De punta en blanco: olvídate del color para acertar con tus estilismos veraniegos

La moda siempre impone sus nuevas tendencias temporada tras temporada. Sin embargo, hay prendas que prevalecen cada año. En verano, uno de los mejores ejemplos es el vestido blanco que se convierte en un básico versátil y atemporal que siempre funciona. Es un comodín perfecto para los meses veraniegos, pero este año 2023 ha decidido mostrar su lado más sofisticado. Patrones muy ceñidos al cuerpo, elementos asimétricos o cortes estratégicos que dejan ver la piel son algunos de los detalles que los hacen más especiales.

Otra de las prendas que siempre se mantiene como fondo de armario en el mundo de la moda es la camisa blanca. Compartiendo el tono neutro con la anterior, las blusas se han convertido en un símbolo de sofisticación y elegancia. Además, son capaces de mostrar tantas facetas distintas que siempre resultan adecuadas al plan para el que tengas que vestirte, desde un evento formal a una escapada de ocio.

Gran culpa de la atemporalidad de ambas prendas la tiene el color blanco. Como ya nos han enseñado artistas como Joaquín Sorolla, es el color del descanso, de las vacaciones, de los largos paseos frente al mar. Es un tono ideal para vestir en verano y esta temporada ha vuelto a coger todo el protagonismo. Desde THE OBJECTIVE te vamos a explicar cómo sacarle el máximo partido a estos básicos de temporada y cuáles son las mejores fórmulas para combinarlos. ¡No te hará falta muchas más prendas para hacer la maleta perfecta de vacaciones!

Una tendencia inmortal

No es relevante cuál sea su patrón, su largura o su estilo, el vestido blanco es capaz de quedar bien en cualquier escenario y resulta adecuado para cualquier hora del día. «Está ligado a la comodidad y la libertad», declaraba a la agencia EFE el diseñador gallego Jorge Vázquez.

Esta unión de los vestidos blancos con el verano no es algo nuevo. Si echamos un vistazo a la historia podemos comprobar cómo la alta sociedad solía vestir de este color durante los meses estivales. Este hecho produjo que el tono se asociara con esos momentos de relax en el que no se tenían obligaciones. Durante los años de la Belle Époque, que podemos situar desde finales del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, la realeza y la aristocracia europea viajaban hasta las playas del sur de Francia o el norte de España luciendo elegantes estilismos realizados en un inmaculado color blanco.

Coco Chanel era una de esas enamoradas de veranear en Biarritz. Tal era su idilio que fue el lugar escogido para abrir su primera tienda. La diseñadora consideraba al blanco uno de los  mejores colores con los que poder vestirse. «Las mujeres piensan en todos los colores excepto la ausencia de los mismos. El negro lo tiene todo. Y también el blanco. Su belleza es absoluta. Representan la perfecta armonía», argumentaba.

Ahora, en el siglo XXI, el blanco sigue siendo el color del verano. En el mercado podemos encontrar cientos de versiones de vestidos en este tono. Tienes tantas posibilidades que resulta casi imposible no encontrar una silueta que, además de favorecerte, se convierta en una de esas compras que podrán acompañarte media vida. «Los vestidos blancos nunca pasan de moda», señalan Álvaro Castejón y Arnaud Maillard, diseñadores de la firma Alvarno.

Un referente de la moda Adlib

Una de las causas de que los vestido blancos estén ligados tan férreamente al verano es la moda Adlib. Esta estética nació en Ibiza hace cinco décadas e invita a «vestir como quieras, pero con gusto», comenta Smilja Mihailovitch, embajadora de este nuevo estilo.

Encajes blancos, bordados, volantes y formas de trabajo artesanal son algunos de los rasgos más identificativos de esta moda ibicenca. Uno de sus mejores representantes es el diseñador Tony Bonet, para el que la clave de este estilo es la apuesta por la artesanía y la tradición. «Me gusta que estos diseños níveos sean un fondo de armario eterno», confiesa.

De esta manera, una de las mejores compras que puedes realizar cualquier verano es un vestido blanco inspirado en el estilo de la isla pitiusa. Puede ser largo o corto, contar con mangas o tirantes o jugar con puntillas, volantes o transparencias. Si algo no ha dejado de ser tendencia cada verano desde los años setenta, nos encontramos ante una compra con futuro.

Déjate inspirar

Ahora que conoces la importancia que tiene contar con un vestido blanco en tu armario de verano, llega el momento de sacarle al máximo partido. Tanto si es nuevo, como si es una prenda rescatada de anteriores colecciones, siempre es un acierto el dejarte inspirar para tus próximos looks en los desfiles internacionales.

