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Lluvias, sequías y mercados: de repente, tu bombón de chocolate cuesta más del doble

La Organización Internacional del Cacao (OIC) prevé una falta 374.000 toneladas del grano, en un tercer déficit anual

Lluvias, sequías y mercados: de repente, tu bombón de chocolate cuesta más del doble

Una mazorca de cacao. | Eric Lalmand, Europa Press

El sorprendente aumento en los precios mundiales del cacao y los chocolates ha prendido la fiesta en los mercados de futuros, pero también deja al descubierto las enormes brechas de una industria en la que un puñado de países empobrecidos producen un valioso grano del que no les queda casi nada.

Por eso dicen que el bolsillo es uno de los órganos más sensibles del cuerpo humano. Hasta que lo sentimos ahí, nos damos perfecta cuenta de algunas verdades distantes. Pongamos el cambio climático, el fenómeno El Niño, la pobreza extrema en países africanos y americanos, la desaparición de los bosques tropicales y las guerras olvidadas.

Son ideas, conceptos, 30 segundos en el noticiero de las 8:00, estudios científicos, denuncias, marchas de cuatro gatos en Bruselas, discusiones de ciertos campus y activistas de ONG.

¡Ahhh!, pero si acabamos de pagar una taza de chocolate caliente en una confitería, o de comprar nuestra ración de bombones anti depresivos, o de cortar el pastel del cumpleaños del mes, seguro nos preguntaremos por qué diantres en estos establecimientos nos están cobrando el doble que antes por el mismo producto, o incluso por uno más pequeño.

Resulta que este año los precios mundiales del cacao han marcado picos históricos. En febrero llegaron por primera vez a $6.000 la tonelada en Nueva York, el valor histórico más alto desde los $5.379 registrados en 1977.

Después de eso llegaron a tocar los 10.000 dólares por tonelada en los mercados de futuros para entrega en este mayo y pese a algunas recientes correcciones a la baja, siguen altos: la tonelada cerró en $7.282 este viernes 17, para acumular un alza de 143% en un año, la mayor cotización para cualquier commoditie agrícola (producto básico) en todos los mercados, según se deduce de los registros de Tradingeconomics.com.

La principal explicación de este comportamiento capaz de arruinar cualquier fiesta infantil son las fuertes caídas en la producción en Costa de Marfil y Ghana, los dos mayores productores mundiales de cacao en grano, con 58% del suministro global. Son también dos de los países más pobres de África. Si usted tiene la suerte de nacer y vivir en uno de esos lugares con muy bajo ingreso anual por persona, necesitará en promedio tres años de trabajo solo para comprarse una tonelada de cacao a los precios de esta semana. Cosas de las estadísticas.

Según los reportes de mercados, intensas lluvias y ciclos de sequías fuera de temporada han arruinado cosechas y sacado buena parte de la oferta. Los efectos en la industria del chocolate todavía se estarán sintiendo en los próximos 12 meses, al menos.

«Las condiciones meteorológicas extremas y el cambio de los patrones climáticos han alterado las cosechas, que se prevé que sean insuficientes por tercer año consecutivo, lo que ha reducido la oferta mundial y ha elevado los precios», explica un reciente reporte de la FAO (Organización de Naciones Unidas para Alimentación), que aborda el impacto de esa crisis en los amantes del chocolate.

«En África Occidental, que produce la mayor parte del cacao mundial, los cultivos están cada vez más amenazados por olas de calor, lluvias intensas y otros riesgos relacionados con el clima. Esto ha tenido un impacto negativo en miles de pequeños productores, cuyas cosechas han disminuido», agrega.

La Organización Internacional del Cacao (OIC), citada por la FAO, prevé una falta 374.000 toneladas del grano, en un tercer déficit anual consecutivo. El año pasado la diferencia fue de solo 74.000 toneladas. Otras fuentes, de empresas del sector, calculan que faltarán 500.000 toneladas para equilibrar la oferta en la industria procesadora. 

«La subida del precio del cacao es sólo un ejemplo de cómo el cambio climático tiene repercusiones de gran alcance en la sociedad y la economía», señala el reporte.

Para los fanáticos del chocolate lo peor podría no haber llegado todavía.

«Las consecuencias se dejarán sentir a finales de este año y el próximo, ya que los costes del cacao tardan generalmente entre 6 y 12 meses en llegar a los consumidores» de chocolate, explica Ole Hansen, analista de Saxobank, citado en un reporte de AFP.

