¿Sudas demasiado? Puede que tu transpiración aumente por estas razones
Lo que comas, cómo vistas o las cremas que utilices pueden causar auténticos estragos con tu sudor
Desconocemos las razones por las que el sudor tiene mala prensa, pues es fundamental para nuestro organismo. Aunque quizá molesto, sobre todo si sudas más de la cuenta, el sudor cumple con una función primordial en nuestro cuerpo y que no es otra que regular la temperatura.
A través de la transpiración, el sudor sirve como una especie de aire acondicionado que nos permite rebajar la temperatura corporal. El mecanismo, sencillo pero eficaz, se resume en que las glándulas sudoríparas excretan estas minúsculas gotas que, al evaporarse sobre nuestra piel, nos refrescan.
El problema llega cuando estas minúsculas gotas son demasiadas o se acumulan en determinadas zonas. Como es evidente, también importa comprender qué son estas glándulas sudoríparas y qué papel juegan, por ejemplo, cambiando nuestro olor corporal.
El clásico cerco de sudor en la ropa es una de esas señales que, aunque no lo parezca, puede ser más evitable de lo que creemos. Lo que vistamos, lo que comamos o el tipo de ejercicio que desarrollemos pueden estar detrás de una sudoración excesiva, pero también importa nuestra edad, nuestro género o el uso de antitranspirantes con los que pretendamos bloquear el sudor.
Conociendo a las glándulas sudoríparas
Distribuidas por todo el cuerpo, las glándulas sudoríparas se encargan de ser el ventilador que nuestro organismo pide. Separadas en dos clases, las ecrinas y las apocrinas, este tipo de glándulas no sólo son importantes para la termorregulación, aunque son famosas por ello. También tienen la misión de eliminar toxinas y desechos metabólicos como la urea, el amoníaco o el ácido úrico.
Lo curioso es que el sudor es un líquido incoloro e inodoro, aunque pensemos que tiene olor. No debe ser así en el caso de las glándulas sudoríparas ecrinas, caso contrario a las apocrinas, pues éstas sí liberan un sudor más espeso en el que también hay proteínas y lípidos. Curiosamente, será nuestra higiene corporal —y las bacterias que vivan en nuestra piel—, así como ciertas hormonas y factores genéticos los que expliquen la potencia de nuestro sudor.
En el caso citado de las ecrinas, las encontraremos por todo el cuerpo, pero sobre todo en palmas de las manos, plantas de los pies, frentes y axilas y son las encargadas de esa termorregulación. Las apocrinas se sitúan también en axilas, genitales y en la zona cercana a los pezones, teniendo también un papel vinculado a la propia comunicación y atracción sexual.
Por qué se produce un exceso de sudor
Hay factores ambientales que determinan que el sudor haga acto de aparición antes o en más cantidad. Altas temperaturas o un exceso de humedad son patrones comunes para entender por qué sudamos más en verano. Un mismo motivo que nos lleva a la actividad física, donde el cuerpo aumenta su temperatura. Debido a este aumento, sudamos en más cantidad para mantener la temperatura corporal correcta.
Sin embargo, hay situaciones en las que podríamos intentar prevenir un exceso de sudoración. Una, evidente, pasa por el tipo de ropa que llevemos. Cuanto más ajustada sea nuestra ropa, más sudor vamos a generar. También depende de la clase de tejidos que estemos utilizando.
Por este motivo, se considera especialmente útil que vistamos prendas anchas y ligeras. Especialmente si están confeccionadas con materiales como el lino o el algodón. Estos componentes aumentan la transpiración, permitiendo una mayor ventilación y reduciendo el sudor generado. Lo contrario de lo que sucede con los tejidos sintéticos como el nailon o el poliéster. En este sentido, también conviene recordar que nuestra ropa de cama tiene mucho que decir para dormir en verano, como ya te explicamos en THE OBJECTIVE.
Además, hay determinados factores exógenos que también multiplican la sudoración. El consumo de alimentos con especias picantes es uno de ellos. Igual que el consumo de bebidas calientes, pues todo se vincula a un aumento de la temperatura interna de nuestro cuerpo. También sucede con el alcohol y con la cafeína, como demuestra este estudio.
Como es lógico, el uso de antitranspirantes también genera una mala pasada a pesar de su ‘deseado’ efecto. Al crear una película en torno a la piel, bloquean ese sudor y reducen la cantidad que finalmente llega a la piel, como explican desde en este site del Gobierno de Canarias. Una misma situación que acontece si utilizamos cremas hidratantes.
Cuando el exceso de sudor se convierte en enfermedad
No es grave, pero un exceso de sudor puede ser una patología que, más allá de lo sanitario, es especialmente incómoda. Básicamente, es una condición médica caracterizada por una sudoración excesiva, generalmente en palmas de las manos, plantas de los pies, axilas y rostro. Se divide en dos tipos: la primaria y la secundaria.
La primaria es más frecuente y también se conoce como hiperhidrosis focal o esencial. Aunque se desconocen sus causas, lo más habitual es relacionarla con un componente genético y con cierta vinculación con la sobreestimulación del sistema nervioso simpático. La secundaria, por su parte, puede deberse a razones subyacentes del tipo de otras patologías. En ellas hay que incluir desajustes hormonales o efectos secundarios de medicamentos y otros trastornos metabólicos.
Como decimos, la hiperhidrosis no es una condición médica grave, pero sí incómoda. Se suele tratar con antitranspirantes, medicamentos o inyecciones de toxina botulínica que reducen la señal nerviosa de las glándulas sudoríparas. El único riesgo de esta enfermedad está en la incomodidad social. Aunque sí existe un riesgo agravado de irritaciones de piel y las consecuentes infecciones secundarias, como explican en MSD Manuals.