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Hierro demasiado alto, un riesgo para la salud que merece la pena vigilar

El superávit de hierro en sangre o hemocromatosis puede tener consecuencias fatales para nuestro cuerpo si no lo atajamos

Hierro demasiado alto, un riesgo para la salud que merece la pena vigilar

Una investigadora manipula distintas muestras de hierro. | Freepik

Es habitual que pensemos que solo debamos preocuparnos de tener el hierro bajo. Vinculado a la anemia ferropénica, la ausencia de este mineral y micronutriente está vinculado incluso a déficits cognitivos y a problemas inmunitarios. Muy presente en nuestra sangre, que es su principal reservorio, las virtudes del hierro están relacionadas con un correcto transporte de oxígeno, lo cual justifica esa fatiga que tan bien conocen las personas anémicas.

Sin embargo, también hay riesgo de tener el hierro demasiado alto, lo cual puede desembocar en enfermedades graves como la hemocromatosis. Marcada tanto por causas genéticas como por causas adquiridas, esta patología es un extremo grave de la sobreabundancia de hierro, pero no es la única razón para temerlo.

Difícil de detectar de manera cotidiana, pues solo un análisis nos informará de ese exceso de hierro en sangre, la hemocromatosis se produce cuando nuestro cuerpo absorbe demasiado hierro de aquello que comemos. Como explicábamos, tiene un componente genético importante que, sin embargo, no significa que todas las personas que lo hereden desarrollen la enfermedad.

Las señales del exceso de hierro

Varias analíticas de sangre para comprobar el hierro
El hierro es un mineral fundamental en nuestro organismo, pero su exceso puede ser perjudicial. ©Freepik.

Lo que sí sabemos, según explica Mayo Clinic, es que hay ciertas pautas que nos pueden alertar de la hemocromatosis. Por desgracia, algunas de estos síntomas pueden pasar desapercibidos o solaparse con otras patologías. Entre los ejemplos que citan hablan de dolor articular y abdominal, pero también fatiga, debilidad e incluso insuficiencias hepáticas o cardíacas. También de una pérdida de deseo sexual o impotencia y también un riesgo agravado de diabetes.

Más frecuente en hombres que en mujeres y también manifestada de forma más prematura, la hemocromatosis al menos se puede combatir. No es normal que aparezca en los primeros estadios vitales, sino ya cerca de los 40 años en los hombres y más allá de la sesentena en las mujeres. Sobre todo cuando éstas ya han entrado en la menopausia y no pierden hierro durante la menstruación.

El riesgo está en que esta acumulación de hierro supone un exceso que los órganos no consiguen eliminar. Por eso, lo más normal es que los que antes sufran este superávit sean el hígado o el páncreas. Básicamente, cuando se produce la hemocromatosis, nuestro hígado deja de secretar la hepcidina —la hormona que controla el hierro, su absorción y utilización—. Si esto pasa desapercibido, es posible que el hierro acumulado produzca esas diferentes insuficiencias, dando lugar a cirrosis, diabetes o insuficiencia cardíaca.

Cómo identificar y controlar la hemocromatosis

Un seguimiento a través de los análisis de sangre serán suficientes para comprobar los niveles de hierro y ver si podemos hablar de esta enfermedad que no es curable, pero sí atajable. Entre las complicaciones, además de esa cirrosis —cicatrización del tejido hepático— hay que mencionar un riesgo aumentado de cáncer de hígado.

Un médico sostiene un tubo de ensayo con sangre
La hemocromatosis se puede detectar con controles rutinarios de sangre. ©Freepik.

Algo que también sucedería a nivel cardiovascular, ya que reduce la capacidad de hacer circular sangre. Por eso se producen arritmias —tanto taquicardias como bradicardias— e insuficiencias cardíacas. Con esta vinculación de los problemas circulatorios se comprenden también los problemas relacionados con la salud sexual masculina. Entre esto se debe citar la disfunción eréctil, como ya te contamos en THE OBJECTIVE, o la pérdida del deseo sexual.

Por fortuna, una vez diagnosticada la hemocromatosis, es fácil reducir su influencia, pues el tratamiento es sencillo. Consiste simplemente en extracciones periódicas de sangre, ya que permite reducir los niveles de hierro almacenados en los glóbulos rojos.

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