Isquemia intestinal: qué es y cómo se identifica esta patología
Los hábitos tóxicos y la edad juegan a favor en este trastorno potencialmente mortal
Puede que no se hable a menudo de la isquemia intestinal, una patología potencialmente mortal que afecta especialmente a las personas de más de 50 años. Con una sintomatología a veces confusa, el concepto de isquemia intestinal tiene mucho que ver con, como siempre que se menciona el concepto isquemia, con el sistema circulatorio.
Si bien es cierto que los accidentes isquémicos solemos identificarlos con la salud cardiovascular, la relevancia de la isquemia intestinal circula por derroteros parecidos, pues no deja de ser una obstrucción de flujo sanguíneo repentina. De hecho, su otro nombre es isquemia mesentérica aguda y sus síntomas, como decimos, pueden ser complicados de identificar.
Relativamente frecuente en pacientes que tengan otros problemas cardiovasculares como embolias arteriales o trombos, la isquemia intestinal tiene una prevalencia baja. Determinados estudios estiman que apenas supone uno de cada mil ingresos en urgencias. No obstante, la mortalidad de las personas que presentan la isquemia intestinal es elevada, oscilando entre un 40% y un 90%.
Qué es la isquemia intestinal
Como apuntábamos antes, la isquemia intestinal es la obstrucción súbita del flujo sanguíneo a parte del intestino. Esta situación, en casos extremos, puede derivar en gangrena, perforación e incluso la muerte de la persona. Parte del problema, tal y como también se apunta a menudo, es que viene producida por un dolor abdominal de gran intensidad.
Es por esto que parte de la sintomatología podría, en ocasiones, solaparse con la de una apendicitis. También con la de peritonitis, dos patologías cuyo dolor agudo es similar y que también exigen un tratamiento de urgencia. Sin embargo, hay una realidad que la hace diferente respecto a los dos ejemplos anteriores. En el caso de la isquemia intestinal, una presión abdominal durante la exploración apenas generará un dolor leve. Muy distinto a lo que sucede con la apendicitis o la diverticulitis, donde sí se produce mucho más dolor tras la presión. Algo que explican desde MSD Manuals.
Por regla general, la isquemia intestinal deriva de distintos fenómenos arteriales como la embolia o el trombo. En el caso de la primera se produce cuando un coágulo sanguíneo —una placa ateroesclerótica— acaba alojándose en arterias más pequeñas como las intestinales tras ‘viajar’ desde las del corazón o la aorta, de más calibre.
Distinto es el supuesto del trombo también se presenta un fenómeno arterial. En este caso, la generación es espontánea en las propias venas o arterias, pudiéndose dar directamente en los intestinos. No obstante, en ambos casos se produce una obstrucción de flujo sanguíneo que, aunque no siempre sea total, puede ser suficiente como para impedir su correcta circulación.
Cómo se diagnóstica y cómo se trata
En el servicio de urgencias será necesaria una exploración médica que, además, puede requerir también una angiografía. De hecho, podría ser necesaria una cirugía inmediata si así se necesitara. El tratamiento suele ir acompañado de esa primera cirugía, así como una angioplastia y la posterior colocación de un stent. En ocasiones, también se podría necesitar extirpar parte del intestino. Además de eso, el tratamiento posterior suele requerir el uso de farmacoterapia que prevenga la coagulación.
Qué síntomas tiene
Como explican desde Cinfasalud, la isquemia intestinal puede tener dos vertientes, la aguda y la crónica. No obstante, en ambos casos se aprecian síntomas con cierta similitud que deben poner en alerta al que los sufre. En el caso de los ejemplos agudos siempre se menciona ese dolor abdominal de alta intensidad. Puede ir acompañado de evacuaciones frecuentes, así como sangre en las heces, además de náusea o vómitos y está más vinculado a esa obstrucción repentina de los vasos sanguíneos. Bien por trombo o bien por embolia, pero es conveniente acudir a un servicio de urgencias si esto se produce.
En el caso de la isquemia intestinal crónica hay patrones parecidos, asociados a lo que se conoce como colitis isquémica. Esta patología está producida por la disminución incompleta en la perfusión del intestino. Es decir, no llega suficiente sangre y se produce este bloqueo. En esta ocasión lo que se produce es tanto hinchazón abdominal, así como excesiva sensación de saciedad y dolor abdominal que empeora progresivamente. También puede haber pérdida de peso y otros síntomas gastrointestinales como diarrea, náuseas, vómitos o estreñimientos.
Cuáles son los factores de riesgo de la isquemia intestinal
A pesar de su rareza, la isquemia intestinal también tiene un perfil muy identificado de potenciales desencadenantes. En este sentido, se suele apuntar a la edad como un factor relevante. Tener más de 50 años podría incrementar el riesgo de padecer este problema, pero también determinados hábitos, así como el estilo de vida.
El consumo de drogas como la cocaína o la metanfetamina, relacionadas al estrechamiento de los vasos sanguíneos, también influiría. Misma realidad que acontece con el tabaquismo o con otras patologías cardiovasculares. En ese caso, trastornos como la arterioesclerosis y determinados problemas cardíacos influirían. También son factores de riesgo otras enfermedades como hipotensión o diabetes, así como el colesterol elevado. Además, ejercicios especialmente vigorosos e intensos —como una maratón o competiciones de resistencia extrema— podrían también desembocar en este trastorno.