Este es el truco japonés para preparar las mejores castañas asadas

Las castañas son un tipo de fruto seco que proviene del castaño, un árbol que se encuentra en regiones de clima templado.

La temporada de recolección varía según la región, pero generalmente ocurre en otoño, desde septiembre hasta diciembre. Por ello, se han convertido en un icono de esta época del año y protagonizan muchas festividades otoñales.

Beneficios de las castañas

• Fuente de energía: las castañas son ricas en carbohidratos, principalmente almidones, lo que les confiere un índice glucémico relativamente bajo. Esto significa que liberan glucosa en la sangre de manera gradual y constante, lo que es beneficioso para mantener un suministro de energía constante. Además, las personas con diabetes pueden consumirlas con moderación, ya que contienen arginina, un aminoácido que mejora la eficacia de la insulina y la circulación sanguínea.
• Sacia y regula la microbiota: debido a su liberación lenta de energía, las castañas tienen un efecto saciante duradero, lo que las convierte en un aliado en las dietas de control de peso y ayuda a reducir los picoteos entre comidas. También contienen inulina, una fibra prebiótica que alimenta a las bacterias beneficiosas en el intestino, lo que contribuye a mantener una microbiota intestinal saludable.
• Alto contenido en antioxidantes y vitaminas: las castañas son una fuente de vitamina C, que actúa como antioxidante. A pesar de que se pierde algo de vitamina C al cocinarlas, aún proporcionan aproximadamente el 25% de las necesidades diarias en una ración de 100 gramos. También contienen pequeñas cantidades de vitamina A, E y varios compuestos fenólicos, como el ácido gálico, el vanílico, las procianidinas y las catequinas, todos ellos con propiedades antioxidantes.

Cómo preparar las mejores castañas asadas

La manera tradicional de disfrutar de las castañas es asándolas en las brasas o en el horno. Sin embargo, es útil conocer algunos consejos para asegurarse de que no exploten, para lograr que se pelan fácilmente y para que queden en su punto óptimo.

En primer lugar, antes de meterlas en el horno o en la sartén, es importante realizar una pequeña incisión en la parte redondeada.

Luego, se hornean a una temperatura de 180 ºC durante 20 a 40 minutos, dependiendo de su grado de sequedad y de su tamaño.

Si se opta por asarlas a la brasa o en una sartén, es esencial moverlas con frecuencia para evitar que se quemen. Para que queden especialmente jugosas, se pueden remojar en agua durante unos quince minutos antes de cocinarlas.

Antes de remojarlas, es posible añadir sal o, al igual que se hace en Italia, un poco de licor, vino dulce o seco. También se pueden utilizar caldo u otro tipo de líquido. En algunas regiones de España, como Sanabria, se asan con miel, mientras que en Galicia suelen añadirles un toque de sal gorda.

El truco japonés

Además, existe un método curioso de origen japonés que produce resultados excelentes: en una sartén grande con agujeros, se colocan pequeñas piedras y se calientan. Luego, se introducen las castañas y se revuelven.

Este proceso permite una cocción más rápida y uniforme. En ocasiones, los japoneses añaden condimentos como miel, sal o polvo de wasabi. Al final, cubren las castañas con un paño y las dejan reposar antes de servirlas.

Cómo saber si las castañas están frescas y en condiciones óptimas

Para seleccionar castañas de calidad, busca aquellas que tengan una piel sin arrugas ni manchas, y que se sientan firmes al tacto. Las castañas extremadamente duras suelen ser demasiado frescas, mientras que las que se sienten huecas o blandas están pasadas.

Para mantener su frescura, guárdalas en un lugar seco y bien ventilado, evitando el uso de bolsas de plástico.