¿Qué hay detrás de tu moneda de chocolate?

La opinión generalizada es que esta fuerte caída en la cosecha de los dos principales productores tendrá todavía un efecto cascada de mediano plazo en la industria del chocolate, la confitería y dulces industriales.

Como Costa de Marfil y Ghana pesan tanto en la oferta mundial, «cualquier problema con su producción repercutirá en última instancia en los suministros y los precios mundiales», señala el último reporte de la OIC.

«La producción en Costa de Marfil y Ghana ha disminuido en 467.000 y 448.000 toneladas, respectivamente, en las tres últimas campañas, lo que ha contribuido igualmente al actual déficit de la producción mundial de cacao», explica.

El déficit de producción de Ghana parece ser «de naturaleza estructural» desde que comenzó en la cosecha 2016/17.

«Esto se debe a una combinación de acontecimientos negativos: el gran número de árboles de cacao infectados por la mortal enfermedad del virus de los brotes hinchados; la minería ilegal, que ha reducido el número de explotaciones cacaoteras; el envejecimiento de los árboles y unas condiciones meteorológicas desfavorables», agrega.

En Costa de Marfil, algunos informes recientes indican que entre el 25% y el 30% de las explotaciones están infectadas por el mismo virus, por lo que a mediano plazo el país alcanzaría su tope de producción.

«Cuándo alcanzará el mercado del cacao un equilibrio y cuándo se reflejará en los precios? Es extremadamente difícil hacer una predicción de este tipo», señalan los expertos, lo que de una vez lleva a temer que el mercado siga amargo para los consumidores.

En la temporada actual, cuando además la mayor parte de la cosecha ha sido recogida, no se esperan grandes cambios en los fundamentos del mercado, por lo que ahora la industria se concentra en lo que pasará en la campaña 2024/25.

Desde ya se predice que la próxima temporada de Navidad y la de Pascua de 2025 (dos de las temporadas de mayor consumo de chocolates en Europa y América) serán de precios al alza.

Estos «nos afecta en la medida en que el consumidor final no esté dispuesto a pagar los altos precios por el chocolate», ha comentado el empresario Jorge Redmond, presidente de Chocolates El Rey, una de las más importantes firmas  venezolanas del sector, con exportaciones a Europa, Estados Unidos y Japón.

Con una factura de solo $33 millones en 2022, Venezuela está muy muy lejos de los tiempos en los que fue uno de los principales exportadores mundiales de cacao. Pero su grano todavía es reconocido como uno de los mejores del mundo para chocolates especiales, coinciden expertos.

«No hay mucho que podamos hacer desde aquí porque Venezuela no tiene fuerza para mover mercado, pero es un jugador importante en el cacao de sabor y aroma», ha explicado Redmond. Pero apuesta a que esto sea algo circunstancial y que los precios irán bajando en la medida en que se vaya normalizando la oferta.

De cualquier forma, el cacao que se pagaba entre $2,5 y $3,0 por kilo ahora se está pagando entre nueve y $10 el kilo, advierte.

En un reciente informe de Bloomberg, el gurú de los mercados de materias primas Pierre Andurand, advierte sobre «una ·explosión de precios si la relación entre existencias y molienda colapsa». 

El experto habla de un precio de $20.000 por tonelada a finales de este año o el próximo, porque las continuas sequías provocarán una «escasez masiva de oferta este año».

¿Pero cuánto de este aumento en los precios del valioso preciado grano que una vez fue moneda de cambio en la América pre colonial llega a los propios agricultores? Muy poco, pues las evidencias indican que el mercado está más bien volátil y estresado, especulando con los contratos de futuros más que con los granos físicos ya cosechados y colocados.

Una siembra familiar y un negocio mundial

Entre cinco y seis millones de agricultores (la mayoría en pequeñas parcelas) cultivan el cacao en 61 países de los trópicos húmedos. Pero el 90% de la producción que llega a los mercados proviene de siete países del mundo, según datos de la FAO.

Esta concentración explica buena parte de la volatilidad del mercado mundial, sujeto a lo que ocurra en esas pocas naciones olvidadas por Occidente.

Los empobrecidos países productores de estas materias primas, por cierto, son los mismos que cada año expulsan a cientos de miles de migrantes que arriesgan sus vidas para ir a buscar mejores destinos principalmente en Europa Occidental y América del Norte.

