En Cataluña hay urnas. Las de Barcelona, concretamente, se guardan en una nave industrial de propiedad municipal sita en la calle Perú, en el barrio del Pueblo Nuevo. El almacén, una antigua fábrica de productos químicos de unos 3.000 metros cuadrados, alberga unos 6.000 receptáculos de metacrilato cuyas medidas, conforme a lo estipulado por el Ministerio del Interior (al que corresponde la titularidad del material) son 45 cm de largo, 34 de alto y 32 de ancho, con una ranura en el centro de 18 cm y 0,5 de cm abertura. (La democracia, ya ven, conjuga el rigor normativo con toda una semántica del orificio, para que luego digan que carece de sex-appeal.) Tal como se aprecia en esta imagen, las urnas se hallan dispuestas en columnas, sobre palés. Por lo demás, y dado que la ciudad requiere unas 1.800 (salvo cuando se celebran elecciones al Congreso y al Senado, en que hacen falta el doble) es probable que una parte de las 6.000 se destine a otras localidades de la provincia.