Úlcera péptica: los cuatro hábitos que pueden convertir tu estómago en un infierno
La dieta o los vicios tienen mucho que decir a la hora de explicar por qué nuestra úlcera aparece una y otra vez
Entre el 5 y 10% de la población general sufrirán a lo largo de su vida lo que conocemos como úlcera péptica, sin embargo esta ratio aumenta en las personas que alguna vez han sufrido una infección del Helicobacter pylori. Sin embargo, aunque parezca una enfermedad o patología del pasado, la realidad es que sigue muy presente en la vida de miles de españoles.
Por fortuna, bastante controlada, la úlcera estomacal no solo aparece en nuestra vida cuando el Helicobacter pylori surge, sino también con un montón de hábitos y vicios que pueden hacer de nuestro estómago un pequeño infierno a costa de estas patologías que, en extremos notables, pueden acabar demandando cirugía gástrica, aunque esos casos ya son mucho menos habituales desde hace más de una década.
A veces mal diagnosticada, la úlcera péptica no deja de ser una herida que se forma en el tejido blando que reviste el estómago y el duodeno (por eso, también a veces se llama duodenal), siendo esta la primera parte del intestino delgado. El problema llega cuando la sintomatología se solapa con otro tipo de malestares gastrointestinales. Es lo que sucede cuando sufrimos a menudo ardor de estómago (acidez estomacal) que brota especialmente entre comidas o durante la noche en las horas de sueño y puede prolongarse durante varias horas.
Por suerte, también tiene la ventaja de que nuestro cuerpo humano es bastante inteligente y si le cuidamos relativamente bien, el solo se va a encargar de que desaparezca. Pero claro, dependerá de lo que comamos, de lo que bebamos y sobre todo dependerá de cómo lo hagamos. No obstante, aunque generalmente se ha pensado y relacionado que las úlceras estomacales están muy vinculadas a nuestra dieta y a nuestros hábitos (que lo están), el primer desencadenante siempre es el Helicobacter pylori, seguido de cerca del abuso de antiinflamatorios consumidos sin moderación y sin protección gástrica.
También, el uso de la farmacoterapia que desde hace unos cuantos años se ha implantado con bastante frecuencia en las consultas españolas a base de protectores gástricos (omeprazol, pantoprazol, esomeprazol…) ha limitado en gran medida la influencia de las úlceras estomacales en la población española. Sin embargo, sigue habiendo costumbres que amenazan al bienestar estomacal de aquellos que la sufren.
Los cuatro hábitos que pueden agravar tu úlcera estomacal
Sabiendo que la úlcera depende en gran medida de la presencia del Helicobacter pylori, y no tanto de la dieta, puede ser que más de uno sienta la tentación de aferrarse a ciertos hábitos muy instaurados en la sociedad que, sin embargo, pueden provocar que su curación sea mucho más lenta de lo habitual.
Aunque ahora contamos con la fortuna de que estas enfermedades se tratan con antibióticos y con una dieta blanda durante el periodo que dure el tratamiento, la realidad es que puede ser una enfermedad recidivante tanto por el retorno del Helicobacter como por los hábitos que llevemos. Esta es la razón por la que es conveniente que pongamos el remedio en la medida de lo posible a aquello que está en nuestra mano paliar: nuestras costumbres.
Abuso de antiinflamatorios
Dexketoprofeno, ibuprofeno, naproxeno, ácido acetilsalicílico… Son muchos los analgésicos y antiinflamatorios presentes de forma libre en nuestro día día que además pueden convertir nuestra úlcera en un auténtico infierno. De hecho, junto al Helicobacter y al tabaco, son los principales promotores de esta aparición.
Por este motivo, siempre es conveniente que cualquier antiinflamatorio no esteroideo sea recomendado por el médico de cabecera, y que él nos aconseje si es necesario que consumamos medicamentos adicionales durante este tratamiento como son los antiácidos, los inhibidores de la bomba de protones (los protectores gástricos), bloqueadores de ácidos o agentes citoprotectores.
Tabaco
Junto al Helicobacter pylori y al consumo de antiinflamatorios no esteroideos (incluida la aspirina), el tabaco es la primera causa real de úlceras pépticas, ocasionando una mayor incidencia, mayor posibilidad de recidivar (que vuelva aparecer), de complicaciones además de una cicatrización más lenta y de mayores riesgos de mortalidad en ulcerosos.
Alcohol
Contrariamente a otra de las creencias más populares en torno a este tipo de úlceras, el alcohol no es por sí solo un promotor. Sin embargo, sí es un riesgo para ralentizar la curación. Es decir, es un factor que no la causa, pero sí puede empeorarla o hacerla más difícil de curar.
Básicamente la culpa está en el carácter irritante que el alcohol puede ejercer sobre la mucosa gástrica, ayudando a esa corrosión, además de implicarse en el aumento de una cantidad de ácido jugos estomacales que se producen. Cuando esto sucede, además teniendo en cuenta los momentos de consumo del alcohol (no siempre acompañados de comida), provoca que nuestro cuerpo genere más ácidos gástricos de los necesarios.
Una dieta a la altura
Con este tipo de productos, igualmente que con las comidas demasiado grasas, con los cítricos, o con las bebidas carbonatadas, pasa lo mismo que con el alcohol: las empeoran, pero no las provocan. En cualquier caso, recordemos que el consumo de este tipo de productos no solo afecta al estómago, sino como ya te explicamos en THE OBJECTIVE también pueden afectar a la salud dental, la salud ocular o incluso a nuestro estado de ánimo.
Lo que debemos hacer a nivel nutricional para procurar que una úlcera sea lo más amable posible es reducir el consumo de frituras, de bebidas con gas, las grasas saturadas, los alimentos procesados con cantidades muy elevadas de sal y también en algunos casos los alimentos y salsas picantes.En definitivas cuentas, de lo que se trata es de procurar que cualquier elemento que multiplique la capacidad y cantidad de ácido estomacal o que ralentice nuestras digestiones sea erradicado de nuestra dieta.