Organismos de cooperación, algunos gobiernos, ONG´s, la FAO, el Banco Mundial siempre alertan que para aligerar esas persistentes olas migratorias es necesario ayudar al crecimiento económico y al desarrollo de esas naciones pobres. Ofrecerles pues incentivos a sus habitantes para que se queden ahí. Pero crisis como esta del cacao demuestran lo complejo que resulta hacer rentable la actividad agrícola familiar y distribuir mejor los beneficios de la industria de alimentos, en tiempos de vacas gordas, o de vacas flacas.   

La productividad de estos cacaotales varía mucho entre las unidades de producción y entre un año y otro, y suele depender de factores que van desde la variedad cultivada hasta el tipo de suelos, clima, plagas, y enfermedades, observan expertos de la OIC.

El cacao es uno de los 10 commodities más exportados a escala mundial, según datos de UN Comtrade, una plataforma de la ONU dedicada al comercio global.

Este negocio mundial del «cacao, chocolate y demás preparaciones» movió 32.000 millones de euros en 2022, contra 28.178 millones en 2021, según cifras de Trademap.org, de Eurostat.

Los 27 países de la Unión Europea a su vez exportaron en 2023 unos 30.558 millones de euros en cacao, chocolate y sus derivados, bastante más que los 26.735 millones de euros en 2022.

La actividad de sembrar los cacaoteros, extraer las semillas de las mazorcas y meterlas en sacos puede que esté dominado por el noroeste de África. Pero el más rentable negocio de producir chocolate y sus centenares de tipos de dulces distintos es más bien de los países consumidores y sus grandes empresas de alimentos y bebidas: el saldo comercial entre importaciones y exportaciones de cacaos y chocolates fue favorable para la Unión Europea en 6.945 millones de euros en 2023, es decir, 632 millones más que los 6.310 millones facturados en 2022, según los datos.

España importó en 2023 «cacao y sus preparaciones» por valor de 1.415 millones de euros, pero exportó 2.613 millones en esos mismos productos.

El mercado global además se prepara para sufrir otro impacto a finales de este año, cuando entrará en vigencia la nueva ley contra la deforestación aprobada por la Unión Europea en 2022 y que prohíbe la importación de productos procedentes de tierras deforestadas después de 2020.

La ambiciosa norma comunitaria busca frenar la expansión de cultivos o explotación ilegal de selvas y sabanas de países americanos, africanos y asiáticos. Esto abarca el comercio de soja, carne de res, aceite de palma, caucho, madera…y cacao.

En fin, que hay que buscar formas para que estas alzas en los precios de la materia prima por lo menos beneficien a los productores. Ghana y Costa de Marfil, dicho sea de paso, tienen un producto bruto per cápita anual de $2.200 y $2.723, respectivamente, comparado con los $32.000 de España.

Hace pocas semanas el español Rafael Soriano, presidente del Consejo de la Organización Internacional del Cacao, señaló durante la ceremonia de apertura de la Conferencia Mundial del Cacao celebrada en Bruselas (21 al 24 de abril) que es necesario hacer sostenible este negocio.

«Estaremos todos de acuerdo en que la larga cadena de valor que transcurre desde la recolección de un grano de cacao y termina en una tableta de chocolate exige una distribución más más justa de sus costes y beneficios. Solo de esta manera lograremos asegurar una producción sostenible y luchar eficazmente contra la pobreza endémica de las comunidades cacaoteras», ha señalado.

«Pagar más por un cacao sostenible», era la consigna de esta conferencia de una industria mundial tan inequitativa como muchos otros negocios afincados en una materia prima.

«Los precios desbocados en estos últimos meses en las bolsas de Londres y Nueva York, nos ofrecen una oportunidad para conseguir mejorar la remuneración que perciben los pequeños productores de cacao. Para ello necesitamos políticas especificas en los países productores, pero también medidas de apoyo por parte de los países importadores, así como también de las grandes empresas del cacao y del chocolate», ha agregado Soriano en su discurso.

Se ha referido a la necesidad de luchar eficazmente contra la pobreza de los productores.

«No hay que olvidar que la fijación de un precio justo va de la mano con los objetivos comunes de la lucha contra la deforestación y la erradicación del trabajo infantil en las plantaciones».

Pero, las soluciones son mucho más complejas que tomarse una taza de chocolate, y es probable que cuando pase esta crisis de precios el asunto otra vez caída en el olvido. También es previsible que las altas cotizaciones incentivan más siembras en otros países tropicales, pero esa nueva oferta tardará entre siete y 10 años en legar al mercado de forma sostenida.

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