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Insuficiencia venosa crónica: qué es esta patología que el sedentarismo agrava

Las varices podrían ser solo una pista más de esta enfermedad

Insuficiencia venosa crónica: qué es esta patología que el sedentarismo agrava

Una mujer con dolor de piernas | ©Freepik.

Puede que el concepto insuficiencia venosa crónica (IVC por sus siglas) suene complejo y difícil de entender, pero es muy evidente y, sobre todo, muy frecuente. Se estima que alrededor de un 30% de la población española sufre esta enfermedad progresiva. Sin embargo, su sintomatología y el poco diagnóstico que se hace de ella implica que no todos los que la padecen lo saben.

De hecho, es muy posible que experimenten los síntomas y los achaquen a otras causas o, simplemente, al cansancio. Sin embargo, hay realidades detrás de la insuficiencia venosa crónica que conviene conocer. Enfermedad que, por cierto, está muy vinculada al sedentarismo y a la falta de actividad física, pero también a determinadas profesiones donde la postura ejerce un factor clave.

Curiosamente, su prevalencia, según distintas fuentes, también es desigual en función del género, siendo mucho más frecuente en mujeres. Además, su incidencia es mayor durante los embarazos y, también, en la población de más edad. Por eso, conviene saber qué es la insuficiencia venosa crónica, cómo se manifiesta y cuáles son sus soluciones.

Qué es la insuficiencia venosa crónica

Resumida de manera muy llana, se puede sintetizar como la incapacidad del sistema venoso para realizar un adecuado retorno de la sangre hacia el corazón para seguir bombeándose. Básicamente es un daño que se produce en las venas de las piernas que impide que la sangre fluya como debería. Al no efectuarse el retorno de manera correcta, la sangre se acumula en las piernas (en la parte posterior), especialmente en pantorrillas y la parte más baja del muslo.

Una mujer con dolor de piernas
Pasar muchas horas de pie o el sedentarismo podrían propiciar su aparición. ©Freepik.

Para entenderlo, es conveniente comprender nuestro sistema circulatorio como una gran autopista de dos direcciones. La sangre oxigenada se pone en marcha a través de las arterias para nutrir todo el cuerpo. Una vez ‘alimentado’ el organismo, esa sangre ha de volver al corazón para cargarse de nuevo de oxígeno. Las venas, por su parte, tienen unas diminutas válvulas en sus paredes, que se abren y cierran permitiendo controlar la presión y el flujo de sangre, permitiendo así el retorno al corazón, que sigue bombeando para lograr ese retorno. Sin embargo, no está solo.

También tenemos lo que se conoce como bomba muscular, que son las venas en las extremidades inferior, situadas entre los músculos, que permiten apretarlas con el movimiento y facilitar ese flujo de retorno de la sangre. Por desgracia, por la edad, el sedentarismo o la genética, las venas de las piernas pierden elasticidad y se dilatan. Al producirse este fenómeno, la sangre retorna peor y, como la fuerza de la gravedad actúa, no tenemos suficiente fuerza para que ese bombeo de las piernas sea efectivo. Momento en que aparece la insuficiencia venosa crónica.

Qué causa la insuficiencia venosa crónica

Como explican desde Msd Manuals, la causa más frecuente de esta patología es que exista un coágulo de sangre previo en las piernas. Esto es lo que se define como trombosis venosa profunda (a veces llamada flebitis). Sin embargo, no es lo único que puede afectar. No obstante, es lo más común.

Por eso, conviene saber que también hay otros patrones que explicarían la insuficiencia venosa crónica como lesiones en las piernas o el envejecimiento. Además, insistimos en el perfil activo de esta patología, pues la obesidad y el sedentarismo también influyen, así como profesiones que estén muy vinculadas a ciertas posturas muy recurrentes.

Estar de pie muchas horas al día también lo provocaría, como trabajos en los que se esté sentado muchas horas, como pueden ser los conductores o transportistas. De otro modo, también el calor afectaría, como ciertos cambios hormonales —especialmente en las mujeres— tanto en el embarazo como en la menopausia.

Qué síntomas tiene

Es muy habitual que este tipo de enfermedades devengan en hinchazones y edemas en las piernas. Algo que suele ir a peor a final del día. Por la noche, tras el descanso, suelen desaparecer debido a la postura horizontal que se adquiere al dormir. No obstante, mientras persiste el edema se puede sentir congestión, pesadez de piernas, además de calambres, cansancio y hormigueo.

Una mujer se trata la insuficiencia venosa crónica
Los masajes pueden ser un remedio puntual a este problema para favorecer la circulación. ©Freepik.

También es muy recurrente que aparezcan varices o venas varicosas, de las que ya te hablamos en THE OBJECTIVE. Así como telangiectasias (arañas vasculares), que son pequeñas dilataciones de los capilares superficiales, a modo de esa ‘tela de araña’ de líneas rojas o violáceas. Podría haber además alteraciones cutáneas como dermatitis o eccemas, además de una sensación continúa de calor o sequedad en la zona afectada.

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