La tendencia de los vestidos blancos se ha dejado ver en la colección Crucero 2024 de Dior. En ella, la diseñadora Maria Grazia Chiuri ha utilizado el blanco para crear un trabajo inspirado en la artista mexicana Frida Kahlo y su obra pictórica. Otras firmas internacionales, como Jacquemus, Valentino, Chloé o Isabel Marant, tampoco han dudado en incluir estos diseños puros en sus colecciones de verano.

Si quieres invertir en moda española, también tienes mucho campo que explorar. Firmas como Teresa Helbig, Juana Martín o Duyos han escogido patrones originales y atrevidos para dar una nueva vida a este clásico inmortal.

Tiempo de camisa blanca

En el pasado, la camisa blanca era una prenda que se asociaba al uniforme de ejecutivo. Sin embargo, ahora se ha convertido en una pieza que, para hombres y mujeres, puede vestirse en cualquier ocasión. Se sigue adaptando perfectamente a esos momentos formales que nos exige nuestro trabajo, pero también a los planes de ocio.

Si veíamos como los vestidos blancos empezaron a ser tendencia en el siglo XIX, el imperio de la camisa es algo más reciente. Habría que esperar a los años 50 para que las estrellas de Hollywood la pusieran en el foco. Grace Kelly es una de las responsables, ya que usaba la camisa blanca como una de sus piezas imprescindibles. Sin embargo, la más icónica fue la utilizada por Audrey Hepburn en su película Vacaciones en Roma.

Cómo combinarla

Una de las ventajas de la camisa blanca es su capacidad para adaptarse a cualquier estilo de mujer. Además, es muy sencilla de combinar con una amplia variedad de prendas y accesorios. «La camisa blanca puede usarse de mil maneras más allá del típico estilo formal», asegura la estilista Helena Soufi.

Para un look clásico y atemporal, puedes combinarla con unos pantalones sastre de color negro. Esta pareja es perfecta para una ocasión que requiera un toque de formalidad. «Un pantalón de vestir con el talle alto, la camisa blanca y una americana a juego con el pantalón hace un estilo completamente elegante. Combinado con un zapato de tacón, tenemos el aspecto perfecto para una situación en la que queramos ir formales pero a la vez chic», confirma la estilista.

Si lo que buscas es un estilo más relajado, puedes optar por utilizarla con unos vaqueros y unas zapatillas blancas. Esta combinación crea un contraste válido entre lo formal y lo informal, y es ideal para una tarde de compras o una quedada con amigos. Otra opción es utilizar la camisa blanca como una capa más sobre un vestido o un top. De esta manera, le darás un toque de frescura a tu atuendo.

«Tendemos a compaginarlo con el negro, pero al ser una prenda blanca, hay que arriesgarse y añadirle colores, incluso con algún chándal puedes darle tu toque personal», comparte el estilista José Caballero. Si quieres aportar ese toque de color, lo mejor es hacerlo recurriendo a unos pantalones o una falda estampada. Optar por rayas o lunares puede añadir el toque de originalidad perfecto al estilismo.

Los accesorios ideales

A la hora de elegir los complementos, estas prendas blancas permiten un sin fin de posibilidades. Como buen lienzo en blanco, admiten un collar llamativo, unos pendientes en formato XXL o un pañuelo colorido. Los accesorios pueden ser los elementos del estilismo con los que añadir tu toque personal.

Fijándonos en el calzado, podemos elegir unos tacones sencillos para lograr un efecto elegante. Si optamos por una camisa blanca combinada con pantalones o vaqueros, podemos mantener la estética masculina eligiendo unos mocasines. «Una camisa blanca también puede ponerse con unos vaqueros, combinándola con unas zapatillas deportivas, o incluso con una falda y medias y combinarlo con botas más estilo rockero. Al final depende mucho del estilo que quieras transmitir y lo que quieras decir con tu look», afirma Soufi.

Si en el estilismo elegido nos hemos decantado por un unos pantalones estampados, estaremos obligados a elegir calzado en un sólo color. Para no romperte la cabeza eligiendo, unas zapatillas blancas combinarán a la perfección. Si quieres arreglarte un poco más, elige sandalias o tacones en uno de los colores que contenga el print.

Los vestidos y las camisas blancas son un imprescindible en cualquier armario. Su versatilidad convierten a estos dos diseños en piezas clave para crear estilos clásicos y elegantes. Además, podrás utilizarlos a lo largo de los 365 días del año y, como sobreviven temporada tras temporada con pocas modificaciones, te acompañarán durante muchísimo tiempo.