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Cómo cuidar tus pulmones en invierno: cinco claves para mejorar tu salud respiratoria

Hay formas de curarse en salud, y nunca mejor dicho

Cómo cuidar tus pulmones en invierno: cinco claves para mejorar tu salud respiratoria

Una médico ausculta a un paciente | ©Freepik.

No hay invierno sin frío ni sin conatos de gripes y otras enfermedades que afectan a la salud respiratoria y a los pulmones en muy diversos modos. Cuidar nuestros pulmones se convierte así en una tarea fundamental en buena parte de España, habida cuenta además de que las patologías respiratorias se sitúan en la tercera mayor causa de muerte natural en nuestro país. Solo detrás de las enfermedades cardiovasculares y de los cánceres, la mortalidad vinculada al sistema respiratorio es uno de los grandes debes de la salud en España.

Por eso, todo lo que podamos hacer para cuidar nuestros pulmones en invierno y mejorar nuestra salud respiratoria será capital. Huelga decir que hablamos de una carrera de fondo y que siempre es mejor prevenir que curar. Dos mitos que, evidentemente, hacen que la importancia de cuidar nuestros pulmones no sea solo una cuestión de la que acordarse en invierno.

Distintos tipos de gripe, resfriados comunes y otras afecciones en el sistema respiratorio como laringitis, faringitis, bronquitis o neumonías son fieles a una cita invernal. El frío que posibilita la aparición y proliferación de diferentes tipos de virus (también de bacterias) es un elemento clave en esta realidad.

Por eso, buena parte de las medidas que se pueden tomar para cuidar nuestros pulmones y nuestra salud respiratoria tienen mucho que ver con la prevención y la profilaxis. Al factor del frío, además, ha de sumársele una realidad que tiene que ver con la contaminación ambiental. Factor largamente estudiado por numerosos investigadores y que también repercute en una peor calidad de la salud respiratoria. Por tanto, en grandes ciudades y espacios muy contaminados, cuidar nuestros pulmones puede ser especialmente necesario.

Cómo cuidar nuestros pulmones: el camino de la prevención

Un médico ausculta a un paciente para cuidar sus pulmones
Las personas con patologías previas deben extremar las precauciones en esta época del año. ©Freepik.

Determinadas personas con patologías broncopulmonares como el asma o el EPOC saben de sobra lo que es convivir con cierta sensación de ahogo. Sin embargo, no menos cierto puede ser el ejemplo de personas que, sin padecerlos, sufran episodios relacionados con la falta de aire a lo largo del invierno.

Curiosamente, como explicábamos antes, la profilaxis también es clave para evitar el esparcimiento de virus, bacterias y gérmenes. Por este motivo, por evidente que parezca, una correcta higiene de manos podría facilitarlos mucho la tarea de evitar contagios. Especialmente en una época en la que, por diversas molestias, tocamos más de la cuenta ciertas membranas. Nariz, ojos, boca… Las opciones de contagio aumentan a medida que también multiplicamos los contactos.

Por este motivo, también el uso de las mascarillas —largamente denostadas tras la pandemia— puede ser más que beneficioso en determinados ambientes o para determinadas personas. No solo eso, evidentemente, si hablamos de cuidar los pulmones. La insistencia en la prevención también es clave si cubrimos nariz y boca con bufandas, pañuelos o fulares. No es una medida de la abuela, sino una realidad cuando nos enfrentamos al aire frío. Generalmente es un aire seco con una gran capacidad irritativa en las vías respiratorias.

De hecho, esa falta de aire o episodios de toses y estornudos pueden tener que ver con esta causa ambiental tan evidente. No menos evidente es el hecho de mantenernos en calor y lo más secos posible, pues el frío y la humedad pueden favorecer también determinadas infecciones respiratorias. Sin embargo, cuidado con el territorio de las chimeneas o las estufas de combustión (gas, mismamente) en espacios cerrados, pues también pueden dañar las vías respiratorias. Además, cada año suele haber varios incidentes relacionados con el dióxido de carbono que se desprenden en las combustiones de estas segundas.

Buenos hábitos, dieta y una respiración correcta

Dos médicos ven una radiografía de los pulmones
Son muchas las patologías respiratorias que se asocian al invierno. ©Freepik.

Otra de las evidencias, por nimia que parezca, es controlar mejor cómo respiramos. Nuestro organismo está preparado para respirar sobradamente a través de la nariz. Además, es el mejor filtro que podemos tener para respirar y evitar que entren gérmenes y patógenos. Hacer que prevalezca la respiración nasal por encima de la bucal es otra de las claves para procurar no ponernos malos durante el invierno y cuidar nuestros pulmones.

Como también es lógico, dieta y buenos hábitos deberían prevalecer. En cuanto a los buenos hábitos, olvidemos el tabaco y cualquier sustancia irritante a nivel pulmonar. Si nos referimos a la dieta, recuperemos también una buena hidratación. De esta manera, se favorecerá la hidratación de las membranas y las mucosas, manteniendo las vías respiratorias también hidratadas.

Entre esas evidencias también se ha de postular la dieta como aliada para cuidar los pulmones. Determinados alimentos, especialmente los ricos en antioxidantes podrían echarnos una mano para hacer menos severas las inflamaciones pulmonares. Algo que también se vería reflejado si se consumen alimentos que tengan ácidos grasos omega-3, de los que ya te hablamos en THE OBJECTIVE, y que también se vinculan a una menor inflamación de los tejidos.

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