Qué comer para evitar calambres: seis alimentos aliados del deportista
Tu cesta de la compra puede ayudar más de lo que pensabas
Los calambres son uno de los grandes temores de cualquier deportista, sea amateur o sea profesional. Lo bueno es que nuestra dieta nos puede echar una mano y hacer más llevadero este drama. Nadie se escapa, por eso conviene saber qué comer para evitar calambres o, al menos, hacerlo en la medida de lo posible.
Los calambres no son otra cosa que contracciones o espasmos súbitos que acontecen en los músculos. Como es evidente, se trata de reacciones involuntarias y están muy asociadas al ejercicio, aunque también puede pasar en otros casos. En ese sentido, es habitual que las personas sufran calambres en las piernas por la noche, especialmente cuando se mueven más de la habitual.
Lo que sí conviene saber antes de comprender qué comer para evitar calambres es que no se producen por una única causa. Lo más habitual es que se deban a una sobrecarga o a un exceso de tensión muscular. No obstante, no es la única causa. Como explican desde Msd Manuals, los calambres tienen varias etiologías.
Lo que se asocian al ejercicio, insistimos, son los más frecuentes. Algo menos estarían los calambres idiopáticos de las piernas, que no obedecen a un trastorno causal y suelen ser nocturnos. Para entender por qué suceden también conviene saber que hay factores que intervienen más allá del propio deporte. En este sentido, suele puntualizarse que una excesiva compresión nerviosa, la deshidratación o los bajos niveles de electrolitos —como el potasio o el magnesio— estarían detrás.
Por esta razón, es fundamental entender qué comer para evitar calambres y, además, dar por supuesto que no hay milagros en lo que a dieta se refiere. No por incluir más alimentos que los eviten vamos a conseguir reducirlos a cero, pero sí al menos podemos minimizarlos.
Qué comer para evitar calambres
Ya hemos dado en los párrafos anteriores dos claves fundamentales para entender los calambres. La primera es que no son evitables al 100%. De hecho, no es raro ver cómo incluso atletas de élite, a pesar de estar entrenados, los sufren. La segunda, como indicábamos, es que hay ciertas bazas que la dieta puede remediar.
Nada milagrero, evidentemente, pues ante un exceso de esfuerzo es muy posible que los calambres aparezcan. Otra cuestión es que no los podamos atajar, lo cual también es complicado y generalmente se combaten con estiramientos. No obstante, podemos prevenir y lo que comamos nos echará una mano.
Plátanos
¿Cuántas veces no has visto a Rafa Nadal o Carlos Alcaraz, por citar dos ejemplos, comerse un plátano mientras juegan al tenis? No es casualidad que el plátano o la banana estén en la cúspide del qué comer para evitar calambres. No sólo aportan valiosos hidratos de carbono —energía— al deportista. También incluyen una buena cantidad de potasio y de magnesio, dos minerales fundamentales para el equilibrio hídrico y celular, muy vinculado a la deshidratación y al consabido calambre. Además, el plátano es una de las frutas que más te recomendamos en THE OBJECTIVE si quieres comer entre horas.
Boniatos
Boniatos, camotes, batatas… Todos esos apelativos definen al mismo tubérculo, que además de energía también tiene una carga relevante de potasio, magnesio y calcio. De hecho, tienen hasta seis veces más calcio que el plátano. Del mismo modo, tampoco conviene perder de vista que tienen una buena cantidad de de agua, lo que aumentará nuestros niveles de hidratación.
Aguacate
Casi convertida en milagro verde, la realidad del aguacate no está sólo en tener una buena dosis de energía —y de grasas cardiosaludables—. También es un festival de potasio. De hecho, tiene el doble de potasio que la batata o que el plátano. Entre sus ventajas tampoco debemos dejar de citar que ejerce un efecto saciante, por lo que las personas que estén a dieta y haciendo deporte se pueden beneficiar de esta relación.
Melón
Da igual que hablemos del melón o de la sandía, reyes de la fruta de verano, pues ambos caminos nos conducen a la misma Roma de qué comer para evitar calambres. Este par de frutas tienen una cantidad apreciable de potasio, de magnesio y de calcio, además de un poco de sodio, un mineral que, cuando hacemos deporte, excretamos con el sudor. En este caso, el aporte de minerales y de agua suponen una ventaja antes y después del deporte si comemos melón o sandía.
Tomate
A veces pasa desapercibido cuando hablamos de beneficios nutricionales, pero el tomate es una rotunda joya. Su carga en licopeno lo hace magnífico por su efecto antioxidante y es una fuente natural de vitamina C, pero también de potasio. Sí, este fundamental mineral también se encuentra con abundancia en el tomate, al que la combinación con su gran cantidad de agua le hace todavía más goloso para evitar calambres.
El agua de los encurtidos
Pepinillos, aceitunas, cebolletas… Prácticamente no importa el tipo de encurtido al que nos refiramos, pues su ‘agua’ o el líquido de gobierno en el que se conservan son interesantes para detener los calambres musculares. No sólo por el contenido de agua o por la cantidad de sodio, sino por su propia composición, como indican algunos estudios. No obstante, hay que tener claro que es un concentrado de sodio —y, por tanto, de sal— que no es apto para todos los públicos. Razón por la que conviene recurrir a otros aliados antes como la leche.