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Los riesgos de la dieta OMAD y su teoría de una comida al día

Casi una quimera, este tipo de tendencias para adelgazar son complejas y, sobre todo, arriesgadas

Los riesgos de la dieta OMAD y su teoría de una comida al día

Una mujer mirando el reloj antes de comer. | Freepik

Simple y llanamente; la dieta OMAD aboga por hacer una sola comida al día. De ahí su nombre en inglés: one meal a day. Un método de ayuno intermitente extremo que, en muchos casos, supone llevarlo a límites de 20 horas de ayuno y que practican ciertas celebridades como los cantantes Bruce Springsteen o Chris Martin, vocalista de la banda británica Coldplay.

Enfocada como una forma más agresiva de adelgazar, llevando hasta ese extremo el tiempo sin comer que, como vamos a ver a continuación, tiene grandes riesgos. Uno de los más evidentes es que supone realizar de una vez la ingesta de todas las calorías diarias que deberíamos. También, como es lógico, de zamparnos todos los macronutrientes al mismo tiempo.

Eso siempre que supongamos que, además, vamos a reducir las calorías —para buscar ese perfil adelgazante de la dieta OMAD—. Pero realmente lo complejo, aparte de la adherencia a una dieta tan estricta, también llega por cómo intentar consumir todos esos macronutrientes en una sola comida, a la que se refieren en la revista Health.

Suponiendo ejemplos donde una dieta basal diaria —con sus cinco comidas— incluye entre 1.600 y 2.400 calorías (dependiendo de edad, género y complexión), supondría consumir desayuno, comida y cena en un mismo pack. Como es lógico, no se llega al extremo de 20/4 (20 horas de ayuno) o, el aún más severo 23/1, en un día. La teoría, la cual no tiene grandes fundamentos científicos y no está respaldada por el grueso de los nutricionistas y médicos, está en ir cambiando el ayuno intermitente a medida que nos acostumbrásemos a él.

En qué consiste una dieta OMAD

Una mujer joven con las muñecas atadas con una cinta métrica mientras hace una dieta omad
Una de las complicaciones de esta dieta es la dificultad de la adherencia a ella. ©Freepik.

Haciendo caso a las recomendaciones del plato saludable de Harvard, del que ya te hablamos en THE OBJECTIVE, sobre las ingestas de macronutrientes diarios, vemos que la dieta OMAD se complica. Trasladado a lo calórico, se estima que alrededor del 55% de las calorías diarias deben proceder de los carbohidratos. Alrededor del 30% deben llegar por las grasas y el porcentaje restante, corresponder a las proteínas.

Una realidad en la que también se supone que debemos ingerir al día alrededor de un gramo de proteína por kilo de peso. Aunque también puede ser una ratio de 0,75 gramos por cada kilo de peso. Igualmente, suponiendo una persona adulta española que pese 78 kilos (el caso del hombre) y 67 kilos (en el caso de la mujer) supone para los primeros consumir 59 gramos de proteína, mientras que para las segundas supondrían 50 gramos.

Trasladado a una dieta ‘convencional’, eso implica comerse unos 200 gramos de pechuga de pollo a la plancha para cumplir con los estándares proteicos. A los que sumar, como es lógico, el resto de macronutrientes. Por este motivo, es posible que no se ingirieran todos los nutrientes diarios necesarios.

Los peligros para la salud de una dieta OMAD

De esta manera, comprobamos que afrontar una sola comida bajo la dieta OMAD es complicado. No sólo por los posibles perjuicios, sino también por la dificultad de esta ingesta. Frente a eso, otra realidad aún más necesaria: la de entender el déficit calórico. Hemos insistido en que la clave para adelgazar siempre pasa por consumir menos calorías de las que se gastan. Por eso, los riesgos de la dieta OMAD siguen presentes si no hacemos esa reducción calórica.

Una mujer mira con tristeza un pastel
Los riesgos de este tipo de dietas implican una sensación desmesurada de hambre. ©Freepik.

A ella, como es lógico, hay que atenerse si queremos perder peso. Pero no es solo de calorías de lo que convendría hablar. También del factor mental que puede haber detrás de un ayuno tan prolongado. Al restringir la ingesta de calorías, las posibilidades de que el hambre aumente y sea incontrolable es mucho mayor. Por eso, podríamos comer más de la cuenta y acabar ganando peso. Buena parte de esta culpa se encuentra en la grelina, la hormona que regula el apetito, y que se secreta a medida que tenemos hambre.

Además de eso, conviene tener claro que la efectividad de las dietas de ayuno intermitente no es superior a otras dietas de restricción calórica, como indica este estudio. Del mismo modo, hay otras complicaciones del ayuno intermitente que son relativamente habituales como la hipoglucemia y la hiperglucemia. También, de una complicación, como prueba este estudio, entre la hipertensión y el colesterol.

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