La preocupación de Urdangarin tras cumplir condena: «Necesita trabajo para estar bien»

Iñaki Urdangarin es un hombre libre. Fue el pasado 9 de abril cuando el exduque de Palma cumplió su pena de cinco años de prisión por malversación, fraude, prevaricación, delitos fiscales y tráfico de influencias. Ahora, el que un día fuera jugador de balonmano ha empezado una nueva vida de la mano de su novia, Ainhoa Armentia, y más alejado que nunca de la infanta Cristina, con quien firmó los papeles de divorcio hace unos meses. Aún así, aunque ya haya conseguido su gran objetivo y pueda alejarse del foco público, todavía hay algo que no consigue encajar en su vida; encontrar trabajo. Un extremo que se ha vuelto fundamental para «estar bien».

Así lo ha confirmado su abogado al programa Mañaneros, de TVE, en el que ha afirmado que Urdangarin no tiene empleo y que esto sería un requisito básico, no solamente a nivel «económico» sino personal. Es por eso que el exmarido de la infanta Cristina no ha encontrado todavía su felicidad, aunque sí cuenta con el gran apoyo de Ainhoa y, también, de sus hijos. El proceso de divorcio con la hija pequeña del Rey no ha sido especialmente fácil y, por eso, se ha alargado en el tiempo. Un trámite en el que han estado muy presentes sus cuatro hijos, quienes siempre se han mantenido muy unidos.

Qué le pasa a Urdangarin

Fue hace unos años cuando Iñaki se estableció en Vitoria. Es en la ciudad vasca donde el hombre se ha criado y ha vivido siempre junto a su familia. Cuando comenzó con su carrera deportiva se mudó hasta Barcelona, lugar en el que se estableció con la infanta Cristina y donde crecieron sus hijos. También, pasaron por Washington y Suiza. Es en Ginebra donde la infanta Cristina ha establecido ya su residencia definitiva después de firmar los papeles de divorcio. Los rumores de una separación en el matrimonio se produjo cuando Urdangarin salió de prisión, obteniendo el tercer grado, y no se desplazó hasta el país europeo para ver a su mujer.

En cambio, se dirigió hasta Vitoria, donde se quedó junto a su madre. Más tarde, fue la revista Lecturas la que hizo públicas las imágenes de Iñaki paseando por una playa de Francia junto a una mujer de su brazo. Esa joven era Ainhoa Armentia, su compañera, a quien conoció tras su primer empleo en Imaz & Asociados, un conocido bufete de abogados en Vitoria. A partir de ese momento, los medios de comunicación se situaron en la puerta del despacho, apostados todas las mañanas y tardes, para ver entrar y salir a la pareja, que normalmente lo hacía por separado. Aún así, en su parcela más personal, sí que compartían tiempo juntos; dando paseos y practicando deporte.

Todos sus trabajos

Aún así, tanto Iñaki como Cristina tardaron mucho en confirmar el fin de su relación. Y mucho más tardaron en firmar los papeles de divorcio. Muchas fuentes apuntaron que habían sido dos los temas que habían sido un inconveniente para llegar a un acuerdo. El primero de ellos tenía que ver con la manutención de sus hijos y el segundo con su casa de Bidart. Una vez solucionados ambos temas, los dos llegaron a un acuerdo por lo que dijeron ‘adiós’ a su relación de pareja. Un gran alivio para el exduque de Palma quien siempre soñó con dejar de ser noticia.

Un objetivo que tuvo más cerca cuando se quedó sin seguridad privada y, ahora, tras cumplir su condena. Aún así, como ya hemos comentado, todavía le falta algo; una nueva aventura en el mundo laboral. El trabajo más conocido y reconocido de Iñaki siempre fue el mundo del deporte. Formó parte de las filas del FC Barcelona durante catorce años en los que participó en varios Juegos Olímpicos, obteniendo dos medallas de bronce en Sídney y Atlanta. Tras terminar su faceta como deportista en activo entró a formar parte del Comité Olímpico Español, donde estuvo durante cuatro años.

Probablemente, su puesto de trabajo más controvertido fue el de presidente de la Fundación Nóos, de 2003 a 2006, que acabó con su condena por corrupción y su ingreso en prisión. En el año 2006 fue consejero de Telefónica Internacional, lo que hizo que toda la familia se mudara hasta Washington, ciudad en la que estuvieron durante poco más de seis años. En 2021, tras salir de prisión, comenzó a trabajar como asesor en Imaz & Abogados, donde, como ya hemos comentado, conoció a Ainhoa Armentia. Fue la presión social lo que hizo que abandonara su trabajo.

Su siguiente puesto de trabajo se sucedió en marzo de 2022 como entrenador en prácticas en el FC Barcelona. Durante su paso por la cárcel de Brieva, decidió apuntarse a un máster en Psicología del Coaching por la UNED. Unos conocimientos que le permitieron desarrollarse en el equipo de balonmano. Aunque eso sí, tan solo estuvo un mes. Su siguiente empleo, y último, ha sido en Nuño y Pescador SA, una empresa de construcción dedica a las obras civiles en Álava, en el que también ha compartido puesto de trabajo con Ainhoa, como en los viejos tiempos.