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Bader Ginsburg vuelve a hacer historia: es la primera mujer en recibir un homenaje de Estado en el Capitolio

Bader Ginsburg vuelve a hacer historia: es la primera mujer en recibir un homenaje de Estado en el Capitolio

SHAWN THEW | EFE

Ruth Bader Ginsburg, la fallecida jueza del Tribunal Supremo de EE.UU. y una célebre pionera en la lucha por la igualdad de género, ha vuelto a hacer historia este viernes al convertirse en la primera mujer del país a la que se le concede un velatorio de Estado, el máximo homenaje póstumo en el Congreso.

Por qué es importante: esta ceremonia se reserva para funcionarios de Estados Unidos cuyo impacto en la historia haya sido excepcional, y apenas se había celebrado en 33 ocasiones hasta este viernes.

El féretro con los restos de Ginsburg ha llegado por la mañana al Capitolio después de dos días situado en lo alto de la escalinata del Tribunal Supremo, donde cientos de personas se han acercado para expresar su admiración por la jueza progresista que murió el pasado 18 de septiembre a los 87 años, debido a un cáncer de páncreas.

La magistrada se convierte así en la primera mujer y en la primera persona judía de EEUU que recibe un velatorio de Estado en el Capitolio, y en apenas la segunda integrante del Supremo a la que se concede ese homenaje, después de a William Howard Taft –que también fue presidente estadounidense– tras su muerte en 1930.

Otra mujer, la activista de derechos civiles Rosa Parks, también yació en 2005 en el Capitolio, pero al no ostentar ningún cargo gubernamental, el suyo fue un «velatorio de honor», no de Estado.

Al servicio fúnebre han acudido un centenar de personas, entre ellos el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, y su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, junto a sus respectivas parejas.

«Ella hizo que Estados Unidos viera lo que es el liderazgo, y rompió muchísimas barreras, en su aplicación de la ley y en su servicio público», ha dicho Harris a los periodistas, tras afirmar que Ginsburg «absolutamente» permitió que ella misma llegara a donde está.

Biden se ha acercadi junto a su mujer, Jill, al ataúd de Ginsburg para expresar su respeto, algo que también hizo este jueves el presidente de Estados Unidos, Donald Trump[contexto id=»381723″], quien se desplazó fugazmente hasta la capilla ardiente de la jueza en el Tribunal Supremo y fue abucheado por la multitud que esperaba su turno en la calle.

El momento más comentado de la ceremonia en el Capitolio lo ha protagonizado el entrenador personal de Ginsburg, Bryant Johnson, quien se acercó al féretro e hizo tres flexiones como las que hacía dos veces por semana con la octogenaria jueza, cuyo estricto régimen de ejercicios se hizo popular en todo Estados Unidos.

La ceremonia la ha oficiado una rabino judía, Lauren Holtzblatt, que ha descrito a Ginsburg como una «profeta, una estrella polar» para millones de personas; mientras que la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, ha inaugurado el acto expresando su «profunda pena» por la pérdida de la magistrada.

Muy pocos miembros del Partido Republicano han asistido al homenaje a la jueza progresista, y entre ellos no estaban los líderes de esa formación en el Senado, Mitch McConnell, ni en la Cámara Baja, Kevin McCarthy.

Trump tiene previsto anunciar este sábado su candidata a sustituir a Ginsburg en el Supremo, que si es confirmada por el Senado, inclinaría firmemente hacia la derecha el equilibrio de poder en la máxima corte, donde apenas quedarían tres jueces progresistas frente a otros seis conservadores.

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