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¿Profesionales freelance o falsos autónomos? En estos casos hay una relación laboral

Las empresas se apoyan más en los consultores freelance, pero deben controlar los riesgos legales

¿Profesionales freelance o falsos autónomos? En estos casos hay una relación laboral

Incorporar a profesionales freelance supone numerosas ventajas para las empresas, especialmente en los sectores en que escasea el talento | Unsplash

Si incorporas a profesionales freelance en tu compañías, ¿se trata de falsos autónomos? La falta de talento y de profesionales cualificados en sectores como el de las tecnologías se puede paliar con la incorporación de consultores externos, los freelance. Se trata de una solución por la que optan cada vez más empresas. Sin embargo, su integración debe cumplir con algunos requisitos legales para que no se den situaciones de falsos autónomos ni crezcan los riesgos  de demandas. En THE OBJECTIVE, detallamos cuáles son las situaciones a evitar.

El principal riesgo legal de incorporar a profesionales freelance es que sea declarado falso autónomo. Esto quiere decir que la relación puede tener carácter laboral, como cualquier otro trabajador.  «En pocas palabras, un trabajador por cuenta ajena es aquel que trabaja bajo la dirección y por cuenta de otro, mientras que un trabajador por cuenta propia o freelance es absolutamente autónomo de la empresa a la que presta servicios y corre con los riesgos y costes vinculados a la prestación de los servicios contratados», aclara Cecilia Pérez Martínez, socia de Laboral de Garrigues.

Que la relación sea de tipo laboral se puede declarar por dos vías. Por una parte, debido a la actuación de la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social; por otra, porque el propio profesional ha presentado una demanda ante los Juzgados de lo social.

Los freelance no deben regirse por horarios de trabajo, vacaciones ni otras rutinas impuestas por la empresa | Unsplash

Para lograr una sentencia favorable, hay que aportar pruebas y acreditar que se cumplen las características propias de las relaciones laborales por cuenta ajena.

Freelance vs. falsos autónomos

Las consecuencias de que los consultores externos sean declarados falsos autónomos son numerosas. «La empresa tendría que incorporar a su plantilla al hasta entonces freelance; abonar las correspondientes cuotas de la Seguridad Social durante el tiempo que el trabajador ha estado prestando servicios, con un límite de cuatro años; abonar el recargo que se aplique sobre dichas cuotas; además de las sanciones a las que pudiera haber lugar», explica Natalia Pauner, abogada de RSGM Abogados.

Si la empresa extingue el contrato del falso autónomo, se podría considerar un despido improcedente. Según explica la socia de Laboral de Garrigues, el freelance recalificado como trabajador por cuenta ajena tendría derecho a una indemnización legal, que actualmente asciende a 33 días de salario por año de servicio, con un tope de 24 mensualidades.

Los tribunales han ido perfilando las circunstancias para saber si se trata de un falso autónomo. Entre ellas, destaca la asistencia al centro de trabajo de la empresa y el sometimiento a horario; el desempeño personal del trabajo -aunque hay algunas excepciones-; su integración en la organización del trabajo, de modo que la empresa es la que programa su actividad o la ausencia de organización empresarial propia del freelance.

Pero hay más. También son factores clave la entrega a la empresa de los productos elaborados o de los servicios realizados por parte del trabajador; la adopción por parte de la empresa y no del freelance de las decisiones como la fijación de precios o tarifas, la selección de clientela o indicación de personas a atender.

Otros indicios son el carácter fijo o periódico de la remuneración de los servicios y el cálculo de la retribución en relación con la actividad prestada, sin que exista el riesgo y el lucro que caracterizan a las actividades empresariales o al ejercicio libre de las profesiones.

Cómo mitigar los riesgos legales

Como lo relevante son las condiciones en las que el freelance presta servicios, y no tanto el tipo de contrato que se firme, son pocas las medidas de tipo legal que se pueden adoptar para mitigar los riesgos legales. Pérez insiste en que es vital definir correctamente la naturaleza de la relación.  «Los empleados gozan de amplios derechos y obligaciones en virtud de la legislación laboral española, mientras que dicha legislación no es aplicable a los contratistas independientes o freelance», advierte la especialista.

Entonces, ¿cómo actuar? Según Pauner, la empresa deberá hacer todo lo posible por garantizar que, durante la prestación de servicios, el profesional freelance ejecuta actos profesionales concretos; no se encuentre sujeto a jornada, vacaciones, órdenes, ni instrucciones; presta sus servicios con libertad, independencia y asumiendo el riesgo empresarial; y que cuenta con las herramientas necesarias para la prestación de los servicios.

Por otra parte, existe también la figura del trabajador autónomo económicamente dependiente (TRADE), que puede beneficiarse de mayores protecciones cuando cumple una serie de requisitos: recibir al menos el 75% de sus ingresos de una empresa y debe haber firmado con ella un contrato de TRADE. En este caso, se aplica la Ley 20/2007, de 11 de julio.

