Por qué no deberías comer pan más de cinco veces a la semana: es malo para tu salud
El pan es uno de los alimentos más consumidos del mundo, y sobre todo en España, pero una doctora alerta de su consumo excesivo
Sari Arponen no recomienda comer pan más de cinco veces a la semana. | Unsplash
El pan es uno de los alimentos más consumidos del mundo, y sobre todo en Europa (donde se consumen 58,6 kilos por persona al año) y en nuestro país (cada español come una media de 37,41 kilos de pan al año). Y no es de extrañar, ya que es un alimento versátil, barato, saciante y que entra bien con cualquier comida y a cualquier hora del día.
Sin embargo, ¿es sano? Hasta ahora, ya hemos visto en innumerables ocasiones que el pan integral es infinitamente mejor que el blanco, pero ¿mejor significa bueno?
La doctora, docente y divulgadora Sari Arponen saca a la luz el lado oscuro de este alimento en su nuevo libro, El sistema inmunitario por fin sale del armario: vive una vida plena, larga y saludable (ed. Alienta), que publica tras el éxito de su anterior obra, ¡Es la microbiota, idiota!: Descubre cómo tu salud depende de los billones de microorganismos que habitan en tu cuerpo.
¿Deberíamos dejar de consumir tanto pan? La doctora es clara: sí
El nuevo libro de Sari Arponen, que tiene veinte años de experiencia en la sanidad pública, trata, sobre todo, del sistema inmunitario, el cual nos protege de infecciones y al que se le suele llamar las «defensas». Así, la doctora en Ciencias Biomédicas por la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Medicina Interna, profesora universitaria y experta en microbiota, narra los fenómenos biológicos que intervienen en ello y qué errores alimenticios cometemos y contribuyen a que nos enfermemos.
Comer trigo entre tres y cinco veces al día todos los días no mejora la salud; en cambio, genera un embudo alimentario que desplaza otros alimentos necesarios para una alimentación completa en micronutrientes
«Ha llegado la hora de que el sistema inmunitario salga del armario, que conozcamos todos sus secretos y que rindamos tributo a todo lo que hace por nosotros. Al igual que todos tenemos microbiota, también todos tenemos un sistema inmunitario: tú, tus
padres, tus hijos, tus amigos y todo el resto de humanos del planeta», asegura la experta en el libro.
«Nos infectamos por virus y bacterias, nos vacunamos, a veces nos lesionamos. Envejecemos, y nuestras defensas con nosotros. Demasiadas personas sufren de cáncer. Otras no se encuentran bien sin saber el porqué y andan inflamadas por la vida. El sistema inmunitario está involucrado en todas estas situaciones, por lo que nos conviene saber cómo funciona y qué necesita para optimizar su desempeño», añade.
En THE OBJECTIVE, nos vamos a detener en el apartado en el que hace alusión a las malas elecciones alimenticias que solemos hacer las personas, por desconocimiento, y una de ellas es el consumo excesivo de pan.
«Comer trigo entre tres y cinco veces al día todos los días no mejora la salud» sino que «genera un embudo alimentario que desplaza otros alimentos necesarios para una alimentación completa en micronutrientes».
Así, la doctora asegura que el simple hecho de consumir alimentos con trigo hace que dejemos de comer otros que nos aportan nutrientes, vitaminas y minerales.
Hay más alimentos que contienen trigo, aparte del pan
Ojo, te hemos mencionado el pan porque es lo más conocido, pero estos son los alimentos en los que encuentras trigo, detallados por Mayo Clinic:
- Pan y pan rallado
- Tortas, magdalenas y galletas dulces
- Cereales para el desayuno
- Fideos
- Cuscús
- Sémola
- Espelta
- Galletas saladas
- Proteína vegetal hidrolizada
- Salsa de soja
- Los productos cárnicos, como los perritos calientes
- Productos lácteos, como el helado
- Saborizantes naturales
- Almidón gelatinizado
- Almidón modificado en alimentos
- Goma vegetal
Otros efectos secundarios perjudiciales de comer pan
El pan no solo crea un embudo alimentario y no hace nada por nuestra salud, sino que además genera otros problemas. Un estudio publicado en PLOS ONE descubrió que los hidratos de carbono refinados (como el pan blanco) aumentan el nivel corporal de un ácido graso (llamado ácido palmitoleico), lo que incrementa a su vez el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2.
Además, el pan nos hincha: «Cuando los carbohidratos se almacenan en el cuerpo en forma de glucógeno, cada gramo de carbohidratos almacena de tres a cuatro veces su peso en agua», asegura la nutricionista y entrenadora Marie Spano. Y también hace que podamos subir de peso, ya que se estima que si una persona que come pan regularmente lo dejase de hacer, adelgazaría entre 1 y 2 kilos de peso al mes, teniendo en cuenta que una sola rebanada de pan aporta entre 67 y 93 calorías y más de 15 gramos de hidratos.
Es decir, que si al día nos comemos dos rebanadas, estaremos sumando al balance del día 200 calorías y 30 gramos de hidratos; lo que sería, a la semana, 1.400 calorías. Y si para adelgazar un kilo hay que tener un déficit de 7.000 calorías aproximadamente… echa cuentas.
Más alimentos que nos hacen mal (o no del todo bien) y no lo sabemos, según la doctora Sari Arponen
Además del trigo, la doctora apunta lo siguiente:
- «Consumir azúcar o fructosa en formato líquido o añadida en un producto no aporta nada positivo para nuestra salud y sí puede generar muchos problemas».
- «Las grasas trans de origen industrial tienen diferentes efectos negativos en la salud. Curiosamente, las de origen natural presentes en la grasa de los lácteos de los rumiantes pueden ser hasta beneficiosas para la salud, por la presencia de isómeros de ácido linoleico conjugado (CLA), que tiene la capacidad de luchar contra la inflamación, reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular e incluso se le han atribuido propiedades anticancerosas».
- «Si te preocupa el calcio, has de saber que hay sociedades en las que no se consumen prácticamente lácteos, y sin embargo tienen menos osteoporosis que en otras en las que se toman muchos lácteos. Para mucha gente, el verdadero problema para su salud ósea no es el déficit de calcio, sino el de magnesio y el de las vitaminas D y K».
- «Respecto a la frecuencia de ingestas en los adultos, lo ideal es que el ayuno nocturno dure al menos doce o trece horas y que la cena sea al menos cuatro horas antes de acostarse (mínimo dos horas). El ayuno nocturno puede ser más largo y el número de comidas al día puede variar entre una y tres. Eso sí, idealmente las comidas se llevarán a cabo siempre más o menos a la misma hora para tener unos ritmos circadianos regulares».
¿Sabías todo esto? Para finalizar, podemos concretar que, en líneas generales, no es malo comer pan de vez en cuando, pero no como un hábito diario, ya que no mejora nuestra salud, entre otras cosas.
