Cinco vinos elegidos para regalar a padres y/o Josés con cierta afición vinícola
Etiquetas de estreno o casi pero, ante todo, especiales como la ocasión merece y con los que seguro se sorprenderán
Una selección de vinos pensados para aficionados o al menos curiosos del vino. Porque partiendo de esta premisa cada etiqueta está elegida para un tipo de consumidor (obsequiado), como se explica. Vinos diferentes, novedosos y casi todos nuevos en el mercado pues sólo uno de ellos está en su segunda añada.
La otras cosa en común, de 25 euros para arriba que el obsequiado lo merece, ¡por tratarse de quién se trata!, pero además porque responden a elaboraciones muy especiales por distintos motivos, que también quedan apuntados. En resumen, tan sólo cinco ideas con cinco argumentos de las muchas opciones y razones que ofrece el vino español para cualquier ocasión y toda clase de «regalados». Pero éstos, vinos con los que seguro se sorprenderán papás y Pepes y los cinco muy interesantes descubrimientos.
Cinco vinos perfectos para el día del Padre (San José)
Habla nº 32 Syrah 2021 (28 €)
Si es de «una imagen vale más que mil palabras», aquí hay contenido y continente. Porque las extremeñas Bodegas Habla pueden presumir de una de las mejores imágenes del mercado, sea cual sea la elaboración de que se trate. En esta ocasión, el número 32 dedicado a la variedad syrah, uno de los monovarietales que mejor trabajan en esta casa y por eso de los más esperados de la colección (pues hay rotación con cada número), siempre ediciones limitadas. Uvas de syrah, ecológicas, con un año de crianza en roble francés. Un tinto intenso en aromas, con destacada presencia de frutos rojos, fruta carnosa, notas especiadas, toques balsámicos y lácticos. Amplio en boca, sabroso, con agradables sensación de fruta golosa y una estupenda persistencia. Una añada más, un acierto seguro. Además, los vinos de Habla entran por los ojos, y esta botella cilíndrica es ya seña de identidad de la firma.
Arínzano Armonía 2021 (47 €)
Si le gustan los blancos con enjundia, este estreno de la navarra Bodega Arínzano (DOP Pago de Arínzano) es una buena alternativa. En concreto uno de los vinos que conforman su más reciente proyecto, la Colección Chardonnay Lab ideada por su enólogo, José Manuel Rodríguez. A partir de una selección de viñedos de chardonnay pretende mostrar las distintas maneras en que se puede expresar en función del lugar del que proceda la uva. Luego, les aplica distintos tipos de crianza (en diversidad de recipientes) para ver cómo se comporta. En concreto, este Armonía 2021 es fruto de tres tipos de esa crianza: chardonnay en dos barricas de roble francés -de primer y segundo uso- y en un ánfora de barro. En total 1.055 botellas. Fruto de esta combinación resulta un vino de gran amabilidad en el que se imponen las notas de fruta de hueso madura, los aromas de pastelería (cremas), tostados y toques amielados. Sensaciones que reproduce en la boca donde resulta graso, fluido, con una ajustada frescura y fino en el recorrido.
BAYNOS 2021 (65-67 €)
Si es de vinos con nombre y apellido el gran Mariano García (reconocido desde su larga etapa como enólogo de Vega Sicilia) es quien está tras este tinto junto a sus dos hijos. Bodegas Mauro, en Valladolid, San Román, en Toro, y Garmón Continental en Ribera del Duero son las tres bodegas propias desde las que operan hace años. Y éste es la segunda añada de su primer vino riojano, Baynos, de viñedos viejos trabajados en ecológico en Baños de Ebro (Rioja Alavesa), donde se localiza la bodega en la que lo elaboran. Es el cuarto proyecto familiar, y este tinto es un tempranillo que completan con un 10% de uvas de graciano en vaso. Fermentado en cemento, tienen una crianza posterior de 20 meses en roble francés. Un tinto potente, rico en matices, con intensos aromas de fruta roja, flores, especias y recuerdos de regaliz. Corpulento, elegante, equilibrado, con viva frescura y largo recorrido. Eso sí, la fama cuesta y este vino hay que pagarlo.
Patrick Murphy J. Cordero 2021 (27 €)
Si estás ante un inquieto aficionado dispuesto a probar y descubrir, es buena ocasión para presentarle un vino de pasto, elaboraciones que vuelven a la palestra como la nueva generación de los blancos gaditanos. Por dar algunas pinceladas, se trata de elaboraciones tradicionales de variedades autóctonas (principalmente palomino fino), que tienen una crianza biológica pero no se encabezan con alcohol para llegar a los 15 grados necesarios para que las levaduras aparezcan y se desarrolle el velo de flor (esa fina capita blanca que aparece cubriendo el vino y que identifica a la crianza biológica). Alcanzan los 15 grados de manera natural porque vendimian más tarde o asolan las uvas, como hacían antaño. Grosso modo explicado, este Patrick Murphy es uno de esos vinos de pasto, proyecto personal del joven elaborador Santiago Jordi (asesor de muy distintas bodegas y en muy diversas zonas). En este caso procede de viñas viejas de perruno («variedad autóctona, minoritaria y muy similar a la palomino», explica), sobre suelos de albariza, y ha permanecido un año en botas de oloroso. El resultado, muy rico, entre sensaciones cremosas y de fruta madura, y una boca afilada por la que apetece seguir bebiendo. Con equilibrada acidez, gran frescura, sensación mineral, fluidez y una persistencia amarga que incita. Sale como vino de mesa. Ah, y lo de «J. Cordero» es un homenaje al enólogo Juan Cordero, amante de los vinos de Jerez.
Hoya Colorá 2014 Blanc de Blancs (53 €)
Si se trata de un auténtico winelover, Pepe Rodríguez de Vera puede ser uno de los elaboradores a los que comience a seguirle la pista…si no lo está haciendo ya. Autodefinido como «viñador», desde hace catorce años viene elaborando vinos en regiones con potencial «por descubrir», dice, a los que imprime su impronta. Y desde entonces ya lo está haciendo en Gredos, Almansa, Comunidad Valenciana, en zonas de Castilla León, Montilla – Moriles y en el Marco de Jerez. Este espumoso es su última creación. Un chardonnay que hace en Dominio de Casalta (DO Almansa), el proyecto albaceteño donde Rodríguez de Vera comenzaba su andadura como elaborador, y del que dispone tan solo de 900 botellas. Por cierto, el primer espumoso dentro de esta denominación manchega. Viñas cultivadas en ecológico, con hasta 60 años y plantadas a más de mil metros de altitud. Un vino que ha permanecido diez años haciendo la crianza en rima hasta que ha salido a la luz, y que sorprenderá a quien lo abra. Hay notas cítricas y de manzana, junto a aromas de panadería. Con estructura en la boca, untuoso, equilibrado, destacada frescura ácida y paso largo en el que la mantiene.
LOS VINOS SELECCIONADOS NO RESPONDEN A CRITERIO COMERCIAL ALGUNO SINO A UN CRITERIO PROFESIONAL Y DE CALIDAD