Los hábitos que aumentan la felicidad según National Geographic
Estos son los hábitos y acciones diarias que hay que adoptar para caminar hacia la dirección y encontrar la «felicidad»
Según la enciclopedia de significados, felicidad es la sensación de bienestar y realización que experimentamos cuando alcanzamos nuestras metas, deseos y propósitos. Un momento duradero de satisfacción, donde no hay necesidades que apremien, ni sufrimientos que atormenten.
La felicidad es una experiencia individual que se basa en las percepciones y valores personales, lo que implica que no existe una fórmula universal que determine qué condiciones o circunstancias son necesarias para experimentarla. Cada persona puede encontrar la felicidad de manera única, ya que está influenciada por sus propias experiencias, expectativas y prioridades en la vida.
En teoría, sentirnos realizados y lograr nuestras metas son importantes para experimentar felicidad. Sin embargo, en la práctica, algunas personas son felices sin ninguna razón aparente, simplemente disfrutan de la vida tal como es. Por otro lado, hay quienes, a pesar de tener todo para estar bien, se sienten profundamente infelices.
Hábitos para ser feliz
De entre las acciones diarias que se pueden adoptar para caminar en esa dirección «feliz», la revista National Geographic ha destacado cinco que cuentan cada vez con más evidencia científica:
1. IDENTIFICAR LAS EMOCIONES Y PONERLES NOMBRE
Según Arthur Brooks, científico social, conservador y profesor en la Harvard Business School, para atraer más felicidad, no es necesario ignorar la infelicidad, sino más bien experimentar todas las emociones que existen y procesarlas de manera saludable.
En una entrevista con el divulgador Rich Roll, Brooks sugiere que la clave está en identificar y poner nombre a las emociones. Este proceso no solo es una recomendación común para mejorar la salud mental, sino que también es fundamental en la psicología infantil.
Al nombrar las emociones, se da el primer paso para comprender lo que uno siento, aceptarlo y, si es necesario, tomar medidas al respecto. Además, la autorregulación emocional se beneficia de este proceso, ya que un estudio de la Universidad de California, publicado en Psychology Science, respalda la idea de que poner nombre a las emociones reduce la reactividad emocional ante eventos negativos, disminuyendo la respuesta de la amígdala y otras áreas del sistema límbico.
2. CULTIVAR LAS RELACIONES SOCIALES
La psiquiatra Marian Rojas explica en su libro «Cómo hacer que te pasen cosas buenas» que sentirse querido y acompañado es esencial para la felicidad. La naturaleza social resalta la importancia de establecer relaciones saludables con otros seres humanos, ya que estas conexiones pueden proporcionarnos satisfacción, propósito y disfrute, considerados los «macronutrientes» de la felicidad por Arthur Brooks.
Según el Estudio sobre Desarrollo Adulto de la Universidad de Harvard, el estudio más extenso sobre la felicidad, la calidad de las relaciones se revela como un factor crucial para la felicidad, ya que las personas más conectadas con amigos y familiares tienden a vivir más tiempo, disfrutar de mejor salud y alcanzar más fácilmente sus metas vitales.
3. HACER EJERCICIO FÍSICO
Hacer ejercicio no solo provoca la liberación de endorfinas en el cuerpo, aumentando la sensación de felicidad, sino que también desempeña un papel crucial en la protección de las neuronas y la prevención del deterioro cognitivo.
Numerosos estudios respaldan la conexión entre la actividad física regular y una mejor salud mental, confirmando así el antiguo dicho «Mens sana in corpore sano». Un estudio extenso, publicado en The Lancet y llevado a cabo en Estados Unidos entre 2011 y 2015, con más de un millón de participantes, reveló que aquellos que practicaban algún deporte informaban niveles más altos de satisfacción en el mes anterior en comparación con aquellos que llevaban un estilo de vida sedentario.
Los deportes en equipo mostraron la asociación más fuerte con la salud mental positiva, seguidos por el ejercicio aeróbico y los entrenamientos en el gimnasio. Además, se observó que las sesiones de ejercicio que tenían una duración de 45 minutos y se realizaban de tres a cinco veces por semana proporcionaban los mejores resultados.
4. ABRAZAR
Abrazar y recibir abrazos es una experiencia gratificante que produce sensaciones positivas, y esto va más allá de la simple percepción emocional, ya que tiene efectos bioquímicos en el cuerpo que generan sentimientos de satisfacción.
Cuando se abraza abrazamos o somos abrazados, el contacto físico con la otra persona desencadena la liberación de oxitocina, una hormona asociada con la sensación de felicidad. Un estudio realizado por la Universidad de Londres incluso ha investigado la manera específica en que deben ser los abrazos para maximizar la liberación de oxitocina.
5. HABLARSE A UNO MISMO EN POSITIVO
La forma en que uno se habla a sí mismo tiene un impacto significativo en las emociones y acciones diarias. Un exceso de autoexigencia, crítica o una actitud defensiva en el diálogo interno puede generar un ruido mental que dificulta disfrutar el presente y gradualmente construye una imagen de nosotros mismos que socava nuestra confianza. La clave no solo reside en qué decimos, sino también en cómo lo decimos.
Los investigadores, liderados por Ethan Kross, argumentan que para una mejor autorregulación emocional, utilizar la segunda persona al hablar con nosotros mismos («puedes superar esto», «este error no te representa»…) conduce a la expresión de frases menos negativas en comparación con el uso de la primera persona. Esto se debe a que el empleo de la segunda persona nos permite distanciarnos más de las emociones y adoptar una postura más racional e incluso optimista.