Además, desde enero de 2023, el Código Penal castiga en su artículo 311 a quienes impongan condiciones ilegales a sus empleados contratándolos bajo fórmulas ajenas al contrato de trabajo, o los mantengan en tales fórmulas, en contra de requerimiento o sanción administrativa, con las penas de prisión de 6 meses a 6 años y multa de 6 a 12 meses, apunta la socia de Laboral de Garrigues.

La realidad manda: cuándo hay una relación laboral

Este tipo de relación entre empresa y profesional freelance se rigen por el Código Civil y, en su caso, el Código de Comercio. Lo habitual es que se suscriban contratos de arrendamiento de servicios.

Sin embargo, lo relevante desde el punto de vista legal para determinar si la relación es mercantil (freelance) o laboral (trabajador) no es el tipo de contrato que se suscriba entre las partes ni cómo sea denominado por estas. Tampoco su contenido.

Uno de los casos más conocidos es el de los ‘riders’, que afecta a los repartidores de la empresa Glovo, que sí fueron considerados trabajadores de la empresa. En la sentencia del Tribunal Supremo de 25 de septiembre 2020, ha sido decisiva. «Es un compendio excelente sobre la doctrina jurisprudencial sobre el concepto de trabajador por cuenta ajena y de falso autónomo», explica la experta en Derecho Laboral de RSGM Abogados.

Por su parte, Pérez destaca otra reciente sentencia en sentido contrario. El Tribunal Supremo analiza un caso de dentistas autónomos en una clínica, concluyendo que efectivamente son trabajadores autónomos y no por cuenta ajena: tenían libertad para fijar horarios, perciben un porcentaje de la facturación, abonan un canon a la clínica por usar sus instalaciones, los precios los fijaba cada profesional, deben abonar los materiales, no hay un superior jeráquico.

La misma sentencia insiste en la importancia de analizar las circunstancias de cada caso y que esta doctrina no es generalizable. Lo determinante son las circunstancias reales y prácticas del consultor freelance, que priman sobre la forma que se le dé a la relación que mantiene con la empresa a la hora de probar que, en realidad, es un falso autónomo.

Ventajas de incorporar a profesionales freelance

Cada vez se usa más la incorporación de profesionales freelance en las empresas por diversos motivos. Según la Asociación de Empresas Tecnológicas DigitalEs, la industria tecnológica en España tiene unas 120.400 vacantes sin cubrir por falta de personal cualificado. La brecha de talento en el sector IT se ha logrado sortear gracias a la incorporación de estos consultores, que podrían desarrollar el 46% de las disciplinas tecnológicas y data en 2025, según el marketplace de profesionales autónomos Malt.

Además de reforzar las plantillas con personal altamente cualificado, polivalente y con experiencia relevante, hay cinco ventajas de incorporar profesionales freelance en grandes empresas:

  • Alta especialización. Según datos de Malt, la duración de vida de una habilidad tecnológica es de 5 años. Los freelancers están en constante desarrollo de sus habilidades, ya que dedican unas 4 horas a la semana a actualizar e impulsar sus conocimientos tecnológicos. La falta de tiempo para formación en las empresas sitúa a la contratación de profesionales independientes como una oportunidad para estar a la vanguardia de las tendencias y la innovación.
  • Integración ágil en los equipos. La alta especialización de los expertos freelance les hace igual de eficientes cuando trabajan solos que cuando se integran en equipos híbridos. Para las empresas, contar con profesionales cuya incorporación sea fácil es esencial.
  • Estacionalidad. El concepto de “las 3Bs” -Build; Buy y Borrow, en inglés- surgió de una publicación de Harvard Business School. El concepto ‘borrow’, tiene relación con la posibilidad de integrar talento externo para ser más flexible y ágil a los inesperados cambios del mercado, muchas veces marcados por la estacionalidad.
  • Nuevas ideas. Los profesionales freelance aportan una visión externa de la realidad, junto a un pensamiento atractivo acorde a la percepción, imagen y reputación de la compañía. Más aún, debido a la multitud de proyectos en los que han estado involucrados, poseen una mayor capacidad de resiliencia, conexión, relación, innovación de estrategias e ideas. Esta visión puede aportar valor a los proyectos en los que colaboran.
  • Compromiso. Los perfiles freelance siempre están muy comprometidos con el proyecto. Se trata de profesionales experimentados que han vivido situaciones reales en el mercado laboral y saben cómo enfrentarse a las crisis. Este nuevo talento puede nutrir con nuevas habilidades a los equipos que no las tengan.

En definitiva, contratar talento independiente puede ser un punto de apoyo importante para el desarrollo de las empresas que, por falta de recursos y tiempo, no disponen de plantillas con los conocimientos necesarios para determinados proyectos. En todos los casos, conviene estar bien asesorados por abogados especialistas para no incrementar los riesgos de incumplimiento en el ámbito laboral y evitar que se declare falsos autónomos a los profesionales freelance.

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