Sirope de agave casero: cómo prepararlo de forma más saludable
Procede de una planta originaria de México y el suroeste de Estados Unidos, que era utilizada para producir el tequila
El sirope de agave ha ganado popularidad en los últimos años como una alternativa natural al azúcar. Su dulzura suave, textura líquida y origen vegetal lo han convertido en un ingrediente estrella en muchas cocinas. Y es que, preparar sirope de agave de en casa es fácil y económico. Además, te permite disfrutar de un edulcorante natural sin aditivos, como ocurre en el caso de la stevia de supermercado.
Este sirope, también conocido como néctar de agave, es un edulcorante natural extraído de la planta de agave. Es famoso por su capacidad para endulzar con menos cantidad que el azúcar convencional, además de tener un índice glucémico más bajo. Su consistencia es similar a la miel, pero su sabor es menos intenso, lo que lo convierte en el edulcorante ideal para añadirlo a una gran variedad de recetas de repostería, y hacerlas así menos calóricas.
Origen del sirope de agave
El sirope de agave proviene del agave, una planta originaria de México y el suroeste de Estados Unidos. Los pueblos indígenas mesoamericanos ya utilizaban el agave desde hace siglos para producir bebidas fermentadas como el pulque, así como para obtener una forma primitiva de edulcorante. El agave azul, una de las variedades más conocidas, es la misma planta que se usa para hacer tequila. En el siglo XX, se popularizó el sirope como alternativa saludable al azúcar refinado.
Receta del sirope de agave saludable
Sirope de agave
Ingredientes
- zumo de la planta de agave
- el zumo de un limón
- agua
Elaboración paso a paso
- Cocer lentamente el jugo de la planta de agave.
- Añadir el limón y el agua.
- Hervir durante dos horas.
Ingredientes
La elaboración de sirope de agave en casa requiere de pocos ingredientes, pero lo más importante es elegir materias primas de calidad. Por eso, te recomendamos acudir a un herbolario para comprar el zumo de fresco de agave (si no tienes una planta de agave de la que extraerlo tú mismo), agua filtrada y zumo de limón (para corregir el punto de acidez).
Modo de elaboración paso a paso
En primer lugar si tienes acceso a la planta de agave, corta una hoja madura y extrae el zumo con una prensa o mediante maceración. Si no, compra zumo de agave natural en una herbolario. A continuación, (solo en el caso en el que hayas extraído el zumo de la planta) pasa el jugo por un colador fino o una tela para eliminar las impurezas.
Después, vierte el jugo en una cacerola de acero inoxidable. Y añade un poco de agua filtrada si está muy espeso. Calienta a fuego medio, y cuando comience a evaporarse el agua, se concentrará el sabor, por lo que ganará dulzor. No olvides, mantener el fuego bajo y remover con frecuencia para evitar que se queme.
Si deseas que su sabor no sea excesivamente dulce, añade unas gotas de zumo de limón durante la cocción. Y pon al fuego aproximadamente durante dos horas, hasta que el zumo adquiera una textura similar a la de la miel. Deja que el sirope se enfríe a temperatura ambiente. Y para terminar, transfiérelo a un frasco de vidrio limpio con tapa hermética.
Cómo tomar el sirope de agave
Puedes acompañarlo en tus creps como sustituto del calórico sirope de caramelo. O añadirlo a tu batidos de frutas frescas para añadir dulzura sin alterar demasiado el sabor. También es perfecto para utilizarlo en tus recetas de repostería como sustituto del azúcar. O utilizarlo para crear aliños originales para tus ensaladas a base mostaza, vinagre, especias y sirope de agave. Aunque su uso más común, es añadirlo al café, el té y el chocolate caliente.
Cómo conservar el sirope de agave
El sirope de agave casero debe conservarse en un frasco de vidrio hermético para evitar la entrada de aire y humedad. Es recomendable guardarlo en un lugar fresco y seco y lejos de la luz directa del sol. Aunque no es necesario refrigerarlo, puedes hacerlo si prefieres que se mantenga más fresco. Si se almacena correctamente, el sirope de agave casero puede durar entre cuatro y seis meses.
Beneficios nutricionales
Es más adecuado para personas con diabetes que los siropes tradicionales. Como la fructosa es más dulce que la glucosa, se necesita menos cantidad para endulzar. Además, aunque sea en pequeñas cantidades, contiene calcio, potasio y magnesio. Y al hacerlo en casa, te asegurarás de que esté libre de conservantes.