Este es el postre típico de Ceuta muy consumido durante el Ramadán
Este dulce hecho a base de frutos secos y mantequilla tiene un gran aporte calórico
Las chuparquías son uno de los dulces que ocupan los escaparates y vitrinas principales de las pastelerías de Ceuta. Este postre de origen marroquí se ha popularizado durante los últimos años, siendo muy consumido durante todas las épocas del año, sobre todo en las zonas de Ceuta y Melilla, aunque en ésta última en menor medida. Aunque su origen se debe a la celebración del Ramadán marroquí, ya que al tratarse de un postre muy calórico era ideal para ayudar a soportar el ayuno sin pasar demasiado hambre durante el día.
Existen numerosas formas para hacer las chuparquías, con robot de cocina o amasando a mano, y también multitud de recetas, pero la elaboración más clásica apuesta por una gran variedad de ingredientes de mayor calidad y menos tratados para que éstos conserven todo su sabor. El precio de las chuparquías en las pastelerías, independientemente de su calidad, es decir ya sean artesanas o las compremos en los supermercados y ya vengan envasadas, siempre suele ser elevado ya que la base principal de su masa son los diferentes tipos de frutos secos y de semillas.
Los ingredientes y materias primas necesarios para hacer unas deliciosas chuparquías caseras son 75 gramos de mantequilla, 50 gramos de semillas de sésamo crudo, 50 gramos de almendras crudas con piel, una cucharada de bolitas de anís en grano, 600 gramos de harina de repostería, 125 gramos de harina integral, una cucharada de canela molida, medio sobre de levadura química en polvo, una yema de huevo, unas hebras de azafrán o en su defecto media cucharadita de colorante alimentario, 75 miligramos de aceite de oliva, un pellizco de sal, 120 miligramos de agua, 80 miligramos de agua de azahar, dos cucharadas de vinagre, 100 miligramos de miel de azahar, entre 500 y 600 miligramos de aceite para freír y dos y tres cucharadas de semillas de sésamo tostado.
Receta de las chuparquías
Aunque para la elaboración de las chuparquías se pueden utilizar robots de cocina, la receta original recomienda amasar a mano o con la ayuda de un rodillo de cocina, así la masa adquirirá la consistencia perfecta. Para seguir la receta original, en primer lugar debemos poner en una fuente los dos tipos de harina en forma de volcán, después en el centro del volcán tenemos que añadir el resto de ingredientes a excepción de la miel y las semillas de sésamo, a continuación removemos y mezclamos bien todos los ingredientes hasta conseguir una masa homogénea, y si vemos que la masa es poco manejable añadimos un poco más de agua.
Una vez hecha la masa hay que cortar la misma en cuadrados del mismo tamaño de las hojas de pasta de la lasaña. Por último, hay que hacer unos cortes paralelos en el centro de la masa con un cortapastas, y sin llegar al borde doblamos de dentro hacia fuera y metemos en el aceite hirviendo. Cuando ya estén fritas nuestras chuparquías y sin esperar a que se enfríen, ni a que escurra la grasa del aceite se envuelven en la miel de azahar que habíamos reservado al principio, dándoles una capa gruesa. Las semillas de sésamo tostado se espolvorean por encima para que se adhieran a la miel de azahar.
Este postre originario de Marruecos tiene un gran aporte calórico, por eso hay mucha gente que lo rechaza, ya que una sola chuparquía de un tamaño mediano, puede llegar a tener hasta 136 calorías. Por su gran aporte en carbohidratos (1,3 gramos por unidad), grasa (7,1 gramos por unidad), grasas saturadas (1,4 gramos por unidad), fibra (0,5 gramos por unidad) y sodio (15,1 miligramos por unidad), las chuparquías no son sólo el postre idóneo para los que celebran el Ramadán, sino que también está indicado para los deportistas. Los peregrinos que hacen el Camino de Santiago suelen consumirlas porque son muy energéticas debido a la gran cantidad de frutos secos que lleva su receta.