Urdangarin, en su peor momento: los proyectos fallidos en su etapa como «hombre divorciado»
El exduque de Palma y exmarido de la infanta Cristina cumplió su condena a principios del mes de abril
Urdangarin, en su peor momento
Iñaki Urdangarin lo tiene todo para ser feliz. O, al menos, para poder pasar página. Hace más de dos semanas, el exmarido de la infanta Cristina cumplió su larga condena y, unos meses antes, firmó el divorcio con la hija del rey Juan Carlos. Dos situaciones que favorecen, en gran medida, que vuelva a ser una persona alejada del foco público. No es para nadie desconocido que a Urdangarin nunca le ha gustado la presencia de los medios de comunicación que se volvió más intensa después de ser condenado por malversación o tras el firmar el fin de su matrimonio con la infanta Cristina. Aún así, parece ser que esta nueva etapa, como hombre libre y «divorciado» no está siendo como Urdangarin esperaba y está pasando por un complicado momento.
Así se lo ha hecho saber a la revista Semana a la que ha expresado que es «un hombre divorciado» y que, además, «ya no forma parte de esto». Unas palabras con las que ha querido desentenderse el boom mediático que su persona puede provocar, sobre todo, entre los medios de comunicación. Porque, probablemente, él pensaba que con su separación, con el fin de su condena y con el ‘adiós’ a su seguridad privada, su vida volvería a ser un poco cómo la de antes. Pero nada más lejos de la realidad.
Los problemas de Urdangarin
Sí que es cierto que, en todo momento, Iñaki cuenta con el apoyo de su pareja, Ainhoa Armentia, y con el de su madre, Claire. Es más el exduque de Palma se ha mudado a la urbanización donde reside su progenitora en la ciudad de Vitoria. En un primer momento, su idea era comenzar una convivencia junto a Armentia. Unos planes que se han visto un poco truncados porque su novia tiene que alternar su vida en el piso junto a Iñaki y otras semanas en la casa que compartió con su ex. Esto se debe al régimen de custodia de sus hijos que tiene con su expareja. Aún así, Iñaki, conocedor de esta situación, se ha mostrado siempre muy ilusionado con su pareja y con alejarse de todos los compromisos de la Casa Real.
A pesar de todo, hay un tema que le preocupa especialmente, como ya contamos en THE OBJECTIVE; no encontrar trabajo. «Iñaki está roto, los nervios le comen por dentro», le confirman a Vanitatis. En todo este tiempo, el exentrenador de balonmano se ha estado formando. Es por eso que, mientras estaba en la cárcel de Brieva, hasta se apuntó a un curso de coaching deportivo para seguir con su formación. Esto hizo que, durante su tercer grado, pudiera trabajar en el equipo que le vio nacer como deportista. Todo esto, ya forma parte del pasado y, actualmente, Iñaki está buscando empleo. «Nunca imaginó que le pasaría lo que le está pasando, incluso pensó en elaborar vinos», han explicado al mencionado portal.
Lo cierto es que, nada de esto, ha sucedido. Por eso, su ilusión de volver a encontrar una nueva oportunidad laboral se va diluyendo con el tiempo. Sobre todo, en lo que tiene que ver con empresas de gran calado; básicamente por la presión mediática que le acompaña y, también, por su controvertido pasado. «Cómo iban a mojarse contratando a Urdangarin, cualquiera que sepa de imagen de empresa sabrá que darle un trabajo es ponerse en el punto de mira y no por algo positivo, precisamente», ha comentado su entorno sobre su posible fichaje por el FC Barcelona.
«Se ha roto»
Su imposibilidad de encontrar trabajo ha hecho que le afecte a su vida personal. «Habla tan nervioso que saliva y casi escupe, se le entrecortan las palabras, respira fuerte y se pone hasta rojo», comentan desde Vanitatis. Lo cierto es que, desde hace un tiempo, Urdangarin camina libremente por la ciudad del País Vasco que le vio nacer. Lo hace después de despedirse de sus escoltas el pasado 8 de febrero y, desde el pasado 9 de abril, cuando cumplió los años a los que fue condenado por malversación, fraude, prevaricación, delitos fiscales y tráfico de influencias.
Lo que destacan las personas que han podido hablar con el exduque de Palma es que, repite, una y otra vez, que es un «hombre divorciado y libre». Aunque eso sí, con problemas para aceptar la presencia de la prensa. Es por eso que desde Vanitatis insisten que esta es la razón por la que no ha acudido a casi ningún partido de su hijo, Pablo, en los últimos tiempos. Quiere evitar, a toda costa, que los medios de comunicación le hagan cualquier pregunta. Además, tampoco ha ayudado que su hija, Irene, sea noticia. Lo hace después de que se conociera su romance con Juan Urquijo, el hermano de la mujer de José Luis Martínez-Almeida.
Desde el mencionado portal insisten en que Urdangarin está con un ánimo «bajo». Es más, «la falta de trabajo le está dejando huella, se ha roto». En todo este tiempo, sí que es cierto que Iñaki ha encontrado distintos empleos, como, por ejemplo, cuando salió de prisión que se empleó en un bufete de abogados donde conoció a Ainhoa Armentia. Aún así, cuando su relación se hizo pública ambos se despidieron y buscaron una nueva oportunidad laboral que, por ahora, no ha llegado.
