Kate Middleton y Charlene de Mónaco, más parecidas que nunca: aisladas y desaparecidas
Desde que se convirtiera en Princesa, Charlene ha tenido una actitud esquiva, confusa y alejada de los focos
Si por algo ha destacado siempre Charlene de Mónaco es por su rostro serio, en ocasiones triste e impávido. Mucho se habló, pocos días antes de celebrarse su boda con el príncipe Alberto, que había tomado la decisión de cancelar el enlace y volverse a su tierra natal, Sudáfrica. Un extremo que finalmente no se dio. Desde ese momento, han sido pocas las veces en las que hemos visto a Charlene en algún acto público. Es más, en muchas ocasiones, ha sido la única de la Familia Real monegasca que se ha ausentado de los eventos más importantes y por la que no se ha dado una justificación. Una actitud, aislada y alejada del foco, que recuerda mucho a la que mantiene Kate Middleton en las últimas semanas.
Fue a finales de diciembre la última vez que pudimos ver a la princesa de Gales en un acto público. Kate acudió a la misa por el día de Navidad celebrada en la iglesia de Santa Maria Magdalena y en la que estuvo junto a su marido y sus tres hijos. En ese momento, nada hacía presagia que esa sería la última vez que veríamos a la heredera al trono. Casi un mes después, la Casa Real británica hizo público un comunicado en el que explicaba que Catalina se había sometido a una operación abdominal. A partir de ese momento, todo han sido rumores y especulaciones.
La foto retocada de Kate que ha desatado toda la polémica
Lo más grave sucedió hace unos días cuando, desde la página oficial de Instagram de los Príncipes, se compartió la primera imagen oficial de Kate después de la intervención. Una instantánea que, rápidamente, los usuarios de las redes sociales se dieron cuenta que estaba totalmente retocada. Un extremo que la Princesa acabó confesando. Lo cierto es que, desde que se conociera su operación en el mes de enero, son solo tres las imágenes que hemos podido ver de Catalina de Gales, aunque dos de ellas han sido puestas en duda. La primera es la que ya mencionamos y la siguiente es la que se hizo pública, en los medios de comunicación, el pasado lunes 11 de marzo, en medio del revuelo por la instantánea retocada. La última, vio la luz la semana pasada, en la que aparecía en el coche junto a su madre.
Para ese día, estaba previsto que el príncipe Guillermo acudiera a un acto de la Commonwealth. No se esperaba que Kate le acompañara y, por eso, al verla en el coche, dirigiéndose hasta el lugar de la ceremonia, extrañó a propios y extraños. De esta fotografía también se ha hablado mucho y se ha llegado a plantear que, también, es un montaje. Una información que no ha sido confirmada por parte de la Casa Real. Lo que sí sabemos es que Kate pasa sus días recluida en Adelaide Cottage, la casa a la que se mudó, junto a su familia, hace más de un año y donde se recupera de su intervención.
Es ahí donde ha estado estas últimas semanas, aunque sí se ha conocido que ha realizado pequeñas escapadas, una de ellas con la intención de visitar al rey Carlos III durante su tratamiento contra el cáncer. Es por eso que esa confusión con las imágenes, esa falta de honestidad y, sobre todo, la nula información sobre su estado de salud, han hecho que su actual paradero se convierta en todo un misterio. No sabemos cuándo saldrá Kate de su refugio ni si acudirá al desfile que tendría que presidir el próximo 8 de junio. Tampoco se conoce qué enfermedad sufre realmente o por qué ha tenido que pasar por quirófano.
La extraña actitud de Charlene de Mónaco
Tampoco se sabe si, tanto como se ha rumoreado en los últimos meses, realmente su matrimonio con Guillermo está haciendo aguas. Por ahora, lo único que se conoce es la incertidumbre. Una incertidumbre que también ha acompañado a la princesa Charlene de Mónaco en todo su reinado. La mujer del príncipe Alberto, que durante todo este tiempo se ha ganado el mote, entre las casas reales europeas, como la princesa prisionera, se casó con el jefe de Estado de Mónaco en julio de 2011. En ese momento, vimos a una Charlene totalmente compungida, con el rostro cortado y con lágrimas en los ojos.
Una emoción que, en otro momento y circunstancia, se podía haber atribuido a la alegría de casarte con el hombre de tu vida. Pero nada más lejos de la realidad. Fue el semanario francés, L’Express, el primero que aseguró que la idea de Charlene era la de huir de ahí y cancelar su boda. Desde el medio apuntaron que la deportista olímpica había intentado refugiarse en la embajada de Sudáfrica, durante su visita a Francia para una de las pruebas de su vestido. Y, aunque esto no se produjo, la luna de miel tampoco estuvo exenta de polémica. Al parecer, ambos se alojaron en hoteles distintos en Sudáfrica, dando buena cuenta de su relación no era la convencional entre un matrimonio. Y mucho menos entre un matrimonio recién casado.
Y su inexplicable viaje a Sudáfrica
Una vez que volvieron a sus obligaciones profesionales en Mónaco, Charlene desapareció del mapa. Sí que hizo su aparición cuando se anunció que iba a tener mellizos y, más adelante, tras el parto. Pero en pocas ocasiones más. Probablemente lo más controvertido es aquello que tuvo que ver con su enfermedad, que se vio como otro intento de huida más a su país natal. Así, la exdeportista voló hasta Sudáfrica, hace más de dos años, donde se le diagnosticó una complicada enfermedad que hizo que no pudiera tomar el avión de vuelta durante unos cuantos meses.
Parece ser que sufría un tipo de infección que le afectaba a oídos, garganta y nariz que le obligó a recurrir a distintos otorrinolaringólogos para que valoraran su situación. Al igual que ha sucedido con Kate, desde la Casa Real de Mónaco no compartieron mucho más información y solamente lo hicieron para justificar la ausencia de la Princesa durante sus obligaciones como Princesa. La presión de los aviones es lo que le impidió volar a casa y, una vez en Mónaco, tuvo que internarse en un centro de salud psicológico debido a los problemas que había sufrido en los últimos meses.
Los paralelismos de su historia con la de Kate Middleton
También, en todos estos años, al igual que le está sucediendo ahora a Kate, se habló mucho de la relación que mantenía con su marido. Todas las señales hacían presagiar que el matrimonio no estaba pasando por su mejor momento; los rumores de infidelidad por parte de Alberto, las ausencias marcadas de Charlene y su viaje a Sudáfrica. Desde la prensa, y hasta los propios ciudadanos, afirmaban que se trataba de un matrimonio en el que no había amor, solamente apariencia. También, Catalina y Guillermo están siendo parte de estos rumores desde que se conociera su enfermedad.
Al tener pocos datos del porqué de su reclusión, se empezó a especular con que el problema real no estaba en su salud, sino en un bache en su matrimonio con el hijo de Carlos III. Es más, que apareciera junto a su madre en el coche y no lo hiciera junto al príncipe Guillermo echó más leña al fuego. Por no hablar del detalle en su foto retocada, en la que aparecía sin su anillo de compromiso. Todo eso, unido a la aparición en escena de Rose Hanbury, a quien han calificado como la amante de Guillermo, ha hecho que se cuestione su relación. Lo mismo que le ha sucedido a Charlene en estos últimos años.