El ataque de Laura Boyer a Isabel Preysler antes de morir: «Alejó a mi padre de nosotros»
Antes de fallecer, la hermana de Ana Boyer concedió la que sería su última entrevista. Dos páginas llenas de lo que siempre quiso contar
El pasado 24 de febrero la crónica social se vio empañada por una triste noticia: Laura Boyer fallecía a los 57 años de edad. Fue uno de sus hijos quien comunicó la información a la prensa, dejando entrever que la hermana de Ana Boyer había estado luchando contra un cáncer del que no pudo salir victoriosa.
Laura siempre se quiso mantener en un segundo plano, alejada del foco mediático y llevando una vida completamente discreta. Sin embargo, tan solo dos semanas antes de fallecer, concedió una entrevista a Semana en la que no dudó en cargar contra Isabel Preysler como nunca antes lo había hecho. Pues, aunque no es ningún secreto que entre ellas no existía una buena relación, nadie se esperaba que poco antes de perder la vida lanzase infinidad de dardos contra la que un día fue la mujer de su padre.
Su entrevista póstuma
En un principio, la hija del ministro del gobierno de Felipe González envió a la revista una carta abierta para publicar, pero finalmente accedió a hacer la que sería su última entrevista. Probablemente sabía que le quedaba poco tiempo y quería dejar su testimonio plasmado en las páginas del magazine para la eternidad.
«Siempre he querido hablar (…) Había muchos frentes abiertos y no quería abrir más. Ahora esos frentes ya han terminado y me veo más liberada, los niños ya son todos mayores de edad y, además, estoy mal de salud y me apetece hacerlo», dijo para las páginas de Semana. De inmediato, comenzó a hablar de la madre de Tamara Falcó, con quien nunca tuvo una buena relación: «Isabel es una persona hiperposesiva, que alejó a mi padre».
El comienzo de su historia de amor
Laura y su hermano fueron testigos de cómo Miguel Boyer rompió su matrimonio con Elena Arnedo para luchar por su amor junto a Isabel Preysler. «Nos lo contó mi madre (…) Yo no le creía, le dije que estaba loca», así se enteró la hermana de Ana Boyer de la nueva relación de su padre, relación que fue poco a poco y con idas y venidas: «En Marbella desaparecía por la noche. Yo me cabreaba, mi madre lloraba…de película. Mi padre iba y venía, no se decidía».
La relación con sus hijos
De repente, la vida de Miguel Boyer dio un giro de 180 grados. No solo cambió el rumbo de su corazón, sino también la relación familiar con sus hijos: «Cuando se casó con Isabel, mi padre nos veía a mi hermano y a mí a solas, en algún restaurante y poco tiempo». El político estuvo tan enamorado de Preysler que no fue consciente de lo que hizo.
No obstante, casarse con la madre de la marquesa de Griñón no fue tan traumático para Laura como el anuncio de su embarazo: «Me dijo: ‘Isabel se ha preñao’». Pero su relación con Ana Boyer fue siempre inexistente: «A Ana al principio no la vi, porque casi coincidió con el nacimiento de mi hijo Hugo (…) Cuando era pequeña yo le regalaba juguetes, pero les hacía poco caso. Su madre le comía el coco».
Isabel, la ‘culpable’
Laura Boyer creció sin el calor de su hermana Ana y viceversa. Una situación que, en palabras de la fallecida, fue culpa de Preysler. La última vez que tuvo contacto con la mujer de Fernando Verdasco fue por la herencia de su padre. «Hablamos poco, pero se puso de parte de su madre. Ana nunca ha sido tan simpática como sus hermanos (…) Con Tamara tuve una buena relación. Fíjate qué divertida Tamara, el día que murió mi padre fue la única que me cogió del brazo y me dijo: ‘Qué susto se va a dar el tío Miguel cuando se encuentre a Dios de frente’».
Antes de fallecer, Laura dejó bien claro que no le gustaría volver a hablar con Isabel, ni tan solo para tener una conversación final: «Es una persona que no me parece interesante. No tiene nada que ver conmigo, somos la noche y el día». Pues, a pesar de que fue la última mujer del político, quien le cuidó sus últimos años de vida, Laura nunca la aceptó: «En mi opinión ella no le cuidó nada, le puso un montón de gente, pero ella no le cuidó».
Da igual el tiempo que pasase, que Laura nunca tuvo buenas palabras para la socialite: «Era una mujer fría, muy fría, calculadora (…) Al principio llegué a odiarla, pero también he llagado a comprender que es una persona que tiene otros recursos». Un odio que surgió a raíz del fallecimiento de su padre: «Mientras él vivió solo la tenía como una enemiga».