenes de la etnia Dinka atacaron barrios habitados por los Fartit. Según los testimonios, un niño de dos años recibió un disparo en los brazos de su vecino, una mujer fue arrastrada y violada por las calles, y otros civiles fueron asesinados en sus casas mientras intentaban protegerse de los saqueadores. Los ataques contra la población civil, y no sólo los enfrentamientos directos entre los grupos armados, se han convertido en una de las principales características de la guerra civil de Sudán del Sur, que comenzó en diciembre de 2013. La propagación de la violencia en zonas no afectadas hasta ahora provoca dudas sobre si el acuerdo de paz firmado en agosto del año pasado conseguirá hacer frente a los graves conflictos étnicos que convulsionan el país. La violencia en Wau llega dos meses después de que el presidente Salva Kiir, de etnia dinka , y el líder rebelde Riek Machar, de etnia Nuer, formaran un nuevo gobierno de transición compartiendo el poder. El acuerdo, que divide el control de la presidencia, el gabinete y los 10 estados, es considerado por algunos como una solución carente de efectividad que no aborda las causas fundamentales de la violencia.
Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alerta que la inseguridad alimentaria provocada por los conflictos está obligando a muchas familias a abandonar Sudán del Sur hacia países vecinos. Se estima que en los últimos meses más de 100.000 sursudaneses han cruzado la frontera hacia Sudán, Kenya, la República Democrática del Congo y Uganda, y se espera que este número aumente a más de 150 000.
Los asaltantes, varios hombres procedentes de Sudán del Sur y armados con ametralladoras, mataron a todo aquel que intentó impedir que se llevaran a los niños, incluidas mujeres. En total 208 personas fueron masacradas y también se llevaron 2.000 animales de granja. «El ejército tiene una idea clara de donde están los niños», señala el ministro de Información, Getachew Reda, quien asegura que han contado con la aprobación del gobierno de Sudán del Sur para llevar a cabo esta operación.
Los ataques contra civiles, desapariciones forzosas, violaciones y otros abusos podrían constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, explica el departamento de Derechos Humanos de Naciones Unidas en un informe fruto del trabajo de un equipo de evaluación que viajó al país entre octubre y enero. Los «agentes estatales» son los mayores responsables del delito, apunta. Sudán del Sur, que tiene casi cinco años de historia, entró en guerra civil hace dos.
Según una exclusiva del Daily Beast, fueron los soldados de las fuerzas gubernamentales del presidente Salva Kiir quienes planearon, prepararon y perpetraron el ataque. La escena en Malakal tras arder, fue trágica, ya que miles de personas que no cuentan apenas con posesiones personales perdieron todo lo que tenían. Las críticas por la actitud impasible de las fuerzas de la ONU, que dejaron desprotegidos a los refugiados, han sido continuas. La Guerra Civil sursudanesa lleva activa desde 2013.
Desde el término de la guerra civil suadanesa en 2011 las fronteras han estado cerradas, la hostilidad entre ambas partes del país no ha cesado: la independencia del sur le permitió quedarse con dos tercios del petróleo del país. La promesa de Al Bashir de recortar los impuestos de circulación de petróleo del sur en los oleoductos del norte fue el inicio de una serie de gestos que sitúan a ambos países en momento histórico para pacificar sus relaciones y establecer vínculos económicos.
Tiene el poder de congelar ese momento que el tiempo convertirá en historia. Es capaz de captar nuestra atención, de seducir a nuestra retina inmortilizando la barbarie de la forma más sutil, más hermosa. El arma con la que combaten los reporteros de guerra dispara sus objetivos dando en el blanco de la conciencia colectiva. Todo ello gracias a sus cámaras: los proyectiles que apuntan sobre las portadas de los diarios de medio mundo. A veces, su trabajo se convierte en una obra de arte que pinta los escenarios bélicos más sorprendentes. He aquí una muestra.
Sufrimiento, soledad, suciedad, soberanía, silencio, saqueo. Estas palabras me vienen a la mente cuando veo las imágenes y los videos sobre el país más joven del mundo: tres años en busca… ¿de qué?
Siempre lo digo y nunca lo llevo a la práctica. Y me arrepiento de no tener la suficiente valentía para hacerlo. Me refiero a guardar ayuno total de noticias, ya provengan de los medios de papel, cine, televisión o Internet como remedio in extremis para sanear mi conciencia.
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